Poesía de Nueva Zelanda: Peter Olds

Presentamos, en versión del poeta, narrador y ensayista Rogelio Guedea (1974), dos poemas de Peter Olds (Nueva Zelanda, 1944). Es uno de los poetas más influyentes de su país. Sus poemas han sido incluidos en antologías canónicas y su obra poética fue reunida en It Was a Tuesday Morning: Selected Poems 1972-2001, que reúne casi tres décadas de su poesía. En 2005 fue uno de los dos ganadores del primer Premio Literario Janet Frame.

 

 

 

 

 

 

Y sé que en la mañana lloverá

 

En la habitación a la que acabamos de mudarnos

tenemos como adornos

los despojos

de los anteriores ocupantes,

 

quienes huyeron despavoridamente

a otra ciudad a la busca de sus almas.

 

Me siento en la silla que abandonaron

y miro tu rostro nervioso

desmoronándose extrañamente sobre la repisa de madera de la radio.

Observas los insectos imantados

por la luz eléctrica y la ventana,

y entonces sé que pronto me dirás:

este cuarto está muy tétrico

y el cielo parece nublado

porque las palomillas han invadido, otra vez, la habitación.

 

Pero la razón por la que estás con los nervios de punta

no es porque mi máquina de escribir esté enmohecida

de poemas que no he escrito

o por los adornos que no sirven para nada

sino porque no tenemos un boiler que podamos encender

cuando llegue el invierno.

 

Sí, veo el talco espolvoreado en tus pechos

y cuento el número de veces que te estropeas la piel

y golpeas el piso.

Veo cómo te cepillas el pelo nada más para librarte

de la turbia noche

y cómo bebes la última taza de té tibio

antes de que el cansancio te venza.

 

Presiento, esta vez,

que el sueño ha de llegar demasiado tarde.

Alcanzo el frasco de Valium,

y sé que en la mañana lloverá.

 

 

 

 

 

 

Las casas derruidas

 

                           Para Heather

 

Tú cuidas una orilla de la calle

y yo la otra.

Nada ni nadie escapa a nuestra vista:

gatos, niños intrusos

luces innombrables,

cartas sin destinatario.

 

Los ancianos vecinos

con las piernas adoloridas y los televisores parpadeantes

en sus departamentos

necesitan nuestra guardia,

los escandalosos de la casa de dos pisos

al final de la cerrada,

siempre de fiesta

y manejando sus estruendosos coches arriba y abajo

de la calle que parece suya

necesitan nuestra guardia,

el vendedor de mariguana (no mencionaremos

su nombre) y el patrullero que hace sonar su sirena

en la calle los jueves en la noche

necesitan nuestra guardia,

la gente de la iglesia sobre la cerca de la casa grande

donde regentean el banco de alimentos

esos que nunca paran de decir “buenos días”

necesitan nuestra guardia,

las casas derruidas de la granja abandonada

detrás del campo de golf

la que mira hacia Blackhead y el salvaje océano del sur

(donde una vez te asustaron los eucaliptos)

necesitan nuestra guardia.

 

Cuando la calle está apacible

vengo a tu departamento

a mirar la tele, compartir un bizcocho y algunas preguntas:

¿qué cenaste ayer en la noche?

¿saliste a caminar esta tarde?

¿cómo te fue con el terapista?

 

No me quedo mucho tiempo

nunca lo hago:

yo soy ese niño

que corre a todo lo largo y ancho

de tu jardín

persiguiendo

luces innombrables.

 

                                 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Peter Olds (Nueva Zelanda, 1944) ha publicado varios libros de poesía. Su influencia en la generación de jóvenes poetas neozelandeses, principalmente de los setenta, fue de considerable importancia. Sus poemas han sido incluidos en antologías canónicas y su obra poética fue reunida en It Was a Tuesday Morning: Selected Poems 1972-2001, que reúne casi tres décadas de su poesía. En 2005 fue uno de los dos ganadores del primer Premio Literario Janet Frame.

 

 

 

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