Conversación con Jorge Fernández Granados

Presentamos una conversación que el poeta y periodista Moisés Ramos Rodríguez sostuvo con el poeta Jorge Fernández Granados (Ciudad de México, 1965).  Con Los hábitos de la ceniza, Fernández Granados mereció el Premio de Poesía Aguascalientes. Además de poesía ha escrito narrativa y crítica. Esta entrevista tuvo lugar en 2013.

 

 

 

 

 

La materia de la poesía es  la vida misma. La materia de este libro es la vida, la vida de una persona; pero hay poesía en donde esa vida, entrecruza con la de los demás, sino no sería poesía, sería simplemente biografía, reveló en entrevista exclusiva el poeta Jorge Fernández Granados, quien hoy, a las siete de la noche presentará en Puebla su libro Si en otro mundo todavía, antología personal publicada por la editorial Alamadía.

“En mi obra, un hilo conductor es la continua interrogación sobre el paso de los seres y de las cosas a través del tejido del tiempo y cómo eso nos va transfigurando, cómo nos va convirtiendo en seres, por un lado más profundos, que entienden más la realidad del mundo, pero a los que también, al mismo tiempo los va como borrando Quien ha ido viendo a lo largo de su vida las pérdidas, las desapariciones de seres queridos, cercanos; la enfermedad, la muerte, la distancia… va entendiendo”, agregó el entrevistado.

El Premio Nacional de Poesía Aguascalientes año 2000 por su libro Los hábitos de la ceniza presentará su antología en Profética, Casa de la Lectura, en la Calle 3 Sur número 701, donde la entrada será gratis y el ejemplar estará a un precio especial, acompañado por los poetas Miguel Maldonado y Jair Cortés.

En la antología está incluido el verso “Un lenguaje. Cántaro donde aprende a sonreír el agua” ¿Es esto la poesía?, se le preguntó, a lo que respondió: “Ese poema es uno de los momentos en que intento definir la poesía”. Se le recordó que en sus primeros libros hay una interrogación constante sobre el lenguaje, a lo cual respondió que, al haber publicado la selección de su obra “lo que ahora puedo ver, sin un derroche de sabiduría y experiencia, por lo menos desde esta perspectiva ya, es que ese lenguaje se va formando precisamente a través de la existencia y de la experiencia, de la materia”.

De su libro El arcángel ebrio, Jorge Fernández incluyó el poema “Nada va a salvarnos./ Ni el amor, ni la fe, ni la palabra”, sobre cl cual afirmó: “El poema ha sido calificado de pesimista, de fatalista; me gusta mucho y lo incluí precisamente porque yo he notado que a muchos jóvenes les gustaba. Quizá yo ya lo sentía un poco distante en cuanto a que no  siento ya, necesariamente esas emociones tan fatales, tan radicales de soledad, de desesperanza como entonces, pero me doy cuenta de que también hay ahí un lenguaje que tiene que ver con una etapa, con un momento de la vida a la que los jóvenes son muy receptivos, pues viven las cosas con una intensidad extrema, por otra parte, muy saludable. Lo que pasa es que cuando uno va viviendo más, va entendiendo que todo tiene grados, y para lograr más, existen los caminos más largos, pero hay que dar un primer paso”.

Hoy, al recoger 25 años de quehacer poético, Fernández Granados confesó: “Algunos me dicen que mi poesía es triste. Es curioso, porque mi persona, en general no es naturalmente muy triste, precisamente porque a mí me parece que ese sentimiento de melancolía que uno pone en la poesía, es algo que no necesariamente tiene que ser doloroso; más bien es como un alto para reflexionar, mientras que la alegría es algo de todos los días, del día con día”.

Respecto a su poema “Porque nos vamos borrando/ de la superficie tensa del agua/ y lo sabemos”, el poeta explicó: “Uno de los temas en los que siempre estoy reflexionando, que siempre estoy elaborando es el de la finitud: es parte del tiempo y de las cosas, de las esencias y de las conciencias a través del tiempo, la memoria, la desintegración. ¿Cuál es el balance, el resultado de todo esto? Para mí ahí es donde está la gran interrogante que nos deja la poesía: probablemente no exista una solución o una respuesta, sino simplemente se trate del haber transcurrido, del haber experimentado esa experiencia de estar”.

 

Una puerta de entrada

De las razones para la publicación de su antología, aclaró Jorge Fernández: “en primer lugar hay una razón editorial; la segunda es una razón de tipo personal; ésta es que, justamente a lo largo de varios libros, va uno adquiriendo una perspectiva, el tener más claramente cuál ha sido ese proceso, ese camino que uno ha sido, por más de 20 años en el género de la poesía. Para mí era una propuesta interesante que me llenaba de intriga y me hacía preguntarme ¿cómo podría ser una antología personal, mía, en este momento de la vida? y decidí que me gustaría hacerla. De las antologías personales pienso que el autor es el que mejor está adentrado en la obra y puede tener un poquito más de conocimiento de ella”.

El entrevistado precisó: “De la editorial me atrajo la invitación de Guillermo Quijas y el hecho de que es una editorial nueva, joven, que además tienen una fuerte presencia y una buena circulación, no solamente en México, sino ya más allá de nuestra fronteras; por eso dije: Bueno lo más atractivo, lo más interesante para la editorial sería una antología personal donde, para quien no haya leído, para los jóvenes puede ser una puerta de entrada.

Yo mismo recuerdo cómo, por ejemplo, los libros de Lecturas Mexicanas, la primera y segunda serie de la colección eran unos libros muy accesible que me permitieron a mí, y creo que a una o dos generaciones, ir conociendo a otros autores anteriores a nosotros, que habían publicado libros que, pues no los teníamos más que como referencias pero al momento de leerlos, para mí fue una experiencia formativa muy importante.

”Siguiendo ese ejemplo… no sé si la palabra didáctico sea correcta, pero me gusta mucho la de resumen de síntesis, hice la antología como algo para adentrarse en mí poesía, como una puerta de entrada”.

Finalmente el poeta nacido en octubre de 1965 adelantó que ya está en prensa un libro de ensayos suyo El fuego que camina. Huellas de 17 poetas hispanoamericanos, y precisó: “También hay algo que me gusta mucho, yo lo considero un género y algunos no: el aforismo o por llamarlo así, una literatura brevísima: una línea, dos, tres cuatro; para mí ahí es donde puede sintetizarse todo”. Actualmente, agregó, termina un libro de poesía en el que trabaja desde hace algunos años.

 

 

 

 

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