Foja de Poesía No. 272: Óscar Saavedra Villarroeal

Oscar-Saavedra[1]Presentamos la poesía de Oscar Saavedra Villarroel (Santiago, Chile, 1977). Estuvo becado por la Fundación Pablo Neruda en el 2005. Es editor literario de la revista indie.cl, coordinador del encuentro nacional de poesía Descentralización Poética y director de la editorial Andesgraund.

 

 

Del libro

“Pachas”

 

[dice: soy una playa desnuda detrás de una roca]

 

 

 

Ese Mujerón se jacta de posmodernidad,

en el quinto mundo hasta las costras son posmodernas

-incluyendo letras-idioma  /cicatrices o tatuajes en la lengua

o en un cartel publicitario, a lo más arte pop,

grita Pacha Hombre, mientras se tapa los ojos con un dólar

-uno de cien-;

se aparecen sus paparazzis mentales, sus cerebros

occidentes

                   y quiere otra copa de sauvignon

a la altura de la carne asada, a esta hora de la noche

en que la jarana eurorreinata a comenzado como una samba

tecno,

                   una balada cumbianchera o simplemente su rock

                   en un español anglicano.

Como la cosa es con ácido,

siente la luna florecer en la retina nublada o erosionada, 

que de puro power dictador:        

agarra a ese Mujerón, que sigue jactándose de posmodernidad,

y le mete los dedos – o le gatilla- en su corazón críptico vestido de amapolas  cortadas por el aire,

le mete la serpiente en sus mares de arena militar, madre,

ese Mujerón reflexiona y dice:

soy la puta más usaísta y cara de este submundo,

de este subsuelo, de este subnormal territorio

en donde he caído

como parásita que avanza según el gusto del sol

y su oropelado semblante reflejado en la pared

                            que me fresca de vidrios v/s simulacro.

 

:

 

Ese Mujerón tiene diamantes en sus senos de cobre,

copihues en su surrealismo pintado con arena

/sobre el cuerpo,

ciudades dibujadas en sus retinas,

una postal playa de arena-agua  como publicidad que Mr. Estado

ha cancelado a cadenas televisivas del cielo: un corte en las nubes,

bisturí en las noches estrelladas,

                            incisión/ escisión de la próstata de su lenguaje,

                            ron y cervezas – a esta hora de la jarana-

                            un jeans ajustado bien usaísta,

                            bien hollywoodense, bien trasero operado,                                           redondo, casi un fenómeno. 

Porque ese Mujerón sabe que en el quinto mundo

-entre el banco mundial y la economía familiar: un céntimo-

la tierra se fatiga o se seca la garganta

y dan ganas de echarse un par de mares, un poco de paisajes,

algo de cerros

                            pero sobre todo pachas o tribus

                            relativo al ego de la roca por moldear.

 

 

:

 

Ese Mujerón es una Inti pintada de Arauco

Europa-lila-rosa.

Dice que sus senos son los cerros.

Que sus senos son la láctea del mar y las Espunkas

que los Pachas consumen, Mama, dice

hazme tu mantra, tu tantra, sumatra;

hazme lluvia la cama de mi valle.

Dime si quieres india oropelada.

Dime si quieres plebeya neandertal muy cascada.

Porque yo seguiré el semen venenoso de mi origen.

Seguiré cantando junto a elle Europa

mi canción sorda, muda, ahuecada

bajo un catre de estrellas

en donde me acuesto como reina

y apuñalo los sueños karma

que mi ethos

                            me siglo apuñala en un quirófano

                            plagado de paisajes: una playa desnuda, un roca

                            detrás de la playa,

                            o más realista: un bisturí y unos ojos haciéndose                                globales

                                               como Asia.

 

 

:

Ese Mujerón ríe como un cielo dictador afiebrado de poemas mediáticos tirados desde el cielo

como una lluvia ácida, como un papel ahuesado ABC1,

bien rucio

                   bien rociado

                                               bien rumiado

                                                                           a lo sol.

Porque ese Mujerón

                            ríe y su risa son mil mares de excrementos

                            que caen sobre Montparnasse La Victoria

-la tribu se deja llover, se deja mojar la identidad-

y vuela queriendo alcanzar la suma de las cimas

                                      de su mortaja apretada hasta la estética.

Ríe

mientras Pacha Hombre masturba y danza su tecnopacha,

masturba la citadina mirada de la costa, de las costras que bailan

el baile

                                      sideral de los parques céntricos

                                      o instituciones pintadas a lo facho

                                      de cualquier ciudad.

Ese Mujerón ríe como un cielo dictador afiebrado de poemas

que babosean,

                            que saben de lobby o de “ok mi querido

                            presi”,

o de “Ok mi querida Insti”.

                   o de vámonos a tomar una coca, ahí a la esquina,

                   y parlamos del best seller vampirezco

                   que leemos en las micros verde rocío.

