Víctor Manuel Cárdenas (Colima, 1952) es poeta e historiador. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2007. Es autor de Después del blues , Primer libro de las crónicas, Peces y otras cicatrices, Poemas para no dejar el cigarro, Micaela, entre otros. Los poemas fueron seleccionados por Guillermo Clemente.
Micaela
*
Aquí estoy,
celebrando tus primeros cien años.
Una tarde de agosto,
con el azul de las hortensias,
confesaste al punto de una lágrima:
Dios se olvidó de mi.
Olvidada del oído y del odio,
no escuchaste
mi respuesta:
No es asunto de Dios,
es tu constante
primavera…
Sonrió,
agradeció con besos la visita
y nos regaló las galletas que le regalamos
hacía
treinta minutos:
Las hice ayer por la tarde,
ojalá les gusten.
*
De niña de pueblo,
hija de la tierra,
subió ágil
a joven de componendas.
No fraguaron las negociaciones
de la hija ojozaul
con el hacendado de enfrente.
Llegó la Revolución con sus armas
y se ocultó
debajo de la cama.
Sus once años se pierden
en batallas interiores,
en noches de espanto
donde nadie sabe
el cuándo ni el porqué.
En esos días
las sábanas eran remanso
pero las sábanas no llegaron
por esos días.
Fue al río
y escuchó las campanas de Gabriel
como quien la llamaba a misa.
La hizo feliz.
No se niega
a celebrar la victoria.
*
Después de la ceremonia
con los debidos respetos
a San Miguel y a Santa Micaela,
en salones y terrazas
abre la fiesta.
Regalos,
botanas,
carnitas,
carnes asadas y moles;
cerveza,
botellas,
mariachi…
Tres horas después
de tantos abrazos
Micaela
regresa a su habitación;
pide que la dejen sola;
sube un poco los pies
en la piecera del sillón;
toma su tejido,
enfila el gancho
y tararea
Solamente una vez…
Se queda dormida
mientras gritos,
guacos
y tamborazos
invaden las calles de Comala.
Una camisetita
le rueda entre la piernas.
Nadie escucha el
clinc
clinc
del gancho
al resonar en el piso.
*
Señora de la Noche: protege a Micaela de la soledad que desconoce; que por su sombra no crucen más los ríos funestos de la revolución, el eclipse de los templos cerrados, las furias del secuestro de su hijo. De sus muertos ella se permite depositarlos aquí y allá, en la habitación de sus entrañas. Tú vigila, por favor, dale la gracia de no padecer el infierno que hemos construido y habitamos. Todos te lo pedimos, señora de la Noche: déjala soñar.
*
No vas a morir. Tu cuerpo de parota cada año florecerá en la luz intensa de las primaveras. Déjame escuchar tu corazón de niña tierna, deja que mis manos acaricien tu piel, tu rostro, tu pelo abierto y destrenzado; deja que mis ojos dibujen el mar infinito de tus ojos: Soy Gabriel, Micaela: no descanses en paz.
A la hora del fuego
En memoria de los caídos en Naquem, Chiapas
aquel tremendo 10 de julio de 1977.
A la hora del fuego, el año del balazo y cuando
andaba cerca ya de todo.
César Vallejo
Introito
No es necesario gritar a las cuatro esquinas que nos destruye el tiempo. Tú lo sabes. La casa te vistió de sepulcro y estás descalza, desnuda ante una ventana poblada de pancartas y silencios. Ocurre esta noche el balbuceo de los frutos maduros, la voz de un animal destrozado sobre su pronta sangre. Son las dos y te rodean Naquem, Nicaragua, El Salvador, labios de bocas sin dientes pidiendo pan. No es necesario beberse a los árboles para entregarse a la muerte, basta tu sexo recibiendo el impulso de puñal para blasfemar frente a las ciudades, frente a los ríos que ruedan con sus ojos ciegos. Puedes pasar la noche cubriéndote del frio con las pancartas, con las voces de los muertos colgando de tu nariz. No hay más verdad que la que observas, la que te impide dormir, la que te avienta a la calle para ser pisoteada en el asfalto.
