Presentamos, en versión de Mario Bojórquez, cuatro poemas del escritor italiano Salvatore Quasimodo (1901-1968). En 1959 recibió el Premio Nobel. Fue traductor, ensayista e hizo periodismo. Se le identificó con la poesía hermética y en otro momento de su obra con la poesía social. Fue titular de la Cátedra de Literatura Italiana en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán.
RIDE LA GAZZA, NERA SUGLI ARANCI
Forse è un segno vero della vita:
intorno a me fanciulli con leggeri
moti del capo danzano in un gioco
di cadenze e di voci lungo il prato
della chiesa. Pietà della sera, ombre
riaccese sopra l’erba così verde,
bellissime nel fuoco della luna!
Memoria vi concede breve sonno;
ora, destatevi. Ecco, scroscia il pozzo
per la prima marea. Questa è l’ora:
non più mia, arsi, remoti simulacri.
E tu vento del sud forte di zàgare,
spingi la luna dove nudi dormono
fanciulli, forza il puledro sui campi
umidi d’orme di cavalle, apri
il mare, alza le nuvole dagli alberi:
già l’airone s’avanza verso l’acqua
e fiuta lento il fango tra le spine,
ride la gazza, nera sugli aranci.
RÍE LA URRACA, NEGRA EN EL NARANJO
Quizá es un signo cierto de la vida:
En torno a mí, niños con ligeros
Movimientos de cabeza danzan en un juego
De voces y cadencias a lo largo del prado
De la iglesia. Piedad de la tarde, sombra
Reavivada sopla la hierba tan verde,
¡Bellísima en el fuego de la luna!
Memoria te concede breve sueño
Ahora despiértate. He aquí rebosa el pozo
Por la primera marea. Esta es la hora:
Mas no mía, arden, remotas estatuas.
Y tu viento del sur fuerte de azahares,
Incita a la luna donde desnudos duermen
Los niños, violenta el potro su campo
Húmedo de huellas de caballos, abre
El mar, se alza la niebla de los árboles:
Ya la garza avanza sobre el agua
Y flota lento el fango entre el espino,
Ríe la urraca, negra en el naranjo.
L’ALTO VELIERO
Quando vennero uccelli a muovere foglie
degli alberi amari lungo la mia casa,
(erano ciechi volatili notturni
che foravano i nidi sulle scorze)
io misi la fronte alla luna,
e vidi un alto veliero.
A ciglio dell’isola il mare era sale;
e s’era distesa la terra e antiche
conchiglie lucevano fitte ai macigni
sulla rada di nani limoni.
E dissi all’amata che in sé agitava un mio figlio,
e aveva per esso continuo il mare nell’anima
« Io sono stanco di tutte quest’ali che battono
a tempo di remo, e delle civette
che fanno il lamento dei cani
quando è vento di luna ai canneti.
Io voglio partire, voglio lasciare quest’isola. »
Ed essa: « O caro, è tardi: restiamo. »
Allora mi misi lentamente a contare
i forti riflessi d’acqua marina
che l’aria mi portava sugli occhi
dal volume dell’alto veliero.
EL ALTO VELERO
Cuando vinieron los pájaros a remover las hojas
De los árboles amargos a lo largo de mi casa
(eran ciegos volátiles nocturnos
que agujereaban sus nidos en la corteza)
yo dirigí mi frente hacia la luna,
y vi un alto velero.
A la orilla de la isla el mar era sal;
Amplia era la tierra y antigua
Conchas resplandecían clavadas al peñasco
En la rada de los manglares.
Y le dije a la amada en quien se agitaba un hijo mío,
Y llevaba por eso continuamente el mar en el alma:
“Estoy cansado de todo cuanto ahí bate
a tiempo de remo, y de la lechuza
que hace ladrar los perros
cuando es viento de luna en los carrizos.
Quiero partir, quiero dejar esta isla.”
Y ella me dijo: “Oh querido, es tarde: acostémonos”
Entonces intenté lentamente contarle
El fuerte reflejo del agua marina
Que el aire me llevaba a los ojos
Del tamaño del alto velero.
CHE VUOI, PASTORE D’ARIA?
Ed è ancora il richiamo dell’antico
corno dei pastori, aspro sui fossati
bianchi di scorze di serpenti. Forse
dà fiato dai pianori d’Acquaviva,
dove il Plàtani rotola conchiglie
sotto l’acqua fra i piedi dei fanciulli
di pelle uliva. O da che terra il soffio
di vento prigioniero, rompe e fa eco
nella luce che già crolla: che vuoi,
pastore d’aria? Forse chiami i morti.
Tu con me non odi, confusa al mare
dal riverbero, attenta al grido basso
dei pescatori che alzano le reti.
¿QUÉ QUIERES, PASTOR DEL AIRE?
Y es todavía el llamado del antiguo
Cuerno de los pastores, áspero sobre las zanjas
Blancas de la piel de las serpientes. Quizá
Del aliento de los llanos de Aguaviva,
Donde el plátano rompe conchillas
Bajo el agua entre los pies de los niños
De piel de olivo. O de la tierra que el soplo
Del viento prisionero, rompe y hace eco
En la luz que ya cae: ¿Qué quieres,
Pastor del aire? Quizá llaman los muertos.
Tú conmigo no oyes, confundida al mar
Del reverbero, atenta al grito bajo
De los pescadores que alzan las redes.
ORA CHE SALE IL GIORNO
Finita è la notte e la luna
si scioglie lenta nel sereno,
tramonta nei canali.
E’ così vivo settembre in questa terra
di pianura, i prati sono verdi
come nelle valli del sud a primavera.
Ho lasciato i compagni,
ho nascosto il cuore dentro le vecchie mura,
per restare solo a ricordarti.
Come sei più lontana della luna,
ora che sale il giorno
e sulle pietre batte il piede dei cavalli!
AHORA QUE AMANECE
Finita es la noche y la luna
Se deshace lenta en el sereno,
Se pone en los canales.
Así de vivo es septiembre en esta tierra
De llanura, los prados son verdes
Como en los valles del sur la primavera.
He dejado la compañía
Y recuesto el corazón entre los viejos muros
Para estar solo recordándote.
¡Cómo te sé más lejana que la luna,
Ahora que amanece
Y sobre las piedras bate el casco de los caballos!
Traducción del italiano, Mario Bojórquez