El poeta y traductor Milton Medellín nos presenta una generosa muestra de textos del poeta norteamericano Thomas Merton (1915-1968). Su relación con la poesía en lengua española es estrecha. Se mantuvo cercano a Ernesto Cardenal desde 1959 en el monasterio trapense. Thomas James Merton fue considerando uno de los poetas norteamericanos más significativos en su momento. New directions publicó en 1977 The Collected Poems of Thomas Merton.
En el mes de Febrero de 1964, las revistas El corno emplumado, Pájaro cascabel y Eco contemporáneo, invitaron a poetas de diversas partes del mundo entero a encontrarse en la Ciudad de México para compartir su poesía y externar su crítica a lo establecido. A tal congreso asistieron escritores de la talla de Efraín Huerta, Thelma Nava, Sergio Mondragón, Homero Aridjis, Edmundo Valadés y Joaquín Sánchez MacGrégor, la chileno-peruana Raquel Jodorowsky, el salvadoreño Roque Dalton, los venezolanos Edmundo Aray, Juan Calzadilla y Ludovico Silva, el chileno Alejandro Jodorowsky, el panameño Roberto Fernández Iglesias, los argentinos Leandro Katz y Luis Guillermo Piazza, los estadounidenses Margaret Randall, Alex Rode y A. Fredric Franklyn, y el portorriqueño Jaime Carrero.
Uno de los invitados a dicho congreso fue el poeta y monje trapense Thomas Merton, quien, ante la imposibilidad de su viaje a México, decidió mandar una misiva titulada Message to the poets, en la cual se pueden apreciar las líneas generales de sus preocupaciones sociales y estéticas, su concepción contemplativa del fenómeno poético y su denuncia ante toda falsa ideología que promueva la injusticia y la pérdida de la inocencia y el asombro.
A continuación presento al lector la traducción de la carta al inglés que se publicó en el número 10 de la revista El corno emplumado, para reflexión y disfrute estético de los interesados en la poesía, su concepción y su escritura.
Gethsemani, Kentucky-1964
MENSAJE A LOS POETAS
Hermanos, les hablo desde la distancia como quien se encuentra entre ustedes. Mi ausencia no es sólo consecuencia de acontecimientos ciertos, sino también de ambigüedades.
Aquellos que somos poetas, sabemos que la razón por la cual un poema es creado, no puede ser descubierta hasta que el poema en sí mismo existe. El motivo que da cuenta de un acto viviente no se muestra hasta ejecutado el acto mismo.
Nosotros no solemos unirnos en solidaridad por razones pensadas de antemano. La razón de tal solidaridad se hará presente cuando nos encontremos en medio de contradicciones y posibilidades.
Nosotros los poetas no forjamos nuestros lazos y certidumbres a partir de nuestra mente. El Espíritu de Vida, que nos ha traído a cuenta en cercanía, sea de manera presencial o sólo en acuerdo, hará de nuestro encuentro una epifanía de certidumbres que no hubiésemos podido conocer en solitario.
La solidaridad entre poetas no está proyectada y unida a convicciones políticas, pues éstas siempre han sido materia de prejuicios, astucia y planeación estratégica. Sean cuales sean sus fallas, el poeta no es un sujeto de astucias malintencionadas. Su arte depende de una inocencia germinal, misma que puede perder al verse inmiscuido en negocios, política, o en formas demasiado institucionales de vida académica. Estamos confederándonos hoy día para defender nuestra inocencia.
Toda inocencia es un acto de fe. No me refiero al acuerdo organizado en creencias, sino a toda convicción personal interior “en espíritu”. Tales convicciones son tan fuertes e innegables como la vida misma. La solidaridad entre poetas es un hecho tan elemental como el rayo de sol, como las estaciones del año, como la lluvia. Es una cosa tal que no puede ser organizada premeditadamente sino que simplemente acontece. Sólo puede ser “recibida” (como un don). Es un don ante el cual se requiere estar abiertos. Ningún hombre puede planear el hecho de que salga el sol o caiga la lluvia. El mar sigue siendo húmedo, a pesar de las abstracciones que hagamos de él. Solidaridad no es colectividad. Los organizadores de la vida colectiva dudarán de la seriedad o la realidad de nuestra esperanza. Si ellos logran contagiarnos con sus dudas perderemos nuestra inocencia y solidaridad como consecuencia. La vida colectiva se encuentra regularmente organizada bajo el presupuesto de la astucia desconfiada y la culpa. La verdadera solidaridad es destrozada por la habilidad política de poner a un ser humano en contra de otro y por la astucia comercial de estimar un precio para todos los seres. Sobre tales cálculos ilusorios los hombres construyen un mundo de valores arbitrarios carentes de vida y significado, llenos de agitación estéril. Poner un hombre en contra de otro, una vida en contra de otra, un trabajo en contra de otro, e imponer dimensiones de vida en términos de costo, o privilegio económico y decencia moral, es infectar al mundo entero con la más profunda duda metafísica. Al dividir los unos contra los otros para propósitos de cálculo, los seres humanos adquieren, inmediatamente, la mentalidad de objetos de venta en un mercado esclavizado.
