En el marco del dossier “Otra muestra de poesía argentina”, preparado por Carlos Aldazábal, presentamos la poesía de Juan Carlos Moisés (Sarmiento, Chubut, 1954). Es poeta director teatral y dramaturgo. Su última colección de poemas es Esta boca es nuestra (2009).
Para leer la introducción que vertebra esta muestra sigue el enlace
LOS RUIDOS EN EL AGUA
Los ruidos en el agua
del ahogado con el cuerpo
atado como con sonajeros.
Podría decirse
que no se quedan en la orilla
que traspasan los árboles.
Entonces
¿hay que espantar esos ruidos
taparse los oídos pensar
en algo agradable?
Ustedes dirán, señores peces.
(de Ese otro buen poema)
ESE OTRO BUEN POEMA
Mi amigo Blaise Cendrars decía
soy un mal poeta
y creo que también yo soy un mal poeta
no puedo escribir un buen poema uno
que valga por todos los que he escrito
por todos los que escribiré
no puedo no puedo
se lo repito a mi mujer a la hora de cenar
cuando estamos juntos
y ella me calma me hace pensar
con su alegría en ese buen poema que aún
hay que escribir
mi amigo Blaise Cendrars no sabía ir
hasta el fondo de las cosas
y decía soy un mal poeta
y yo también creo que hay que escribir aún
ese otro buen poema
( de Ese otro buen poema)
UN MAL NEGOCIO
Señor usted ha hecho muy
mal negocio ha escrito
poemas a cambio de nada
y no creo que haya conseguido
mucho de lo poco que necesitaba
sin embargo escribiendo
sobre los particulares encantos de este siglo
usted se ha reído de buena gana
una risa muy suya muy especial
y eso ni en la mejor película
del cine mudo
por suerte usted no era mudo
habló mucho y habló bien es decir
todavía se lo escucha
(de Querido mundo)
DESPUÉS DE LOS AÑOS PERDIDOS
a Milton
un viejo amigo golpea a la puerta
irrumpe en la casa
esa cara que reconocemos
es el reencuentro
decimos: la tormenta
no se pone de acuerdo con la primavera
había olvidado ciertos árboles solos
como personas
maltratados por el viento frío
de acuerdo hablemos de nosotros
te afeitaste la barba
ahora parecés Groucho
con el bigote espeso
no no vi una noche en Casablanca
Buenos Aires Casablanca allí eras otro hermano
yo estaba acá en el sur soñando
las innumerables formas del poema
o de la vida
un año y medio con la cara pintada
como un guerrero
la edad de nuestro hijo mayor
fue ayer ayer cuando nació recuerdo
ella sufrió en el desgarramiento
dijiste unos nacen otros mueren
las infinitas formas de la muerte
ahora tocaste el otro extremo
tu pueblo natal
y te estamos viendo
escribir poesía
sí ese viejo truco
sentir con la cabeza
pensar con el corazón
(de Querido mundo)
LOS HÉROES ANÓNIMOS
A un caballo que entró a comer
el césped del jardín
lo persuadí con palabras
y con unos terrones de azúcar
que comió de mi mano
al cordero que destrozó
las flores más tiernas del cantero
lo hicimos dormir
en la leñera
y terminó tomando leche de una mamadera
que improvisamos con una botella y un
dedo que cortamos
de un guante viejo de goma
sin embrago
no me atrevo no
nunca me atrevería a disuadir
al gallo bataraz
ni a la gallina de plumas blancas
su enamorada
personajes de difícil carácter
especie de héroes anónimos del vecindario
que luchando no sé si contra el mal
o contra el hambre atacan siempre
desesperadamente
la bolsa de maíz de la vecina
(de Querido mundo)
COMO EL DICTADOR DE UN PAÍS
hijo
hemos tenido un desencuentro
te he castigado
con mis propias terribles manos
de padre
y ambos hemos quedado
visiblemente doloridos
te oí llorar
y vi tus lágrimas abundantes
tus lágrimas que pagan la travesura
desde mi dolor contenido
también lloré
lloré en silencio
me habrás visto seguramente
como yo he visto al oscuro dictador
de un país
y me habrás repudiado en tu desamparo
con esto último no quiero decirte
hijo mío que los dictadores
son como los padres arrepentidos
que utilizan la fuerza para imponer
su autoridad y ciertas
conductas de convivencia familiar
porque en el fondo
hijo querido tu padre es bueno
como la energía
que motiva tus travesuras
y además y sobre todo
tu padre te pide perdón y se arrepiente
los dictadores no
(de Querido mundo)
MUERTOS AMADOS
Testarudos, no por ciegos,
estos muertos amados
siguen buscando aventura;
con la lengua amortajada
y seca parecen decir:
hay que ir y hundirse en la tierra
de cabeza, abrir grietas, no parar
nunca.
