Presentamos, en versión de Álvaro Solís (Villahermosa, 1974), seis textos del poeta, crítico y traductor italiano Giovanni Raboni (1932-2004). Se formó al lado de Enzo Paci y Vittorio Sereni. En 1961 publica su primera serie de poemas Il catalogo è questo. Raboni mereció distinciones como el Premio Viareggio gli venne assegnato, el Premio Moravia, el Premio Librex Montale, el Premio Mondello y el Premio Bagutta.
Timori della Maddalena
Ho paura del legno e della rupe,
ho paura del corpo, del nervo lacerato,
dei tendini recisi, ho paura della luce,
ho paura del sasso che chiuderà la tua porta,
ho paura del vento e delle voci, ho paura
del corvo che ti mangerà, ho paura del lupo
che troverà le tue ossa, ho paura
che tu sia morto e tutte le notti
avrò paura che tu mi baci di gelo
e mi tiri piedi sotto il lenzuolo
Temores de la Magdalena
Tengo miedo del leño y del acantilado,
tengo miedo del cuerpo, del lacerado nervio,
de los tendones rotos, tengo miedo de la luz,
tengo miedo de la piedra que cerrará tu puerta,
tengo miedo del viento y de las voces, tengo miedo
del cuervo que te comerá, tengo miedo del lobo
que encontrará tu osamenta, tengo miedo
de que mueras y de que todas las noches
tenga miedo de tus besos helados
y que me jales los pies bajo la sábana.
Il rimorso di San Giovanni Battista
Silenzio. Udite. Io annuncio la sua morte
perchè sono di fronte a voi l’autore
della sua venuta e dei suoi giorni
disastrosi. Oh fossi morto prima,
nel deserto, come muoiono i cammelli
che si fidano troppo del proprio gozzo! Io così
della mia memoria, della memoria
che Dio mi concede sulle cose future.
Io non volevo ucciderlo
ma la mia fede si è tramutata in pietra o coltello, il mio battesimo
in violento scorpione. Mi perdoni
se troppo poco ho peccato! Io fiorisco di colpa
come la Vergine è fiorita in lui
nel grembo involontario.
El remordimiento de San Juan Bautista
Silencio. Escuchen. Yo anuncio su muerte
aquí frente a ustedes el autor
de sus venidas y de sus días
desastrosos. Oh, hubiera muerto antes
en el desierto, como mueren los camellos
que se confían demasiado de su propia garganta. Así
de mi memoria, de la memoria
que Dios me otorgó de las cosas futuras.
Yo no quería matarlo
pero mi fe se ha transformado en piedra o cuchillo. Mi bautismo
en violento escorpión. ¡Que él me perdone
si tan poco he pecado! Yo florezco de culpa
como la virgen florece en él,
en el vientre involuntario.
Per il Sabato Santo
Aiutami, Signore,
nel punto dello spazio cartesiano
dove l´angelio stacca dalla croce
il tuo volto di spine.
La luce scivola da tuoi capelli o non è piú?
S´apre la succesione, va esule
la nostra forza?
Aiutaci, Signore,
prima che scoppi l´ultima semente
e un chiodo solo trafigga tempo e spazio.
Amici, Lazzaro torna a morire, il lebbroso
cade a pezzi squillando accanto a una porta.
Restiamo nella chiesa
finché il Signore risorga.
Para el sábado santo
Ayúdanos, Señor,
en el punto del espacio cartesiano
donde el ángel arranca de la cruz
tu rostro de espinas.
¿Resbala la luz de tus cabellos, ya no es suficiente?
¿se ha exiliado a nuestra fuerza?
Ayúdanos, Señor,
antes de que explote la última semilla
y un clavo perfore el tiempo y el espacio.
Amigos, Lázaro vuelve a morir, el loproso
cae a pedazos zumbando junto a una puerta.
Permanezcamos en la iglesia
hasta que el Señor resurja.
I giorni della Terra Santa
Quando soffia l´inverno e il vento porta
campane d´arsenico bianco ai rami secchi degli alberi
Cristo siede in silenzio nel sepolcro.
Quando la primavera spacca gli occhi dell´erba
e le gemme tagliano e sorridono come coltelli
Cristo siede in silenzio nel sepolcro.
Quando l´estate spezza col suo bastone d´oro
le ginocchia e le reni agli animali
Cristo siede in silenzio nel sepolcro.
Quando l´autunno apre la mani sui prati
e schiaccia le lucertole e affonda le pietre
Cristo siede in silenzio nel sepolcro.
Los días de la tierra santa
Cuando el invierno sopla y el viento trae
campanas de arsénico blanco a las ramas de los árboles
Cristo permanece sentado en el sepulcro.
Cuando la primavera arranca los ojos de la hierva
y las gemas cortan y sonríen como cuchillos
Cristo permanece sentado en el sepulcro
Cuando el verano quiebra con su bastón de oro
las rodillas y los riñones de los animales
Cristo permanece sentado en su sepulcro
Cuando el otoño abre las manos de sus prados
y aplasta a lagartijas y hunde piedras
Cristo permanece sentado en el sepulcro.
Alba
Ormai fa giorno. Non basta
sedere gravemente sulla sedia di paglia
vestito di canna e di sangue
ascoltando le ingiurie dei soldati, ospitando nel fianco
l’orma sintetica della lancia. Perché sia giorno bisogna
avere gli occhi lontani dalla guancia,
l’unghia sparsa dal dito,
una mano di calce sopra il cuore.
Amanecer
Se hizo el día. No basta
sentarse con gravedad en su silla de paja
vestido de caña, vestido de sangre
escuchando injurias de los soldados,
recibiendo en el costado la marca de la lanza. Porque
es preciso que el día
tenga los ojos lejos de la mejilla,
la uña separada del dedo,
una mano de cal sobre el corazón.
Ci sono sere che vorrei guardare
Ci sono sere che vorrei guardare
da tutte le finestre delle strade
per cui passo, essere tutte le rade
ombre che vedo o immagino vegliare
nei loro fiochi santuari. Abbiamo,
sussurro passando, lo stesso sogno,
cancellare fino a domani il sogno
opaco, cruento del giorno, li amo
anch’io i vostri muri pallidamente
fioriti, i vostri sonnolenti acquari
televisivi dove i lampadari
nuotano come polpi, non c’è niente
che mi escluda tranne la serratura
chiusa che esclude voi dalla paura.
Hay noches en que quisiera mirar
Hay noches en que quisiera mirar
desde cada ventana de la calle
por donde paso, ser esa ridícula
sombra, la que imagino vigilar
desde el santuario poco iluminado,
ser susurro que pasa, sueño idéntico
y cancelar hasta mañana el sueño
opaco y cruento del día, también
amo sus paredes tan pálidamente
floridas, sus somnolientos acuarios
donde candelabros televisivos
y eléctricos nadan cual pulpos, nada
hay que me salve, salvo este cerrojo
cerrado que a ellos salva del miedo.