En tal situación no es posible el regocijo, sólo la rabia. Cada ser humano siente la más profunda raíz de su ser envenenada por la sospecha y el descreimiento. Cada humano experimenta su existencia más próxima como culpa y traición, y como una posibilidad de muerte: nada más.
Estamos unidos para denunciar la vergüenza y el fraude de todas las mentiras colectivas.
Si es que estamos dispuestos a permanecer unidos contra las falsedades, contra todo poder que envenena al ser humano, y contra el sujetarnos a los falseamientos de la burocracia, la comercialización y la policía de Estado, debemos rechazar cualquier identificación precisa. Debemos rechazar las seducciones de la publicidad. No debemos permitir que se nos ponga a los unos en contra de los otros. No debemos estar hechos para devorar y desmembrar unos a otros para el divertimento de su agencia de prensa. No debemos dejar que nos coman en un intento por saciar su propia insaciable duda. No debemos estar meramente a “favor” de una cosa y en “contra” de la otra, aún si estamos a favor de “nosotros” y en contra de “ellos”. ¿Quiénes son “ellos”? No caigamos en la trampa de darles razón de ser al convertirnos en su “oposición”.
Permanezcamos fuera de “sus” categorías y clasificaciones. Es en este sentido que todos somos monjes: permaneciendo inocentes e invisibles a los publicistas y los burócratas. Ellos no pueden imaginar siquiera lo que estamos forjando. Ellos nunca se darán cuenta a menos que nos traicionemos en beneficio de sus intereses, y aún entonces serían incapaces de saberlo.
Ellos no entienden nada que no sean sus propios decretos. Son ellos los artificiosos que urden palabras en relación a la vida, transfigurándola después conforme a lo que ellos mismos se han formulado. ¿Cómo podrían confiar en alguien cuando ellos mismo hacen que la vida se proyecte en falsedades? Son el hombre de negocios y el político, no el poeta, quienes creen devotamente en “la magia de las palabras”.
Para el poeta no hay necesariamente algo tal como la magia. Está la vida misma con todo su carácter impredecible y toda su libertad. Toda magia es una despiadada contingencia cifrada en la predicción, un círculo vicioso, una profecía autocumplida. La Poesía es inocente de predicciones porque ella misma es el cumplimiento de las predicciones escondidas en la vida cotidiana.
No seamos como aquellos que quisieran hacer que el árbol se engendre primero del fruto y luego la flor, es la flor la que aparece primero y el fruto después, a su debido tiempo. Tal es el espíritu poético.
Obedezcamos a la vida, y al Espíritu de Vida que nos llama a ser poetas, entonces cosecharemos los frutos por los cuales la humanidad padece hambre. Con estos frutos calmaremos los resentimientos y la ira de los hombres.
Sintámonos orgullosos de no ser médicos brujos, solamente personas ordinarias. Sintámonos orgullosos de no ser expertos en nada.
Sintámonos orgullosos de las palabras que nos han sido dadas sin razón aparente, sin la intención de aleccionar a nadie, ni confundir a nadie, ni probar el absurdo de nadie, sino sólo el señalar más allá de los objetos, hacia el silencio donde nada puede ser dicho.
Nosotros no somos persuasores. Somos los hijos de lo inefable. Somos los ministros del silencio, aquél necesario para curar a las víctimas del absurdo, quienes yacen agónicas de falso regocijo. Reconozcámonos entonces por aquello que somos: derviches tocados con un misterioso amor curativo, que no pueden ser vendidos ni comprados, y a quienes los políticos temen más que a una revolución violenta.
