Mujeres poetas de Honduras

hondurasLa poeta Karen Valladares (Honduras, 1984) ha preparado una muestra de la poesía escrita por mujeres en su país. Valladares es también gestora cultural y abogada. Miembro fundador del movimiento literario poetasdelgradocero. Ex miembro del grupo taller literario Máscara suelta. Miembro de la asociación nacional de escritoras de Honduras, (ANDEH).

 

 

 

 

ANTOLOGIA DE POETAS MUJERES DE HONDURAS

 

 

 

 

 Clementina Suarez
1906

 

Combate

 

Yo soy un poeta,

un ejército de poetas.

Y hoy quiero escribir un poema,

un poema silbatos

un poema fusiles.

Para pegarlos en las puertas,

en las celdas de las prisiones

en los muros de las escuelas.

 

Hoy quiero construir y destruir,

levantar en andamios la esperanza.

Despertar al niño,

arcángel de las espadas,

ser relámpago, trueno,

con estatura de héroe

para talar, arrasar,

las podridas raíces de mi pueblo.

 

 

 

  
Amanda Castro

Éxodo

Todo se había vuelto un Profundo silencio
—un caos como al principio—

Bajo una piedra se hallaba
la placenta de la vida
que podrida como estaba
hizo surgir a Odosh’a
el espíritu del mal
Xibalbá
—la casa de los cuchillos—
—la casa de los tormentos—

Los seres de maíz
empezaron a pelearse entre ellos
y fue así como nació el odio
y el llanto

En la casa de los murciélagos
la sangre del maíz se transformaba
en vísceras humanas
En la casa de los espejos
los hombres se arrancaban los ojos
con las manos

—Odosh’a les enseñó a matar
y Odosh’a estaba alegre—

 

 

 

 ARMIDA GARCIA

1971

 

nudo ciego

XVIII

 

Pero
la soledad no se marchó
fue sólo
que ya no pude
volver a tocarla.

 

 

 

Lety Elvir

1966

 

A veces
una sólo quiere
perderse en la noche de alguien
descongelarle el frío enquistado en su pecho
levantarse la falda
gritarle muchas verdades.

 

 

 

Rebeca Becerra

1970

 

Siluetas

 

                               Todos caminan apresurados

                               sin tiempo para las aceras

                               y los parques

                              

                               No olvidan

                               porque no han vivido

                               pasan…

                               como un simple viento de muerte.

             

 

              

Francisca Randazzo

1973

 

Amanece

doloroso en mi garganta.
El sol despunta
entre las piernas,
nublado y seco.
Alguien busca,
tropieza,
intuye
detrás del vidrio.
Voces
se pasean
por mi ropa,
una mano
las sacude;
mis pies
ya no están,
trato de recordar la puerta
que no atravesaron.
Pruebo dar un paso
pero sólo mis ojos
avanzan
y encuentran
el miedo

 

 

 

Waldina Mejía Medina

 

Mujer Todos Los Días 

Una madre puede hacer
todo lo que hace,
no por ser mamá
sino por ser mujer.

Mamá es una mujer como las otras:
es alegre, tiene canas, se enoja
trata de adelgazar aunque no de a de veras
está enferma
casi no se cuida

mi madre se equivoca
mi mami alguna vez ha sido injusta
lleva sus cuantos errores a la espalda
sus pecadillos por allí escondidos
o deseados

pero mami crió a sus hijos ella sola
y a tres hijos más como a sus propios hijos ella sola
mas era yo tan joven cuando madre quedó sola
que nunca pregunté cómo comimos siempre
y ahora todavía no lo sé
pero tiene que ver con la multiplicación de los pesares.

Ya que es una mujer como las otras
mi madre quiso más de alguna vez
reflorecer su amor
pero los que idolatran el estéril espejo
no entienden
el prodigio
de la transformación del oro en sueños
y si no derrotó en esta batalla
por lo menos a la rabiosa soledad
ya la tiene enjaulada como la bestia horrenda que es
por el claro milagro de los nietos.

