Presentamos un breve recorrido por la poesía de Zingonia Zingone a través de sus poemarios Máscara del delirio (2006), CosmoAgonía (2007), Tana Katana (2009), Equilibrista del olvido (2011) y Los naufragios del desierto (2013). Además de ser narradora y traductora forma parte de la junta directiva del festival internacional de poesía “Kritya” (India)
De Máscara del delirio (2006)
I.
Soy una casa vacía de pensamientos
Tu latido toca con insistencia
Ese cedro hecho puerta
La caracola
Observo el mundo
desde mi refugio
me asomo y me retiro
sujeto el peso de mi soledad
me muevo en busca de otra ribera
donde calentar mis huesos
y solear mis dudas,
donde acompañar mi nostalgia
con la música de las olas.
Paso a paso me alejo de ti,
paso a paso me acerco más.
Al reventar las sombras
salgo de mi refugio,
la noche canta
bajo un manto de estrellas,
flautas y liras.
En tal serenidad me abandono
hasta advertir que tu primer rayo
traspasa mi túnica de seda.
Retorno triste a mi cueva.
Me encierro bajo la gravedad del deseo
y vuelvo a ser la de siempre,
aquella sinuosa caracola encarcelada.
Nostalgia
Enfermedad mortal
que vacila
entre el tiempo y la distancia
Estado irreversible
generador del deseo
dulce y doloroso
por lo perdido
De aquella parte de mi
que vivió en ti
y sin ti muere
para siempre
el “yo” expatriado
de mi “tú” originario
Sabor a nacatamal
en la búsqueda de mi tiempo perdido
Desterrada,
el bolero se ha convertido en mi canto nativo
y solo quiero lodo que huela a boñiga y humedad
Consciente de que
el retorno no promete
reencuentro
Impotente frente a la esperanza
ilusoria
de una estación vivida
que no regresará.
De CosmoAgonía (2007)
Coliseo contemporáneo
A George Bush Jr.
El emperador del mundo
reorganiza el Medio Oriente
con su ejército disciplinado
de fuerzas unidas
cosmopolitas.
Gladiadores en uniforme de fatiga
aeronáuticos
marinos y submarinos
informáticos
espías y contra-espías
infiltrados
todos juntos
para domar las feroces
fieras fundamentalistas
y el público aclama.
Bestias entristecidas
desalojadas
desnaturalizadas huérfanas
iracundas.
Revientan las jaulas
en el nombre de Dios
porque ya no aguantan
al Emperador optimista
invadiendo el universo
$anguinariamente $onriente.
Globalización
Los tres hombres
mayormente
acaudalados
del mundo
poseen más riqueza
que
el conjunto
de los cuarenta y ocho países
menos afortunados
de la tierra.
Una equitativa
distribución
de la riqueza.
Vías perfumadas
Exposición Universal 2010:
“una ciudad mejor,
una vida mejor”.
Así los ingenieros creativos
preparan carreteras perfumadas
en beneficio del medio ambiente.
Fragancias de jazmín y limón
desplazan
el olor del asfalto caliente.
Sonríen
y abaten
los barrios poblados.
Encima de los cadáveres
brotan orgullosos
kilómetros de edificios.
Quiméricos,
encubren el llanto.
Lejos de las orillas
del río Huang Pu,
la llaga sangra.
Periferias
Camina triste
el perro vagabundo
por las calles de la soledad.
Busca amparo
en la noche
refugia su mirada
en la complicidad de la luna.
El barrio huele a verbena:
la pólvora colorada estalla
en las alturas,
enciende el firmamento
de un nuevo año.
Botellas vacías
y vidrios rotos
bolsas plásticas
despojadas de alimento;
residuos filtrados
de almas fiesteras.
Camina sordo
el perro errante
por las bullas del gentío.
Busca esperanza
en el amanecer
borra sus huellas
del asfalto mundano.
Así pasan los días
en la periferia cosmopolita
y para él
no hay agua ardiente
ni maní azucarado,
se nutre de nostalgia
recorre un desierto.
De Tana Katana (2009)
Un registro limpio
Los miedos me asaltan
y pienso que la fe
es cosa de locos
que el pasado existe
y que ríen los fantasmas
de noche
danzan sobre las copas
hendidas
aguardan el alba
desfalcan
el presente
son aquellos años
en que cacé sueños
volqué todo
en vida
sangre
huella
¿soñar no cuesta nada?
hacer efectivo un trago
poco potable
guardar callado
el cólico
de los recuerdos.