Somos más fuertes que la bomba de hidrógeno.
Digamos entonces “sí” a nuestra propia nobleza, asumiendo la incertidumbre y objeción propias de una existencia derviche.
Desde la República de Platón no había lugar para los poetas y los músicos, mucho menos hoy día para monjes y derviches. En cuanto a los incompetentes Platones que se piensan dueños del mundo en que vivimos, piensan que podrán seducirnos con banalidades y abstracciones. Sin embargo podemos eludirlos simplemente con entrar en las aguas del río heracliteano, que no pueden ser atravesadas dos veces de modo semejante.
Cuando el poeta pone un pie en aquél río fluctuante la poesía en si misma nace fuera de las resplandecientes aguas. En ese instante único, la verdad se hace manifiesta para aquellos que son capaces de recibirla.
Nadie podrá llegar a este río a menos que lo haga por su propio pie. No podrá llegar ahí trasladado por un vehículo.
No podrá entrar al río aquél que lleve puestas las investiduras de lo público y lo colectivo. Tendrá que sentir el agua correr por su piel desnuda. Tendrá que saber que dicha inmediatez es sólo para mentes desnudas e inocentes.
Vamos derviches: he aquí el agua de vida. Dancemos en ella.
Versión al español: Milton Medellín
ALGUNOS POEMAS DE THOMAS MERTON
Consejo para un joven profeta
No te acerques, hijo mío, estos lagos son de sal. Estas flores
Comen insectos. Aquí los lunáticos privados
Aúllan y rebotan en un país muy áspero.
O ante cualquier monumento enmarañado
Algún mal encarado papi del terror
Ordena un descerebrado rito.
A danzar en la infortunada montaña,
A danzar van ellos, y sacudir el pecado
De sus manos y pies,
Frenéticos hasta que la noche repentina
Cae muy lentamente, y el mágico pecado
Se arrastra, secreto, de vuelta a su sitio.
Ecos baldíos con augurios de ruina:
Siete quedaron satisfechos, recobrando posesión:
(Trae un poco de mezcalina, te las arreglarás!)
Hay algo en tus huesos,
Hay alguien sucio en tu piel problemática,
Hay una tradición en tu mal señalante y cruel dedo
A la cual debes obedecer, y garabatear en la arena caliente:
“Dejen que todos vengan y asistan
A donde las luces y los aires son montados
Para enseñar y entretener. Oh, miren a la gente rubia
Esperanzada en el imberbe tiro al blanco,
Sacudan la extravagancia de sus miembros,
Hagan las paces como Juan vestido en pieles,
Elías en el aire asustadizo
o Antonio en los sepulcros:
Jalen el gatillo imaginario, hermanos.
Dispárenle al demonio: él volverá otra vez!”
América necesita de estos fatales amigos
De Dios y la patria, para denigrarse en cenizas de mística.
Gigantescos profetas cuyas palabras no calcinan,
Debatiéndose el día entero en extenuantes idealizaciones.
Sólo estos lunáticos (oh, gran casualidad)
Sólo éstos nos son enviados. Sólo este anémico estruendo
Refunfuña en los campos de sal, en la noche sin lluvia:
Oh, vuelve a casa, hermano, vuelve a casa!
El diablo ha vuelto,
Y el mágico Infierno
está engullendo moscas.
Advice to a Young Prophet
Keep away, son, these lakes are salt. These flowers
Eat insects. Here private lunatics
Yell and skip in a very dry country.
Or where some haywire monument
Some badfaced daddy of fear
Commands an unintelligent rite.
To dance on the unlucky mountain,
To dance they go, and shake the sin
Out of their feet and hands,
Frenzied until the sudden night
Falls very quiet, and magic sin
Creeps, secret, back again.
Badlands echo with omens of ruin:
Seven are very satisfied, regaining possession:
(Bring a little mescaline, you’ll get along!)
There’s something in your bones,
There’s someone dirty in your critical skin,
There’s a tradition in your cruel misdirected finger
Which you must obey, and scribble in the hot sand:
“Let everybody come and attend
Where lights and airs are fixed
To teach and entertain. O watch the sandy people
Hopping in the naked bull’s-eye,
Shake the wildness out of their limbs,
Try to make peace like John in skins
Elijah in the timid air
or Anthony in tombs:
Pluck the imaginary trigger, brothers.
Shoot the devil: he’ll be back again!”
