Presentamos, en versión del poeta, traductor y ensayista Gustavo Osorio de Ita, dos textos del poeta chino Bei Dao (1949). Su poesía circuló ampliamente de manera clandestina durante los días de agitación en la Plaza de Tiananmen, por lo que tuvo que exiliarse en Inglaterra. Obtuvo la Beca Guggenheim en Artes Creativas. Fue nominado al Premio Internacional Neustadt de Literatura. Sus poemas han sido traducidos a más de 30 lenguas.
Un final o un principio
para Yu Luoke
Aquí estoy
Remplazando a otro, quien ha sido asesinado
Para que cada vez que el sol se levante
Una pesada sombra, como un camino
Corra a través de la tierra
Una dolorosa niebla
Cubre el disparejo remiendo de tejados
Entre una casa y otra
Chimeneas sueltan muchedumbres cenicientas
La calidez se derrama de árboles destellantes
Deteniéndose en los desgraciados trozos de cigarrillo
Bajas negras nubes se levantan
Desde cada mano cansada
En el nombre del sol
La oscuridad saquea abiertamente
El silencio es aún la historia del Este
Gente en frescos añejados
Silenciosamente vive para siempre
Silenciosamente muere y se va
Ah, mi amada tierra
Por qué ya no cantas
Podrá ser cierto que incluso las cuerdas de los pobladores del Río Amarillo
Como hendidas cuerdas de laúd
Ya no reverberan
Cierto que el tiempo, este oscuro espejo
Te ha también dado la espalda para siempre
Dejando sólo estrellas y nubes a la deriva detrás
Te busco
En cada sueño
Cada noche o mañana de niebla
Busco la primavera y los manzanos
Cada brizna de brisa revuelta por abejas de miel
Busco el decline y flujo de la costa
Las gaviotas formadas por luz del sol en las olas
Busco las historias construidas en la pared
Tu nombre olvidado y el mío
Si fresca sangre pudiera hacerte fértil
La fruta madurada
En las ramas de mañana
Tendría mi color
Debo admitir
Que temblé
En la blanca-muerta fría luz
Quién quiere ser un meteorito
O la estatua gélida de un mártir
Viendo el in-extinguido fuego de la juventud
Pasar a la mano de otro
Incluso si las palomas se iluminan en su hombro
No puede sentir el calor y el respirar de sus cuerpos
Acicalan sus alas
Y rápidamente se alejan volando
Soy un hombre
Necesito amor
Ansío pasar cada tranquilo ocaso
Bajo los ojos de mi amor
Esperando en el mecer de la cuna
Por el primer llanto del niño
En el pasto y las hojas caídas
En cada sincera mirada
Yo escribo poemas de vida
Este deseo universal
Se ha vuelto ahora el costo entero de ser un hombre
He mentido muchas veces
En mi vida
Pero siempre me he mantenido honesto con
La promesa que hice como niño
Así que el mundo que no puede tolerar
El corazón de un niño
Aún no me ha perdonado
Aquí estoy
Remplazando a otro, quién ha sido asesinado
No tengo otra opción
Y donde caigo
Otro se levantará
Un viento reposa en mis hombros
Las estrellas destellan en el viento
Quizás un día
El sol se volverá una guirnalda marchita
Para ser colgada ante
El creciente bosque de lápidas
De cada irredento peleador
Negros cuervos en los andrajos de la noche
Parvada densa alrededor
DIARIO DE VIAJE
antes de que el tren entre en el bosque
una tormenta de nieve en el extinguidor de fuego cae dormida
escuchas al pasado –
un sitio de construcción se enciende:
entrañas expuestas en cirugía
alguien martillando bam bam
cuán débil el latido
un puente hace un salto
trayendo la dimensión más oscura de las noticias
a la ciudad del mañana
¡Adelante! ve profundo adentro del mañana
en el apalabramiento extraño de los chicos
y el braille de los cielos estrellados
ellos sostienen la blanca bandera de la juventud
tomando las alturas de los años en tormenta
al final te vuelves un padre
dando zancadas a través de los campos
las montañas se vuelven blancas en una noche
el camino vuelve