A propósito de las reflexiones en torno a la creación poética, rol del poeta e inspiración, presentamos uno de los “Apuntes sobre la poesía” del poeta serbio Vasko Popa (1922-1991). Amigo entrañable de Octavio Paz, Popa es uno de los nombres esenciales de la poesía europea del siglo pasado. Su libro, “Corteza” significó un momento decisivo en la poesía serbia moderna. La editorial Vaso Roto, publicó el año pasado y por primera vez en español, su obra completa en un volumen llamado “El cansancio ajeno”.
La mudez del poeta
Te preguntan cómo creaste el poema. ¿Por qué no le preguntan a una piedra cómo creó la piedrita o a un pájaro cómo empolló su pajarito o a una mujer cómo dio luz a su hijo?
La piedra no sabe (digamos) hablar con ellos, ellos desconocen el lenguaje de las aves (o lo han olvidado) y la mujer les contaría sobre su amor, el camino del amor, las circunstancias amorosas y, en realidad, no sabrá decirles nada que fuera más o menos una respuesta a su pregunta. ¿O es que acaso ya han escuchado a alguna madre contarles cómo creó la cabeza de su hijo, cómo le escogió la razón y el color de los ojos y con un soplo le dio el alma? Tú no lo crees. Ella no sabría hacerlo, pero no dejaría por eso de afirmar que fue ella, y no otra persona, quien dio a luz a su hijo.
Así, tampoco tú sabes contestar cómo escribiste tu poema. Ante esa pregunta te quedas tú también petrificado, con la cabeza escondida bajo la axila (porque careces de alas), con la mirada maternalmente confundida, estás igual de inerme, tartamudo y mudo como, o casi como, una piedra y un pájaro y una mujer. Y si esa respuesta solicitada fuera el precio con el que tendrías que pagar cada poema tuyo, probablemente dejarías de escribir. O quizá dudarías, al fin y al cabo, que fueras tú mismo quien escribe tus poemas. (Y esa duda, entre nos, ¡no sería tan infundada!)
Tú les contarás el rito que sueles seguir con devoción y éxtasis y que te lleva al poema. Les contarás, en realidad, tu comportamiento que precede a la creación del poema, es decir, el aspecto externo del rito poético, el único del cual eres consciente. Del otro, el aspecto misterioso del rito que se corona con la concepción del poema y se desarrolla dentro de ti, no les dirás, si eres honesto, ni una sola palabra. Porque de eso, al igual que los que te preguntan, no tienes idea. Tu papel en la creación del poema es el papel de un intermediario: tú medias que el poema, que se crea dentro de ti, salga a la luz del día capacitado para mantenerse en esa luz y luego solo, sin tu ayuda, viva y obre. Y eso no es una tarea pequeña o fácil, sólo que no hay otra cosa que decir al respecto: trabajo como cualquier otro en el que la parte principal, decisiva, se llevó a cabo en el mismo emisario, sin que él tuviera conciencia de ello.
(1966)