America needs these fatal friends
Of God and country, to grovel in mystical ashes,
Pretty big prophets whose words don’t burn,
Fighting the strenuous imago all day long.
Only these lunatics, (O happy chance)
Only these are sent. Only this anaemic thunder
Grumbles on the salt flats, in rainless night:
O go home, brother, go home!
The devil’s back again,
And magic Hell is swallowing flies.
El conflicto entre el poeta y la ambición
Fama y Dinero fuerzan la entrada
Y encuentran al poeta solo en su cuarto.
Ponen el seguro para que no escape,
Encienden la radio a alto volumen
Y patean al pobre imbécil como a un bulto.
“Mejor canta tu arrebato de canción
Antes que esa voz de avestruz se atonte,
Mejor pégale duro al gong
Antes de que el sonido del metal se opaque,
Mañana, mañana la Muerte vendrá
Y te hallará perdido y torpe
Con tus épicas sin comenzar,
Se llevara tu pluma y lápices-
No habrá estatuas en tu tumba
Y otros bardos ocuparán
Tu cuchitril de 4 x 4.”
“Perdón, señores, mi cara de centavo
Se inclinó ante su dólar de presencias,
Reverenciando al Verso Famoso,
Adulando la riqueza con engreída sonrisa
¡Asfixiando mis lágrimas desesperanzadas!
Pues alguien robó mi jaula de pájaros,
¡Y rompió la caja de música
En que guardaba mi rebaño
De ideas toro y osos mentales
Mi caja poética de zorro,
Mi estuche de venados literarios,
Mi furgoneta de águila para batear los aires!
¡Rompieron las jaulas y dejaron ir
A mi pajarera de aves métricas,
Y todo estilo en mi bestiario
Fue soltado por los novatos!
Mi estanque de palabras de los viernes
Fue vaciado por los días y los años.
Mi entera miscelánea de versos
Está arruinada por los Monsieurs taimados.”
Los días y los años corren playa abajo
Y arrojan sus ideas al aire
Curvean sus símiles al lance
y batean sus versos muy lejos.
Él se desanima junto a la orilla desierta
Con ecos de gaviotas rellenando su oído.
Las horas y los minutos, juegan atrapadas
Con cada imagen que logran robarle,
Batean sus metáforas hasta donde los pájaros,
Y lo saludan con estas abusivas palabras:
“Mejor canta tu arrebato de canción
Antes que esa voz de avestruz se atonte:
Mejor azota tu pedazo de gong
Antes de que el sonido del metal se opaque:
Mañana, mañana la Muerte vendrá
Y encontrará tus épicas sin comenzar:
No habrá estatuas en tu tumba
Y otros bardos ocuparán
Tu cuchitril de 4 x 4.”
The Strife between the Poet and Ambition
Money and fame break in the room
And find the poet all alone.
They lock the door, so he won’t run,
And turn the radio full-on
And beat the poor dope like a drum.
“Better sing your snatch of song
Before that ostrich voice is dumb,
Better hit your share of gong
Before the sounding brass is mum:
Tomorrow, tomorrow Death will come
And find you sitting dumb and senseless
With your epics unbegun,
And take away your pens and pencils—
There’ll be no sculptures on your tomb
And other bards will occupy
Your seven-fifty sitting room.”
“Pardon, sirs, my penny face
Bowed to your dollar presences,
Curtsying to Famous Verse,
Flattering wealth with smiles and smirks,
Choking down my hopeless tears!
For someone stole my crate of birds,
And busted up the music box
In which I kept my market flocks
Of bull-ideas and mental bears
And my poetic pocketfox,
My case of literary deers,
My eagle-vans to bat the airs!
They broke the cages and let go
My aviary of metric birds,
And all the diction in my zoo
Was let out by the amateurs!
The fishpond of my Friday words
Is fished out by the days and years.
My whole menagerie of verse
Is ruined by these sly monsieurs!”
The days and years run down the beach
And throw his ideas in the air
And wind his similes up to pitch
And bat his verses out of reach.
He mopes along the empty shore
With gullcries in his windfilled ear.
The hours and minutes, playing catch
With every image they can snatch,
Bat his metaphors to the birds
And cheer him with these bullying words:
“Better sing your snatch of song
Before that ostrich voice is dumb:
Better whack your share of gong
Before the sounding brass is mum:
Tomorrow, tomorrow Death will come
And find your epics unbegun:
There’ll be no statues on your tomb,
And other bards will occupy
Your seven-fifty sitting room!