(de Animal teórico)
HABLA EL CAPITAN AHAB
Sépanlo: cuando por fin un día
alguien desprevenido encuentre
a la invencible ballena Blanca
varada, seca, muerta de vieja
en una playa perdida
de los mares del sur,
va a ser posible reconocerla
no por su color ya desvanecido,
no por el gran tamaño de su esqueleto,
ni por su ferocidad ahora inexistente,
sino por mi cadáver limpio
de carnes, pura osamenta,
aún aferrado con uñas y dientes
a su gran cuerpo vencido.
(de Animal teórico)
BUSCANDO A LA VIUDA NEGRA
Después de la lluvia de la tarde
caminamos con mi hijo
en los mansos campitos linderos.
El olor a tierra húmeda
que trae el aire nos aviva los sentidos.
Damos vuelta una bosta de vaca
reblandecida por el agua,
débil en su consistencia,
buscando a la viuda negra,
la de la mancha roja en la panza.
Queremos saber de qué se trata
esa cosa insignificante y a veces mortal
de la que mucho se habla.
Se parte la bosta al caer,
y hormigas, ciempiés, bichos bolita,
enemigos sin coraje se asustan
y corren de nosotros.
Tantos han venido y vendrán
con un palo en el hombro
a oficiar de verdugos
sin hacerse anunciar.
Buscamos, revolvemos
sin suerte.
Y lo dice él, el pequeño:
somos más curiosos que la lluvia.
(de Animal teórico)
CARTA PARA CLARA
Te escribo desde la oficina
de la empresa, a donde todos
los días y a cada hora llegan hombres
de rostro curtido buscando trabajo;
dicen sus penas, cuentan sus historias.
Los escucho con atención.
Me distraigo de la tarea
y por momentos vivo sus vidas
como un intruso.
A veces, a mi modo, si puedo,
si soy capaz de hacerlo y me salen
las palabras, les hablo del tema
que me hablan, les sigo la corriente
como lo haría un amigo
o un parroquiano en el bar.
Hoy vino uno que había matado
a otro; me miraba sin sacarme
los ojos de encima cuando lo dijo.
Eso había ocurrido algunos
años atrás y ahora, a los pocos
días de haber salido en libertad
condicional, estaba empeñado
en ser una persona distinta.
Quiero empezar de nuevo, dijo.
Ya no quería saber nada
de su pasado, de la cárcel
donde lo había perdido todo.
A simple vista, su conciencia
todavía lo atormentaba.
Para contarlo, tenía la misma
parsimonia con que pedía trabajo.
Destruyó su vida y su familia,
y no sabe si puede tener una nueva
posibilidad de ser una persona
como las demás.
Me hubiera gustado decirle
¿Qué es ser una persona como las demás?,
pero no me animé.
Amagó una sonrisa tímida, sin embargo,
y me miraba y esperaba,
cuando me entregó el documento
donde leí su nombre:
Evaristo Cañumil.
En esta carta, mi amor, van esas caras,
esos relatos, y las palabras que no pude
pero que hubiera querido decirle
a ese hombre que buscaba trabajo.
Esta carta y yo vamos a llegar juntos;
la vas a recibir de mis manos.
Era necesario prevenirte.
(de Esta boca es nuestra)
Datos vitales
Juan Carlos Moisés (Sarmiento, Chubut, 1954). Publicó Poemas encontrados en un huevo (1977), Ese otro buen poema (1983), Querido mundo (1988), Animal teórico (2004), Palabras en juego (2006), Museo de varias artes (2006) y Esta boca es nuestra (2009). Figura, entre otras, en Una antología de poesía argentina, Lom ediciones, Santiago, Chile, 2008, y 200 años de poesía argentina, Alfaguara, Buenos Aires, 2010. Director teatral y dramaturgo. Publicó las obras El tragaluz (2007) y Desesperando (2008), y el libro de cuentos La velocidad de la infancia (2010). Como dibujante y guionista de historietas ha publicado trabajos en medios gráficos. Vive en su pueblo natal.