 

:

 

ahora  mira el panorama: alguna tela, alguna costura o por

decirlo con brocha

                            el óleo imperfecto del ojo,

que ve cómo escribe el cielo la suma sideral de las miserias

o los hechos sumados –bien aristotélico-,

en un plasma,

                            sentado en un sillón floreado

                            toma su buen Jack y fuma un habano

                            cubano,

junto a los dinosaurios del poder y su poema capitalista,

a la intemperie de las vidrieras: entre cobre y postal,

entre oro pobre

                            o alquimia huachaca, detracito de la tribu,

es decir

frente al monóculo de la pantalla

pinta:

 

                   un cielo gris, que nace de sus dedos,

                    similares a los tubos de escape de la ley.

 

:

 

El poder, grita.

El poder, casi una tormenta.

La llanura, mi mama rosa mis labios.

La ultratumba: Espunkas que me hacen seducir mi sol.

Casi Codelco el vestido rojo capitalismo que rueda

como un neumático en bajada, digamos Cajón del Maipo.

Casi Angelini, la saturación de su tarjeta

de barro-técnico, a lo Baudelaire contemporáneo.

Casi Friedman la salud mental de la güita o la tormenta eléctrica

de los cajeros autómatas

                                      con cerebro y corazón, ay.

 

Estoy aquí –dice-

mameando al niñocerro

de mi corazón rock tirado a las rocas

de ese Monstruo Andes.

Tirado

sobre alfombras de nieve,

sobre cerros capitanes del aire y sus caballos

de hielo

                   que se derriten

como flores de seda.

 

 

 

: soy una playa desnuda detrás de una roca

                                                                  que me dice:

lo que las olas botan la arena lo recoge en imagen

como mis ojos que de puro cámara fotográfica del sentimiento

comienzan a fumar

                                      pasos, pisadas, plisadas olas

que se rompen en la cerca de cemento,

                                      a la orilla de la arena acumulada como castillos media agua,

                                      entre Montparnasse La Victoria

                                      y el cerro París

bien lejos de mis oleajes, bien lejos de mi música o sol

detracito

                   de la roca, bajo un sol fusil o un sol que acaricia

                   la piel y hace yagas

o sea: duele.

Una playa desnuda dije, con vergüenza

o si soy sincero:

                            ese Mujerón me pasa por su facha.

 

:

 

Tengo la culpa, grita el Mujerón.

Tengo la lengua clonada de los Pachas.

El rasurado anglicano del cristiano Estado.

Y qué: camino cuando las horas no dejan

                                    de respirar una tierra.

Siento que el agua de mis cielos roza

el lente que visiblemente me ve

                            al lado de mi Hombre,

                            al lado de su serpiente-padre:

bebiendo su leche de día, blanca musa moderna, bebiendo

la leche de noche, blanca musa moderna,

bebiendo y bebiendo:

este paisaje  tiene una piel que choca

histórica

                                       contra los ojos de las piedras.

 

 

: Y me piedra. Y me solarium Viña del Mar. Y me golfo Bolivia.

Y me preño Austria. Y me bajo la Irlanda Minifalda.

Y me bronceo lonco. Y me taco Italia.

Y me ayuno India. Y me puro largo Cabo de Hornos.

Y me Marea el recuerdo. Y me Marea llamo.

Y me Mujora usaísta. Y me quirófano los ojos.

Y me Perú los dientes. Y me Miami las cortinas. Y me bailo

Colombia. Y me Mr Estado el Poder.

Y me globalizo los ojos como Asia.

Y me pongo

                            África. Y me África maligna me

arranco. Mujerzuela Norte, me dicen.

Y me puro dilato las neuronas y me puro preño ártica

Antártica

                   me pongo bien Alaska. Y me Boston los

músculos. Y me clono Neandertal. Y me pongo en cuatro:

para que vengan,

                            para que sientan:

Lo papel arrugado tirado al basurero que soy.

Lo poema capitalista que soy.

La postal de un edificio que tapa el firmamento y su luz.

 

 

 
Datos vitales

Oscar Saavedra Villarroel (Santiago, Chile, 1977). Licenciado en Educación. Becado por la Fundación Pablo Neruda en el 2005. Ha participado en encuentros nacionales e internacionales de poesía, Chile Poesía, Cielo Abierto, Perú, Gira Bolivia 2009 o érase una vez La Paz-Cochabamba, Bolivia, entre otros. Ha obtenido varias menciones en diversos concursos (Juegos Florales Gabriela Mistral 2008). Un adelanto de su proyecto poético dOPING hISTÓRICO fue publicado en “Anomalías, 5 poetas chilenos” (Editorial Zignos, 2007). Tecnopacha (Editorial Zignos, 2008)  Poemas suyos han sido traducidos al portugués en la Antología Latinoamericana Bilingüe “Tránsito de Fuego”. Es editor literario de la revista indie.cl, coordinador del encuentro nacional de poesía Descentralización Poética y director de la editorial Andesgraund.

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