Crónica 2
Recorrer las calles me vuelve extraño,
intruso, extranjero.
Compro un ate azucarado para detenerme un poco
en el otro que soy.
Veo mis ojos sonrientes de dos años y estoy festivo
con traje azul
y un barquito bordado.
¿Cuándo conocí el mar?
La ternura es una flor que me distingue
en instantes memorables
de los que no existe el recuerdo.
¿Cuándo conocí el mar?
Ya no son los guayabates como antes
o quizá el tabaco
impide moverme
en los bordes de un río
que permanece distinto
en el mismo sitio.
Es falsa esta ciudad: decir aquí nací
es un afán de recuperación
por boletas
y archivos.
¿Cuándo conocí el mar?
Definitivo
Todo acto de consumación
exige reposo.
Herencia
En memoria de Gabriel H. Morales
Vivo ahí, en la casa que dejó para nosotros. Es ésta,
transparente, dichosa, el minuto en la vida breve
de mi hijo en asombro.
¿Recuerda alguien la zumba,
el balero, el arte fugaz de un trompo en desafío?
Las palabras enormes duermen dormitan en poemas obtusos,
serpientes-escaleras que mueren en sí.
¿Para qué
tanta metafísica si el mundo es redondo, ordenado,
injusto, desequilibrado?
Vivo ahí, dichoso, en la pregunta
que sembró para nosotros.
Inicio
Al ingresar, la matrona explica la doncella:
Como todas las mujeres, eres hermosa; naciste para la dicha y el placer. Dile adiós a trabajos vulgares que denigran a las otras. Entrégate con intensidad; purifica saliva, sábanas y aceites. Que no anide la vergüenza en tus manos, en tus pies, en tu lengua. Lava tu cuerpo hasta desprender el pudor. Entonces tu paladar erigirá soberbias fortalezas. Entonces, sabia en virtudes, conducirás a los hombres hacia las puertas de la salvación.
Reunión de ex alumnos
A Carlos Muciño
Nuestra piel exhibe la información lapidaria.
Estamos aquí más bien vencidos, gozando parcelas
no incluidas en alguno de nuestros programas.
Somos los posteriores, los hijos de una leyenda
perdida en el anonimato, en cárceles precoces,
en divorcios anticipados o en la mala suerte
de no morir.
Podemos emborracharnos y escribir elegías sobre
los tiempos idos.
Podemos, sin ninguna pretensión, establecer un juicio
lúcido contra lo establecido.
Lo cierto es la jaula de sabernos vivos. Lo radical
es vernos, sabernos
¿Existirá el aplauso? ¿Vendrá nuestra ancianidad
a recobrarnos?
Fuimos cien, fuimos sesenta: ¿Quién –director de escena-
nos convirtió en catorce?
Magdaleno Martínez desapareció un joven 2 de octubre;
Melitón debe radicar en alguna montaña,
Lucio murió de cáncer a los 23;
Guadalupe Zamora fue torturada, violada, enloqueció;
Concepción Acosta murió de aborto ilegal;
Francisco Jiménez se casó y fue vencido;
Armando se ahogó en el mar (Nunca olvidaré las burlas
y el posterior asombro);
Julio Padilla sufrió tres meses el suicidio;
Carmita Méndez apareció en una lista oficial;
Héctor González administró un cabaret: fue asesinado;
¿Quién
quién nos puso en esta mesa
para mirarnos?
A los 33
La edad del Cristo azul se me acongoja
Ramón López Velarde
A los treinta y tres, aún me pregunto
por la naturaleza de las cosas.
¿Perdí lo que perdí o he disciplinado
el paso de los años?
Un montón de huesos con nervios y carnes
no definen el esfuerzo
de un hombre que desarma su piedra.
Pero no es piedra,
¿Será madeja y no hay forma de expresarlo?