Mi mamá nos recibe cuando estamos cansados y caídos
pero no nos convierte las espinas en flores
porque nos enseñó a quitarlas solos
y no es la más clara imagen de Dios sobre la Tierra
no alcanza requisitos para Santa
ni se parece en algo a la Virgen María

sin embargo

mamá puede reír aunque esté triste
madre puede amar aunque ella no sea retribuida
mami puede ayudar aunque ella esté también necesitada
madre puede trabajar aunque haya trabajado
hasta la madrugada/
mamá puede aguantar aunque ya no aguante más.

por eso
mamá es una mujer como las otras
una mujer, sencillamente un ser humano,
le dan derecho a serlo
sus cuidados su ternura su amor por los demás
su aguante para aguantar que ya me habría muerto
y por tanto que es esa mujer
me asombro
me inclino
me acorazo
y no sé cuánto decir
cómo la quiero.

 

 

 JESSICA ISLA

1974

 

A la poeta y activista, Suyapa, quien inspiró este poema

 

 

Soy este cuerpo dibujado a golpes

Que camina día tras día bajo el sol,

bajo este cielo incierto de máquinas aladas,

en medio de ráfagas de humo y

el sonido de fusiles

Soy infinidad de rostros:

el de un chico asesinado,

el de la abuela que camina

el de la gente lenca armada de una paciencia infinita

El de la pintora de mantas,

El de la chica de las muletas

Que se enfrentan de a pedazos o en conjunto

A las murallas verde olivo cargadas de violencia.

 

Puedo decir que de mi cuerpo salen muchos olores

El de la montuca fresca

El de la tortilla y los frijoles

El de manos sudadas y cuerpos cansados,

pero también

el olor de sangre derramada

el de gas y pólvora

el olor a muerte y a miedo.

 

Mi garganta

está poblada de voces:

Estoy en las discusiones acaloradas de las asambleas

en el grito de la maestra

En el relato de la joven violada,

En la protesta de los golpeados, de las torturadas

En la voz que canta en las calles

 

Soy miles de sombreros y

cientos de palabras,

soy abrazos, lágrimas,

ternura, carcajadas.

Estoy llena de

sonrisas que iluminan el día

colores que vienen de todas partes

tengo alegría, ganas de bailar,

tengo esperanza.

 

Porque sin mí las calles

Se quedarían solas,

Porque sin mí las paredes no dirían nada

Porque soy tus manos, tus pies cansados,

Tu voz.

 

Yo soy la resistencia.

 

 

 Mayra Oyuela

1982

 

Tranviaria

 

Llevo al mundo como pendientes en mis orejas,
rozo con mis pestañas a los desconocidos,
beso manos de transeúntes
(hormigueo en los labios).
Que alguien me aborde,
soy el metro que esta ciudad jamás conoció,
atrevidos en mi todos los años,
en mí el transcurrir,
en mí la palabra ventrílocua de cada estación,
en mí la espina y el diente que muerde la rosa de lo oculto.
Mis muertos no son sombras raídas en la luz.

 

Que alguien me aborde,
sé cual es el principio y el final de este cuento.
Que alguien suba y se detenga en mí.
Mis ojos son túneles que dan a cualquier lugar,
mis manos paredes para reposar en lo oscuro,
mis brazos sillones para que vengan a hacer el amor.
Roto ya todo lo íntimo en mí,
he de saberte andar, mundo,
con los puños cerrados en señal de auxilio y no de defensa
cerrados para llevar en ellos el resto del aire
que no supo caber en mis pulmones.
En la imperfección está lo bello.
No necesito ser el poeta sino el poema,
la belleza está por encima de la lógica de cualquier poeta.
Necesito andarte despacio, camino,
no me detengo en el asombro de saber llegar, mundo:
en tus barrios, tatuadas están las paredes de calcárea
sumisión,
en tus barrios fue donde aprendí a defender el descenso.
Soy el metro que esta ciudad jamás conoció;
en mí los volantes con fotos de desaparecidos,
en mí tumultos de palabras que alguien no pudo barrer bajo
la alfombra,
en mi el transcurrir.
Que nadie venga a preguntar porque no te describo,
esperanza,
yo hablo de eso otro bello, que no está en lo bello.
Abórdenme predicadores de la tarde,
zanates, pirueteros, estudiantes: no olviden el punzón
y esriban en la oquedad de mis vagones
teléfonos para citas de amor,
DJ, bartenders y todos con título de extranjerismo en su
profesión,
suban carniceros del San Isidro, conserjes y putas,
albañiles vengan a devolver la sonrisa
a las princesas de los domingos.
Mujeres: describan con su carmín la caricia que no les tocó,
suban, fresitas del high school, madres solteras, suicidas,
docentes, vengan a traficar perfumes traídos del Canal de
Panamá,
vengan a abordarme, en mí el transcurrir, todos los años,
el suspenso del que anda a tu lado, a pesar de su humanidad.