Será cosa de locos
pero a Dios le pido
un registro limpio
(que realmente
los publicanos y las prostitutas
lleguen antes a su Reino)
que aquellos sueños
deformados en pecado
caigan en la poza de canfín
se desvanezcan en humo negro
asciendan
porque quiero que este sueño
sea mi realidad
porque quiero tanto
este amor y tengo fe
y no tengo miedo
y no estoy loca.
De Equilibrista del olvido (2011)
El contrapeso
La bailarina de Degas
coloca en la punta
de la zapatilla derecha
toda su existencia.
En el ápice del equilibrio
de inmodestas volteretas
y flash,
desde el silencio irrumpe
un rostro
que la devuelve a su infancia.
Pierde el contrapeso del olvido
y precipita,
y se quiebra.
La bailarina de Degas
tuvo una vez un padre.
Raíces
Nunca sentí la exigencia
de escarbar mis raíces
semilla
en la tierra/mundo
que originó mi sangre.
¿Qué importa si no fue Adán
si sólo soy
célula de una célula del mar?
¿Qué importa si en otra vida
fuimos hermanos o amantes
desconocidos
gente nacida del mismo
latir del tiempo?
El barro húmedo
es señal de pertenencia
el aire
el silencio
parpadeante inagotable
que se renueva y es respiro
del alma.
Me preguntan quién soy.
Me encojo de hombros.
La tradición es un marco
sobre una mesa de noche
jaula que encierra
el futuro
nombre que define
el límite
se agota
como hoja seca
o sigue su curso
desde el cauce del río.
¿Qué busca tanto atrapar
el hombre? El grano de arena
recibe indefenso
la ira del mar
su caricia
su lunático ir y venir
sin fronteras.
Espera prolongada
Quizá nunca llegues
quizás el amor
sea precisamente esto:
horizonte luminoso
distante e inalcanzable.
Estrategias no planificadas
Entrar en la vida de un hombre
que está triste
y tiene a otras mujeres
entrar sin que se dé cuenta
como un sueño
una promesa
o la muerte.
Mirarlo esconder los ojos
cerrar la voz,
soltar un grito del tintero
acuclillado sobre su cama;
mirarlo desde la memoria
ausente de mi fantasía.
Forzar la mano
dulcemente
forzar un puesto
entre las fotos que encienden
las paredes de su soledad.
Descubrir que ya estaba escrita
mi presencia,
que los otros cuerpos
sobran,
que sólo quedará el eco mudo
de párvulos implorares
y que aquellas noches se harán partícula del recuerdo;
descubrir de pronto que
soy pila bautismal
luz al fondo del camino
una apnea y el más hondo respiro;
descubrir que él sigue triste,
porque está feliz.
El pájaro solitario
Trato de contener la ira
de amar por encima
de toda injusticia
trato de seguir la ruta
caigo me quiebro
levanto los ojos al cielo
me pregunto cómo
la bandada logra
tan impecable
coreografía
¿cómo hará el pájaro solitario?
¿podrá él cerrar sus alas
romper las filas
sin destrozar la danza?
De Los naufragios del desierto (2013)
El oráculo de la rosa
V
La tempestad nace de la ira de los dioses.
Khalil viene del desierto y sabe
que la mujer es misterio velado.
Las agujas de arena hieren su rostro,
penetran y lastiman,
dejan huella en sus versos.
La tempestad muere en la dicha eterna.
Khalil es un hombre del desierto,
donde el destino es nómada
y la ira de los dioses se resuelve
en la danza de las huríes.
XVII
Una caravana de pájaros traza la ruta.
Khalil levanta los ojos. Las nubes pregonan lluvia.
Triunfa el verdor del trópico, la exuberancia
de la tierra mojada.
Khalil respira libre de sombras
y como girasoles nacen de sus manos
los versos de la luz.
Un relámpago parte las horas
en infinitas centellas de Venus.
Khalil aguarda libre de sombras.
Las centellas unen su canto,
funden su luz en un único fuego.
Khalil permanece en posición de loto.
Florece en su campiña una mujer.
