Poesía rumana: Marin Sorescu

Presentamos, en versión del poeta y traductor chileno Omar Lara, tres textos de uno de los mayores poetas rumanos del siglo XX: Marin Sorescu (1936-1996). Mereció distinciones como el Premio International de Poesía mística Fernando Rielo en 1983. En Austria se reconoció su obra con el Premio Internacional Herder. 

 

 

 

 

 

 

Ajedrez

 

Yo juego un día blanco,

Él juega un día negro.

Yo avanzo con un sueño,

Él me lleva a la guerra.

Él me ataca los pulmones,

Yo pienso un año en el hospital,

Hago una combinación brillante

Y le gano un día negro.

Él juega una desgracia

Y me amenaza con el cáncer

(Que por ahora anda en forma de cruz),

Mas yo le pongo por delante un libro

Y lo obligo a una retirada.

Le gano otras cuantas piezas,

Pero mira, la mitad de mi vida

Está fuera de juego.

Oh, le daré jaque a tu rey y perderás el optimismo,

Me dice él.

No es nada, bromeo yo.

Pues hago el enroque de los sentimientos.

Detrás de mí la esposa, los hijos,

El sol, la luna y  otros mirones

Tiemblan ante cualquier jugada mía.

 

Yo enciendo un cigarrillo

Y sigo la partida.

 

 

 

 

 

Ladrones

 

Tenía un poema que no me dejaba dormir

Y lo mandé al campo

Donde un abuelo.

Después escribí otro

Y se lo envié a mi madre

Para que lo guarde en el desván.

 

Volví a escribir después unos cuantos

Y con el dolor de mi corazón se los confié a mis parientes,

Los que me prometieron cuidarlos bajo palabra de honor.

 

Y así siempre, para cada nuevo poema,

Se halló también un hombre que lo recibiera,

Pues cada amigo mío

Tiene a la vez un amigo,

Tan bueno como para confiarle el secreto.

 

Así que ni siquiera yo mismo sé ahora

Dónde se encuentra cierto verso

Y en caso que me atraquen los ladrones,

Por más que me torturen,

Igual no puedo decirles gran cosa, sino

Que ellos están en un sitio seguro,

En este país.

 

 

 

 

 

 

 

Señales

 

Si tropiezas con una silla

Es buena señal, llegas al paraíso.

Si tropiezas con una montaña

Es mala señal, llegas a la silla.

Si tropiezas con la Osa Mayor

Es buena señal, llegas al paraíso.

Si tropiezas con un caracol

Es mala señal, llegas al caracol.

Si tropiezas con una mujer

Es buena señal, llegas al paraíso.

Si tropiezas con un mantel

Es mala señal, llegas al cajón.

Si tropiezas con una serpiente

Es buena señal, ella muere y tú llegas al paraíso.

Si la serpiente tropieza contigo

Es mala señal, mueres tú y ella llega al paraíso.

Si mueres tú

Es mala señal.

 

Cuídate de esta señal

Y de todas las otras.

 

 

 

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