Oh, dulce irracional devoción
Viento y una codorniz
Y el sol vespertino.
Dejando de cuestionar al sol
Es que me he convertido en luz,
Pájaro y viento.
Mis hojas cantan.
Yo soy tierra, tierra
Todas estas cosas encendidas
Crecen desde mi corazón.
Un alto, pino artificial
Está de pie como la inicial de mi primer
Nombre cuando tuve uno.
Cuando tuve un espíritu,
Cuando estuve en llamas
Cuando este valle estaba
Hecho de aire fresco
Pronunciaste mi nombre
Al nombrar Tu silencio:
¡Oh dulce, irracional devoción!
Yo soy tierra, tierra
El amor de mi corazón
Estalla en heno y flores.
Soy un lago de aire azul
En el cual mi propio lugar designado
Campo y valle
Se refleja.
Yo soy tierra, tierra
De mi corazón de pasto
La codorniz surge.
De mi maleza sin nombre
Su devoción absurda.
O Sweet Irrational Worship
Wind and a bobwhite
And the afternoon sun.
By ceasing to question the sun
I have become light,
Bird and wind.
My leaves sing.
I am earth, earth
All these lighted things
Grow from my heart.
A tall, spare pine
Stands like the initial of my first
Name when I had one.
When I had a spirit,
When I was on fire
When this valley was
Made out of fresh air
You spoke my name
In naming Your silence:
O sweet, irrational worship!
I am earth, earth
My heart’s love
Bursts with hay and flowers.
I am a lake of blue air
In which my own appointed place
Field and valley
Stand reflected.
I am earth, earth
Out of my grass heart
Rises the bobwhite.
Out of my nameless weeds
His foolish worship.
Poema sin título
Toda teología es una suerte de cumpleaños
Cada uno al nacer
Llega al mundo en la forma de una pregunta
Para la cual las viejas respuestas
No son suficientes.
Nacimiento es pregunta y revelación.
La base del nacimiento es el Paraíso
Sin embargo nacimos a miles de kilómetros
Lejos de nuestra casa.
Un Paraíso implora en nosotros
Y vagamos más lejos aún.
Tal es la teología
De nuestros cumpleaños.
Obscura teología en los pasos de la Estación de Cincinnati:
Soy interpelado por el frío Diciembre
De 1941. Un pequeño copo de nieve
Se derrite en mi párpado como una conjetura
Y es olvidado.
(Al otro lado del río mi significado se ha hecho carne
Es tibio, llora por recibir cuidados
Al otro lado del río
el cielo implora.
El cielo implora sin causa
Para siempre si yo no encuentro
La pregunta que me busca
Las puertas están cerradas
El monasterio es frío
Pero todo aquí es certero:
En el centro no obstante
El fuego arde.
El Fuerte Thomas Kentucky
En año de guerra
Es como Belén, obscuro
Pero no tan inocente.
Y yo también soy prisionero
De una teología voluntariosa
Mientras al norte de mí una pregunta
Implora en la nieve
Puesto que yo soy (el menos por el momento)
Un hombre sin dudas
Renunciando al lujo de las interrogaciones.
La Sabiduría crece como una flor
Gira su inocente cara
En dulce compasión
Sur y Este
Preguntándose acerca de las estaciones
Sol lluvia y monjas
No sabiendo.
Yo soy terco
Saco diez teorías de una piedra
En un muro de piedra del Edén
Una flor desconocida me ama más
Sin yo saberlo
El fuego en el centro
No obstante sigue aquí
Y arde.
Los cielos manifiestan una pájara
Con alas agraciadas
Su vuelo es como una pregunta
Buscando el sur
Por alguien.
La teología es a veces enfermedad
Un cuello roto de indagaciones
Una duda indefensa
En una cama eléctrica.
La pájara encuentra esta duda
Destrozada en la fiebre
Y sabe: “Tú eres mi gloria
Y yo tu respuesta-
Si posees una pregunta.”
Cantar es empezar un enunciado
Como “quiero ponerme bien.”
“Yo no nací en vano
Y tú tampoco:
El cielo nunca ha implorado
En vano”
Y la tierra fértil de la soledad
Es el amor. La tierra fértil de la duda
¿Es la verdad?