Se ha dicho tanto,
se han roído tanto las palabras que no,
no encuentro sumisión
o ventana. Con los años los golpes
se revierten, con los años
se define la imprecisión
y ceder
es un martillo que en la intimidad
no perdonamos.
Bautismo
Que la lluvia esté de tu parte.
Que el prodigio del sol te lleve siempre a la novedad
y presida la luz tus actos.
Que las sombras te sean fecundas y felices.
Que el sueño precise tus pasiones y no te sean vedados
los límites del viento.
Que la palabra despierte contigo y viva contigo.
Que de ti broten cadencias firmes y hojas que sean flor,
nube, cielo y agua.
Qué la música invada tus rincones y te sea franca
la magia de los colores.
Que la muerte, culminación del día y la noche,
te busqué después del fuego
y sea encuentro, encuentro, imagen intensa de lo vivo.
Busca la raíz, el centro siempre; observa la geometría
del caracol
y navega en sus profundidades. No suspendas el ocio
frente a lo amorfo.
No decidas antes del amanecer, guarda tus tormentas
para la hora del fuego.
La noche de tu concepción fue de antagonismos.
Hoy que estás aquí, yo te bautizo. Yo te bautizo
con el nombre de Mar
i
Sol:
Que seas río.
Que tu cauce nos lleve a más
Que tu vida
sea un nuevo preludio.
Agonía de Rimbaud
A Vicente Quirarte
1
Nada es igual con todo y permanencia.
Un hombre ama a una mujer. Un hombre
bendice la claridad de la respuesta.
Al día siguiente, distintos, hombre y mujer
son roca y mar. Los mismos. Los distintos.
Sólo los crece la brevedad que fueron,
el instante solamente vivo en la soledad
del tiempo. Nada es igual. Aún así,
permanecemos.
5
¿Para qué ir y venir
cuando el destino
es la llave de una puerta
desconocida por nosotros?
¿A dónde llevo mis hombros,
mis dos hijos, la hermosa mujer
que me acompaña? ¿Vale
llevar mis pies a la suerte
no sabida? A los veinte años
yo sabía a donde ir. Hoy desconozco
entrada y salida. ¿Para qué
ir y venir? ¿Por qué este gentío
hacia ninguna parte?
10
Rogad por él. Rogad por el río
que desaparece. Rogad por el mar
que llevamos dentro. Rogad por nos,
esos otros que aún no conocemos.
Leí en el mar
Leí en el mar toda la noche:
Calma. Relájate. No desperdicies
pólvora en infiernitos. La vida es
apenas, una posibilidad. Observa
a los cangrejos; medita en la devastación
de las aguas. Si la claridad se impone,
los vientos te llevarán; si una mujer,
la luna. Todo comienza aquí. Tumulto
y oscuridad son páginas diarias
en los noticieros. El presente nada rige.
Voltea. Estar aquí es inventarlo todo.
Tú eres el mar.
Antología realizada por Guillermo Clemente
Datos vitales
Víctor Manuel Cárdenas (Colima, 1952). Historiador y Poeta. De 1982 a 2007 fue miembro de la revista Tierra Adentro, del consejo editorial y posteriormente director de la misma. Autor de libros como Después del blues (Punto de Partida, UNAM, 1983), Primer libro de las crónicas (Katún, 1983) Peces y otras cicatrices (Colección Laberinto, UAM, 1984), Zona de tolerancia (Universidad de Colima, 1989), Ahora llegan aviones (Colección Los cincuenta, Conaculta, 1995), Fiel a la tierra (Instituto Colimense de Cultura, 1995), Crónicas de Caxitlán (Toque de Poesía, 1996), Poemas para no dejar el cigarro (Colección El ala del tigre, UNAM, 1999), Micaela (Universidad Autónoma de Zacatecas, 2008). Premio Nacional de Poesía Joven Ciudad de México 1981. Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2007. Es candidato del Premio Iberoamericano de poesía Reina Sofía.