 

Sé quien soy,
basta una palmada en el hombro
y retorno a mis pies nauseabundos de sueños,
basta una palmada en el hombro
y retorno a mí

 

al anonimato,
a la flatulencia, a la humana que soy.
¡Abórdenme!!!
soy el metro que esta ciudad jamás conoció,
vengan y calcen mis pies
ya que nunca podrán calzar mis zapatos.

 

  

 

Karen Valladares

1984

 

Cielo

 

Me faltan siglos

Para dejar de ser.

 

La palabra

me sobra a veces.

 

Los movimientos de la tarde

se desprenden hasta caer en la curvatura de mis ojos.

 

El sol es un conjunto de monedas lanzadas al aire.

 

Un trazo de papel

Rayado por un niño es el cielo.

 

 

 

Alejandra flores Bermúdez

1957

 

POR LA VEREDA
va una mujer
cargando frutas
en una canasta

Por la vereda

Por la vereda
van las frutas
cargando a la mujer
que lleva una canasta

Por la canasta
pasa la vereda
y una mujer
que vende frutas

Por una fruta
pasa el campo
lleno de árboles
adonde hay
una vereda

Por una mujer
pasa la vereda
cargada de frutas
y montañas
En la canasta
hay leña y humo
y hombres
y mujeres
que tejen cestas
y ven hacia
las montañas

Por una montaña
hay una vereda
llena de mujeres
que carga frutas

Por una mujer
crecen las veredas
las frutas, canastas
e inmensas
montañas…

 

 

 

 

Diana espinal

1964

 

IX

 

Me desnudo

en tu boca de almendro acantilado entreabierto

desprendo

 los ruidos

los ruedos

y el biés de mi falda

 allá lejos entre el agua y la sal

 te desnudo dentro de múltiples lunas.

 

 

 

 HILDA INTERIANO DE PAYES

 

[ MARINA DE LA CUEVA]

 

 

NOSTALGIA Y SOLEDAD

Cuando cae la tarde,
Mi nostalgia se agudiza más…
Estás ausente y no quisiera pensar…
Cuando cae la tarde,
Una música dulce y tierna
Llega a mis oídos.
Estoy melancólica y triste…
Mi corazón siente tu lejanía.
Sobre las alas de la tarde
Comienzo mi vuelo,
Sin pensar… ni existir…
¿Volver a la realidad?
¿Para qué…?
tú no estás y yo… sigo muriendo
con la tarde que se va.
Las tinieblas de la noche
Me envuelven con su negro manto.
No hay luceros… No hay estrellas…
Sólo silencio y soledad.
¿Sin ti? ¡Todo terminó!
¿Yo? He dejado de existir.

 

 

 

 María Eugenía Ramos

1959

 

 

Una aurora alambrada

La fragua La fragua es dura.
Nos calientan al rojo vivo
y nos golpean sin misericordia.
Bajo el martillo
apretamos los dientes.
Sentimos que la carne
se desprende de los huesos,
nos estiran los nervios,
nos arrancan las vísceras
de sus cavidades.

Pensamos haber llegado al límite
del dolor
o del goce,
de la soledad
o de la borrachera.

Y al otro día
de nuevo nos estremecen
el vacío,
la miseria
y la grandeza humanas.

Somos un poco más libres
porque ya no nos angustia
la pureza.
No nos atemorizan tanto
el sufrimiento
ni el deseo.

Una piedra se estrella
contra el muro
en la noche.

Estando enamorados de imposibles
aseguramos el pan
de los días inéditos.

 

 

 

Soledad Altamirano

 

NO TE BUSQUE

No te busqué
en las vetas desgastadas
del tiempo,
ni te grité en las voces
delgadas de los hombres.
Caminé largas noches
ahuecando las horas
con mis pasos
y no te encontré
por los hondos abismos.
Tan cerca de mi estabas,
que al roce de mi sueño
con tu dolor herías.
Te llevaba en el alma,
tallado en un poema.
Y un enorme dolor
me comenzó
a latir con tu llegada.

 

 

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