Es la mujer que lleva la semilla del amor.
Las campanas de la memoria
I
En una esquina de la noche
una niña abraza sus piernas,
se balancea en trance y llora.
Las lágrimas bajan
por los costados del cuerpo,
caen sobre la calle empolvada
de un invierno sin lluvia.
Monstruos afloran
con rostro de hombre,
roban el grito de un horror,
tapan su boquita
de clavel prendido y gozan
del mismo gozo maldito
que ilumina el rostro de Shaytan.
Cierra los ojos, se ampara
en la oscuridad del dolor,
rasguña sus muslos como gato engañado,
hunde su rostro en los abismos.
II
Soraya tiene ojos de carbón.
Su cuerpo fino lleva el peso
de una infancia
manoseada por el destino.
La casa es su tumba;
el murmullo de la gente, su muerte.
Se mira al espejo y oscila el vientre;
ensaya la danza de la diosa madre.
Las campanillas sonoras
rodean su estrecho vientre
como el abrazo del amado.
Correa que ciñe el cuello del perro
hasta dejarlo sin aliento;
vientre agotado, surco de calambres,
tatuaje de una rabia implacable.
Soraya danza en la tarima
para fugarse de sí
y arrancar los clavos empotrados
en la carne de su memoria.
Río escondido
II
Una lagartija duerme en la arena.
Bâsim construye un muro de fósiles
contra los ataques del viento. Cómplice,
vigila el sueño de la hermana réptil;
se pregunta qué sentirá ella
al abandonar la cola o una pata
para despistar al enemigo.
¿Será eso como huir de uno mismo
para huir del peligro?
Un alacrán cruza la frontera,
fija su negritud en el áureo mediodía
del niño. Empuña su arma letal,
afila el aguijón, busca el blanco
en el blanco muslo de Bâsim.
El niño vela el sueño de la hermana
réptil. Relámpago es la mano que aferra
y tira el brazo de Bâsim. La fuerza animal
de la madre levanta al niño en vuelo.
Cae el muro fósil, despierta el sueño
réptil. Cae el niño lejos.
La lagartija no huye, se atrinchera.
El bicho alígero cruza el frente
y se borra entre las dunas.
Desde la arena Bâsim se pregunta por qué.
Un gesto inexplicable. Una madre en apnea.
V
La arena danza al ritmo de un suspiro,
cortina de afanes que separa una madre
de su hijo. Bâsim juega, tira una semilla
de dátil, brinca con una, luego ambas
piernas, desde la tierra,
evitando bordes y dudas,
su meta es el cielo.
El niño cae y se levanta; regresa a tierra.
Lanza otra vez el hueso del dátil
e intuye que la vida se vive a saltos;
pequeño acróbata de los abismos.
El palpitar de una madre en el desierto,
gemido enterrado en la arena;
el estrechar enérgico de un hombre,
el fruto que al consumirse crece,
consumido una y otra vez.
La dimensión del tiempo oscila
entre la primera estrella del ocaso
y un niño que grita «¡rayuela!».
Datos vitales
Zingonia Zingone es Poeta, narradora y traductora. Creció entre Italia y Costa Rica, y es licenciada en Economía. Vive en Roma. Ha publicado cuatro poemarios en castellano, dos de los cuales han sido traducidos y editados en Italia. Equilibrista del olvido / L’equilibrista dell’oblio (Editorial Germinal, 2012; Raffaelli Editore, 2011), ha sido traducido al inglés The Acrobat of Oblivion (Poetrywala, 2011) y al kannada (Aharnishi Prakashana, 2012). Su último libro Los Naufragios del desierto (Vaso Roto Ediciones, 2013) se compone de tres cuentos escritos en versos. Su obra ha sido incluida en numerosas revistas literarias y ha sido traducida a varios idiomas entre los cuales: inglés, chino, hindi, kannada, marathi, malayalam y albanés. Obras traducidas al español: Alarma de Virus (Ediciones Espiral, 2012), del poeta marathi Hemant Divate y La Cruz es un camino (Edizioni della Meridiana, 2013) del italiano Daniele Mencarelli. Integrante de la junta organizadora del festival internacional de poesía “Kritya” (India). Desde el 2007 ha participado en numerosos festivales internacionales de poesía en América Latina, Europa y Asia.