En el marco del dossier “otra muestra de poesía argentina”, preparado por Carlos Aldazábal, presentamos el trabajo de Alejandro Schmidt (Villa María, Córdoba, 1955). Publicó 38 libros de poesía. Entre 1991 y 2007 dirigió la editorial de poesía Radamanto.
Para leer la muestra que vertebra esta muestra sigue el enlace
El resto es literatura
Tuve tres bibliotecas
vendí una para casarme de apuro
otra para comer
a la tercera se la llevó
el fuego de confiar en las palabras
a vacíos estantes subo
y me cubro de cenizas.
(de Oscuras ramas, 2003)
Kiosco
yo quiero tener un kiosco
lo quiero de día
y lo quiero de noche
abierto
seré el señor del kiosco
el gordo kiosco
el dueño del kiosco
en la esquina
con un toldo a rayas
brillará mi kiosco
llenaré la maleta del gato Félix
el tesoro de Rusia
la boca
de mamá
seré feliz
cuando tenga el kiosco
y escriba Pessoa mi poema
la insignificancia de Occidente
derramará sus cajas
de noche
un televisor pequeño
explicará los mundos
la luz de la ciudad
irá mezclando astros
seré
el necesario dios
de la vereda.
(de Oscuras ramas, 2003)
24 de marzo de 1976
Yo estaba en una pensión en Tablada al 40
yo dormía
yo me levanté a las 4 de la mañana
y encendí la radio
yo escuché: comunicado número tanto
y una música maravillosa
me quedé quieto
atento al orden de los comunicados
a esa voz de la patria.
A las 6 se fueron levantando los compañeros
yo me asomé al balcón
un colimba me miró desde la esquina
se veían tanques en el puente
yo miré para otro lado
al Mercado, a los camiones
yo no tuve miedo
yo no hice nada
ni entonces, ni después
yo no era nadie
yo vivía colado ahí
los muchachos trabajaban en el Mercado
yo leía a Gurdjieff
yo vendía la guía de Córdoba
en la Cañada
yo andaba pelado y descalzo
yo tenía un suegro militar
yo tenía 21 años
yo tenía un bolso y un cepillo
yo tenía todo el fracaso que llegó
yo tenía que ir hacia la nada
y allí fui.
(de Oscuras ramas, 2003)
Por algo será
No están ni vivos ni muertos
están
allá
debajo del farol
en la casita de Dios
yo lo comprendo
(estábamos vivos y muertos)
una patria era el viento
y a vos
cómo te fue con el caudal
y el camalote
de la sangre derramada
aclamada
por algo será
que los llevaban a galpones musicales
y cantaba el jilguero ay! ay! ay!
tarde
tarde.
(de Videla, 2009)
Más innumerable
más innumerable
parece esa lluvia
completando un vasito rojo
olvidado en el patio.
(de Esquina del universo, 2001)
Oscuro
Oía el viento por los techos altos
no en la votiva lámpara de otros
era yo el oscuro, el negado
sino en lo grumoso
de la primera sangre
sustancia que no aguó la pena
el mérito.
Madre, hermanos, cuanto dolor
y cuanto endeble hierro.
Padre
estrella polar, otra nostalgia.
Mugía el aire por el pueblo
tendido aprendía su camino.
No como grandes flechas, fuego
iba al aire y esta vida
sólo así
en el desordenado rumor de lo que pugna
altivo y sofocado.
Prójimo a quien aguarda el resplandor
a su paciencia
amor, desde tu sueño miraba
la fuerza de un arrojado corazón
y nuestra casa.
Y siguió el viento
desnudo como agua
la noche fue dando vuelta
su palabra
(de Verdad de lo evidente, 2011)
Hacia una historia natural de la pena
(fragmento)
Siempre me sentí un niño en la torre del hielo.
No despertaba mi padre tras la estrella.
Invitaron a la fiesta del hada.
Y vos
¿qué podías hacer?
Vacío anduvo el cielo, retumbando…
En rincones me cubría
de caminos
tras la hélice del diablo
sembré
mi pobre corazón
nadie acepta la verdad de vivir
y se lastima las manos ofreciendo.
Dijiste
estemos juntos
muchísimas gracias
pero
en dónde…
Fui el niño que buscaba
sin mirar, sin preguntar a nadie
liso
de amor.
Me dejan para después
cerquita de la noche eterna
allí está la casa
los monstruos
inmutables.
No escribiré más.
No alcanza.
Madre abre los ojos.
Todo arde.
(de Verdad de lo evidente, 2011)
El otro
A veces quiere salir
no insiste
sencillamente
me lo hace saber con su cuerpo
para qué
para ver
hacer
qué.
Si es por mí
no saldrá nunca
quedará ahí
bailando frente a reyes
mirando la venta del infierno.
El idiota que dejé entrar
crece
sacude
hasta escribir.
(de Verdad de lo evidente, 2011)
La explicación
Habrás pensado que
adentro del cuerpo
nacía el resplandor
por eso dijiste
viví una vida lastimada
solo a veces
de la herida
salió luz…
O habrás sentido la piel como
un oscuro guante
del ser.
O nada de eso
lo dijiste
porque era otra forma de callar
de explicarte.
(de Verdad de lo evidente, 2011)
Saber
Transparencia en relámpago de la razón
la duda
no tiene sueños por cumplir
así como deviene en temor
para el imbécil
crece hasta luz
para los sabios
violenta derrama, entre reyes,
su amargo amor
y surge en harapos
la verdad.
Ante preciosas fuentes
eliges su copa de advertencias
esperas
y te rompes.
Porque dudar es comprender…
La rosa ya es la arena.
(de Verdad de lo evidente, 2011)
Datos vitales
Alejandro Schmidt (Villa María, Córdoba, 1955). Publicó 38 libros de poesía, entre ellos. Tajo en la piedra (1984), Serie americana (1988, segunda edición corregida 2008), Dormida, muerta o hechizada (1993), El diablo entre las rosas (1996, segunda edición 2006), Escuela industrial (1996, segunda edición corregida y aumentada, 2008), El patronato (2000), Casa en la arena (2006), Videla (2009), Árbol viudo (2011), Tú (2011). Ha merecido más de 20 premios a nivel nacional e internacional por su obra poética y editorial. Parcialmente fue traducido al inglés, alemán, italiano, rumano, catalán y portugués. Entre 1991 y 2007 dirigió la editorial de poesía Radamanto.