Entonces toda teología
Es una suerte de cumpleaños
Un camino de vuelta a la casa de donde provenimos
Edén y epifanía
En que dos preguntas extraviadas
Hacen órbita
En medio de la nada.
¿Es ésta la respuesta?
Nadie ha nacido nunca
Por cuenta propia: se requiere más de uno.
Cada cumpleaños
Tiene su propia teología.
Untitled poem
All theology is a kind of birthday
Each one who is born
Comes into the world as a question
For which old answers
Are not sufficient.
Birth is question and revelation.
The ground of birth is paradise
Yet we are born a thousand miles
Away from our home.
Paradise weeps in us
And we wander further away.
This is the theology
Of our birthdays.
Obscure theology
On the steps of the Cincinnati Station:
I am questioned by the cold December
Of 1941. One small snowflake
Melts on my eyelid like a guess
And is forgotten.
(Across the river my meaning has taken flesh
Is warm, cries for care
Across the river
Heaven is weeping.)
Heaven weeps without cause
Forever if I do not find
The question that seeks me
All the gates are shut
The monastery is cold
But everything here is certain:
Fire smoulders however
In the center.
Fort Thomas Kentucky
In a year of war
Is like Bethlehem, obscure
But not so innocent.
And I too am a prisoner
In a theology of will
While north of me a question
Is weeping in the snow
Because I am (for the time being)
A man without doubts
Renouncing the luxury of questions.
Wisdom grows like a flower
Turns her innocent face
In sweet compassion
South and west
Wondering about seasons
Sun rain and nuns
Not knowing.
I am stubborn
I built ten theories out of stone
In a stone wall Eden
An unknown flower loves me more
I do not know it
The fire in the center
However is still here
And smoulders.
Heavens grows to a bird
With pretty wings
Her flight is like a question
Searching the south
For somebody.
Theology is sometimes sickness
A broken neck of questions
A helpless doubt
In an electric bed.
The bird finds this doubt
Broken in the fever
And knows: “You are my glory
And I your answer-
If you have a question.”
To sing is the begin a sentence
Like “I want to get well.”
“I am not born for nothing
And neither are you:
Heaven never wept
Over nothing.”
“And the ground of loneliness
Is love. The ground of doubt:
Is it truth?”
So all theology
Is a kind of birthday
A way home to where we are
Epiphany and Eden
Where two lost questions
Make one orbit
In the middle of nothing.
Is this the answer?
No one ever got born
All by himself: It takes more than one.
Every birthday
Has its own theology.
“Cuando en el alma del discípulo sereno…”
Cuando en el alma del discípulo sereno
Sin más Padres qué imitar
La pobreza es un éxito,
Resulta poco el decir que el techo se ha desprendido:
Él ya ni siquiera tiene casa.
Estrellas, así como amigos,
Están molestos con su noble ruina.
Los santos parten en distintas direcciones.
Quédate quieto:
No hay más necesidad de comentarios.
Fue un viento afortunado
El que voló su aureola con todo y sus cuidados,
Un mar afortunado el que ahogó su reputación.
Aquí no encontrarás
Proverbio o memorándum.
No hay formas
Ni métodos qué admirar
Ahí donde la pobreza no es un logro.
Su Dios vive en su vacío como un tormento.
¿Qué opción nos queda?
Bueno, ser ordinario no es una opción:
sino la libertad acostumbrada
por hombres sin visiones.
“When in the soul of the serene disciple…”
When in the soul of the serene disciple
With no more Fathers to imitate
Poverty is a success,
It is a small thing to say the roof is gone:
He has not even a house.
Stars, as well as friends,
Are angry with the noble ruin.
Saints depart in several directions.
Be still:
There is no longer any need of comment.
It was a lucky wind
That blew away his halo with his cares,
A lucky sea that drowned his reputation.
Here you will find
Neither a proverb nor a memorandum.
There are no ways,
No methods to admire
Where poverty is no achievement.
His God lives in his emptiness like an affliction.
What choice remains?
Well, to be ordinary is not a choice:
It is the usual freedom
Of men without visions.
Thomas Merton
Bibliografía:
Basil Pennington (editor). Thomas Merton: I have seen what I was looking for. Selected spiritual writings. New City Press. New York. 2005
Thomas Merton. Selected poems of Thomas Merton. New Directions. New York. 1967
Thomas Merton. Eighteen poems. New Directions. New York. 1985