Dicción, Tono y Voz
¡Cuidado con lo que dices!
Le dices a alguien que acaba de expresarse con un habla muy coloquial o con una palabrota, pero lo que realmente quieres decir es ¡Cuida tu dicción! (Dicción significa: elección de palabras). El efecto global de la dicción de un escritor, además de otros elementos como la elección de temas, la imagen y el diseño del poema, etc., se denomina tono. El término “voz” se utiliza para identificar al agente que habla a través del poema, aparte de los pasajes que son diálogos propiamente dichos.
“La Poesía Contemporánea”
Para un poeta, y de hecho para cualquier escritor, la dicción tiene varios componentes: el sonido de la palabra, la precisión de la palabra y su connotación, es decir, esa atmósfera que crea la elección de las palabras.
El corpus poético a partir del cual se desarrolló la poesía norteamericana llevaba consigo un sentido de formalidad, de ser algo diferente al mundo ordinario. La construcción métrica forma parte de ello. La formalidad intencionada era otro elemento. Gran parte de la poesía contemporánea -aunque no toda- está escrita en una dicción que se compuso formalmente: su tono general es de intimidad natural o amistosa; y el lenguaje no se diferencia notablemente del lenguaje ordinario. Se encuentran normalmente palabras que no son ni pretenciosas ni especialmente formales. Intentan que el poema sea claro y accesible.
Y las palabras de los poemas están colocadas en un orden poco complicado, al modo en que usted utilizaría esas mismas palabras. El estilo no es elaborado, ni pretencioso, ni autoconsciente, ni retórico; la mayoría de los poemas son un conjunto de palabras bien ordenadas, sencillas, simples y atractivas.
Es muy probable que la atmósfera que se crea entre ustedes y esos poemas sea de confianza o incluso de intimidad. Tienes la sensación de que te los han escrito a ti. Son como las cartas que recibes de un buen amigo.
Se me acusa de atender al pasado
Lucille Clifton
se me acusa de atender al pasado
como si lo hicera,
como si lo esculpiera
con mis propias manos. no lo hice.
este pasado me esperaba
cuando vine,
una bebé monstruosa sin nombre,
y yo con el deseo de mi mamá
la llevé a mi seno
y le puse un nombre
Historia.
ella ahora es más humana,
aprendiendo idiomas todos los días,
recordando caras, nombres y fechas.
cuando ella tenga suficiente fuerza para viajar
sola, ten cuidado, lo hará.
(Traducción de Andrés Alfaro)
Este tono de intimidad, por supuesto, no surgió de la nada. Sucedió porque el escritor quería que sucediera y, aunque no es en absoluto el único tipo de poesía que escriben los poetas contemporáneos, es sin duda uno de los principales estilos, posiblemente el principal. En este poema de lenguaje llano, el poeta ha pasado, con gran habilidad y deliberada rapidez, del papel de “Profesor” al de conciudadano, vecino y amigo.
Y de este modo, detrás del poema existe la sensación de que hay una persona, una persona perfectamente reconocible. En realidad, a menudo parecería que la razón de ser del poema es darnos información sobre el escritor - sean reales o no esos datos-, incluso a veces parece que todo se trata de contarle al lector los detalles más íntimos de la vida de quien escribe.
No sugiero aquí que tal estilo de escritura sea bueno o malo, sólo que existe, que es un estilo muy común en nuestro tiempo. Este es el tipo de poema que el escritor suele leer y, sobre todo, imitar. Lo que sí afirmo es que hay dos consecuencias en torno a esta persona que es reconocible detrás del poema. Es muy probable que esta sensación de que el poema -que antes era algo misterioso- provenga de una persona común y corriente y reconocible haya animado a muchas personas a confiar en que ellos también podrían ser capaces de escribir poemas. Este nuevo concepto de poeta invita a la participación… después de todo, el espíritu de nuestro tiempo es participativo.
También me he preguntado si la disponibilidad de este “formato” de poema -el poema como documento cándido y revelador- no era un estímulo oportuno para que las personas hablaran de su vida personal y cotidiana. Me refiero, por ejemplo, a las mujeres escritoras, a los escritores afroameriacanos y a los nativos americanos cuyos poemas son a menudo elocuentes y poderosas revelaciones de verdades étnicas o de género. No quiero decir que esto sea todo, ni mucho menos; cualquier innovación en un campo literario debe encenderse con mucha chispas en la atmósfera social. Pero es un hecho curioso e incluso maravilloso: justo en el momento en que estas voces deseaban apasionadamente alzar la voz, existía justamente este estilo poético. Y los mejores poemas de este tipo se distinguen por lo particular, por lo regional, por lo personal y se convierten -como todos los poemas de éxito- en “parábolas”. Además, aunque muchos de estos poemas sean informales, los poemas “funcionan”; se escapan de la mera peculiaridad y se convierten en un ejemplo de lo general: brillan con un significado universal inconfundible. El diseño, el tono y la pasión hacen también aquí buena parte del trabajo.