Presentamos textos de tres poetas polacos del siglo XX, contemporáneos de Wislawa Szymborska, Zbigniew Herbert y Tadeusz Rozewicz. Se trata de Krzystof Kamil Baczynski (1921-1944), Miron Bialoszewski (1922-1984) y Bohdan Drozdowski (1931).
Krzystof Kamil Baczynski
Historia
Aún veo los humeantes arcabuces
como si ayer la mecha hubiera ardido
y extendiera aún su mano el artillero
donde una rama verde hoy crece.
En el azul vacíos hay donde antes
hubo brazo y cantar de espada hiriente,
y hay, como labios de ira rebosantes,
ahora, cántaros hirvientes.
Ah, coloridos regimientos, ah penachos,
grácil adiós cual mariposa al alba,
y parpadeos y cantos de pájaro,
ave de despedida en el jardín.
No es sueño: el sueño es sangre corriente,
la misma aún bajo el morrión. Hay sólo
el tiempo, león rugiente,
que arrastra lana en cúmulos.
Perdona, amante; madre, llora,
porue no es ángel, no es un ángel quien guía.
Vendrán las mismas rosas
a plantar en el cielo, como en fosas
la voz, recuerdos y hojas
apartarán como de llana loza
cabello que encanece.
Van, como desterrados de la gracia,
van los cortejos, dónde van, los lleva
el continente que en el cielo rueda. El cielo
que arrastra en el continente arena
cierra tal vez sus formas con un velo.
Como en el pan se hunden cuchillos, lentos
se van, y va cubriéndolos la arena.
Aún relinchos y cantos trae el viento.
Versión de Francisco de Oraá
Miron Bialoszewski
Autorretrato sentido
Me miran,
tengo pues un rostro.
De todas las caras conocidas
la que menos recuerdo es la mía.
Mis manos de vez en cuando
viven completamente aisladas.
¿Acaso hay que contarme con ellas?
……………………………………………………..
¿Dónde están mis fronteras?
…………………………………………..
Me cubre, sin embargo,
el movimiento o la vida a medias
Pero siempre
repta en mí,
llena o no llena,
la existencia.
Llevo conmigo
un cierto y propio
lugar.
Cuando lo pierda
querrá decir que no existo.
……………………………………….
No existo,
pues no dudo.
Bohdan Drozdowski
Muere mi padre
Llego y digo: muere mi padre,
sólo vivirá dos o tres días. A lo sumo cuatro días.
Luego pasamos a conversar de literatura.
Mayo, el verdor renace. No quiero morir en mayo.
tres o cuatro días más… Mi hijo cualquier día
caerá en un círculo de amigos y dirá: mi padre está muriendo,
luego la conversación pasará a la cibernética,
o a la biología o a la filosofía. No sé
qué elegirá mi hijo. No quiero morir en mayo,
pues los hijos están tan ocupados con la primavera…
Tal como dije… Bueno, algún día sucederá.
Alguien justificará la ausencia del hijo.
que quizás no esté en mi agonía,
que lo pase sentado en el café con una chica
diciendo: muere mi padre. Como éste y su cara
permanecerá indiferente. El hijo
tiene apenas siete años. Qué felicidad.
He regresado después de muchos años, le traje a mi padre
una mochila de cigarros americanos. Dijeron:
murió tu padre. Qué felicidad que no tuve
que caer en u círculo de amigos y decir: mi padre está muriendo.
Para luego pasar a los recuerdos.
Esta s ería
una gran desgracia si supiera entonces
que esta es la felicidad. Muere mi padre.