Una de las voces más interesantes de la poesía chilena escrita por jóvenes es la de Damsi Figueroa (Talcahuano, Chile, 1976). Figueroa ha sido antologada en diversas antologías y ha publicado los volúmenes: Judith y Eleofonte y Cartografía del éter, de los que presentamos una muestra.
Si fuese la judía
Si fuese la judía
abriría las puertas de la ciudad
de un soplo
Soportaría la injuria del cautiverio
Viuda y virgen sería a la vez
Devoradora de ejércitos
Y le bastaría ser hombre
para caminar erguida sobre sus muertos
Pero a la judía le bastó ser mujer
para beber en exceso
para comer en exceso
y pasear por los sueños desnudos
de los asirios
Inventiva solitaria
Amamantadora universal
Razón del tiempo y de la historia
Si fuese la judía
levantaría con su belleza
los templos caídos de la Tierra
cortaría la cabeza de Holofernes
para saltar a la luz
desde su cueva
Pero es Judith la que espera
por el espejo encorvado de su destino
Nuestra Judith aún no está bendita
y envejece a la par
de los cortejos de Eleofonte
el tejedor de cantos opacos
como el aura
de su propio culo reseco
(De Judith y Eleofonte)
Autorreconocimiento
Yo no soy la que se pierde
tan pronto como se la encuentra
El amor en mí no se toca
se escribe
Yo no soy la piadosa con los hombres de poca fe
no intercambio los calzones con nadie
En cambio asumo la desvergüenza
de una desnudez colectiva
en una casa de playa
o en una playa a secas
Yo no escribo para nadie
aunque intente escapar
y evite sacarte al baile
tus malabares y piruetas
siempre exigen un aplauso cerrado
es decir, una palabra
Yo no me complico la vida
omitiendo adverbios y conjunciones
Patino por la hoja y tapo los surcos amargos
con la sangre de mis amigos
Yo no hago el amor
lo desarmo
por el puro gusto de volverlo a armar
una y otra vez
hasta tener sexo
para olvidarme del amor
y de todos ustedes
La idea de estar
Sé lo que soy
Y aún sabiéndolo no me nombro
La idea de estar a medias en todas partes
Como si las mitades no fuesen tan sólo dos
Soy tanto más cuando me sé
Y aún sabiéndolo no me nombro
Nombrarse es pertenecer
Y yo no logro juntar las sílabas que me atrapen
Me sé, es cierto, soy
Y aún sabiéndome no me nombro
Abrazo en Taurides
para Carlos Henrickson
Por una noche ácida y sin tregua
arrastro el cuerpo de mi amigo
Por el hueco confortable de su pecho
mi noche, mi lámpara y su mueble
la noche roja en la que escribo pasan
Tan lejos de mi puerta silabarios de la lengua suya
cabalgan un poema que se inclina
sobre la espuma ensangrentada de mi boca
o el recuerdo de la espuma ensangrentada de mi boca
que en mi pecho hacen su lámpara y su mueble
la noche roja en la que él escribe
La piedra
para Alejandra Pizarnik
Yo sé por qué te duele
atraer con furia la piedra hasta los dientes
y arrojarla después como si nada
a la danza magnética donde acaba el milagro
Con el tiempo te has vuelto ciega
encandiláronte los verbos
la incandescencia de los versos dolorosos
Te paralizaron las alimañas palabreras
el susurro esquizofrénico de la naturaleza del hombre
Yo sé que tu lamento no cesará jamás
porque tu hambre es mi hambre
y el pan que buscaste, ese pan se hizo carne
se hizo fuego imposible de llevarse a la boca
(De Cartografía del éter)
Datos vitales
Damsi Figueroa (Talcahuano, Chile, 1976). En 1994 publica su primer libro Judith y Eleofonte. Sus poemas han sido incluidos en varias antologías, entre las cuales destacan: Poetas Chilenos para el Siglo XXI (Ed. DIBAM, Santiago, 1996); Ecos del Silencio (Ed. Mala Face, Concepción, 1998) e Informe para Extranjeros, antología que recoge las voces más representativas de la poesía chilena de los últimos treinta años (Colección Juan Ramón Jiménez, Provincia de Huelva, España, 2001). El año 2000 publica textos inéditos en revistas de poesía, tales como: Trilce, de Concepción; Archipiélagus, de Valparaíso, y Vox, de Buenos Aires. En el 2003 aparece su obra Cartografía del éter. Actualmente es egresada de la carrera de Pedagogía en Español en la Universidad de Concepción.