Native American Poetry Heritage: Roberta Hill

Today at Círculo de Poesía we present two poems by Roberta Hill (1947). Known for her books Star Quilt (1984) and Philadelphia Flowers (1996), Hill encircles her Native American heritage using traditional English forms in her verse. Influenced deeply by her upbringing in the Oneida Nation of Wisconsin, she conveys the sense of exile and foreignness intrinsic to the history of the Oneida people, juxtaposed to the idea of finding hope through language. Her poetry has appeared in collections such as the Norton Anthology of Modern Poetry and Voices of the Rainbow: Contemporary Poetry by Native Americans. She has also been given distinctions such as the Lila Wallace Reader’s Digest Writers Award and the Wisconsin Idea Foundation’s Excellence Award. A scholar of American Studies, Hill is currently a lecturer at the University of Wisconsin-Madison. Spanish translations by Moisés Villavicencio Barras (1970).

Presentamos dos poemas de Roberta Hill (1947). Es poeta y narradora. Pertenece a la Nación Oneida de Wisconsin. Actualmente es profesora asociada de inglés y estudios nativo americanos en la universidad de Wisconsin, en Madison. Ha recibido los premios de la fundación Lila Wallace- Reader’s Digest y el  Chancellor de la Universidad de Wisconsin. Ha aparecido en antologías como la Norton Anthology of Modern Poetry y Voices of the Rainbow: Contemporary Poetry by Native Americans. Las presentes versiones son de Moisés Villavicencio Barras (1970).

 

 

 

 

 

 

LINES FOR MARKING TIME

 

Women know how to wait here.

They smell the dust on wind and know you haven’t come.

I’ ve grown lean, walking along dirt roads,

under a glassy sun, whispering to steps.

Twenty years I’ve lived on ruin. When I escaped,

they buried you. All that’s left is a radio,

with a golden band. It smells of heat,

old baseball games, a shimmering city inside.

The front door has stopped banging and the apple tree

holds a old tire strange child swing in.

 

This house with broken light has lost me

now, when the sweet grass dries. Its scent lingers

in the living room among sewing and worn-out shoes.

In your silence, I grew visions for myself, and received

a name no one could live up to. Blood rises

in hot summer wind, rose petals trickle

past rough solemn wood. Hear the distant sobbing?

A Indian who’s afraid of tears. She charms her eyes into smiling,

waits for the new blue star. Answers never come late.

 

Look west long enough, the moon will grow

inside you. Coyote hear her song; he’ll teach you now.

Mirrors follow trails of blood and lightning.

Mother needs the strength of one like you. Let blood

dry, but seize the lightning . Hold it like your mother

rocks the trees. In your fear, watch the road, breathe deeply.

Indians know how to wait.

 

 

 

LINEAS PARA SEÑALAR EL TIEMPO

 

Las mujeres saben cómo esperar aquí.

Ellas huelen el polvo en el viento y saben que tú no has llegado todavía.

Crecí flaca, caminando por caminos de tierra,

bajo un sol de vidrio, murmurando con mis pasos.

Veinte años de vivir en la ruina. Cuando escapé,

ellos te enterraron. Todo lo que queda es un radio

con su banda dorada. Huele al calor,

a juegos viejos de béisbol, a una ciudad que tiembla adentro.

La puerta del frente ha dejado de golpearse y el árbol de manzanas

sostiene una llanta vieja donde niños desconocidos se mecen.

 

 

Esta casa con luz entrecortada me ha perdido,

ahora que la hierba dulce comienza a secarse. Su aroma

viaja por la sala entre la costura y los zapatos viejos.

En tu silencio yo crecí visiones, y recibí

un nombre díficil de vivir con él. La sangre se eleva

con el aire caliente del verano, pétalos de rosas caen despacio

pasan la madera áspera y solemne.¿Puedes escuchar a la distacia quejándose?

Una India que tiene miedo de las lágrimas. Ella alegra sus ojos

y sonríe, espera por la nueva estrella azul. Las respuestas nunca llegan tarde.

 

 

Mira al oeste el tiempo suficiente, la luna crecerá

dentro de ti. El coyote escucha su canción. Él te enseñará ahora

Los espejos siguen caminos de sangre y relámpagos.

Mamá necesita el coraje de alguien como tú. Deja que la sangre

se seque, pero mide el relámpago, sosténlo como tu madre

hace con los árboles, en tu miedo mira el camino, respira profundo.

Los Indígenas saben cómo esperar.

 

 

A Nation Wrapped in Stone

for Susan Iron Shell

 

When night shadows slipped across the plain, I saw a man beside his horse,

sleeping where neither man nor horse

had been. I’ve prayed

to a star that lied. The spirits near the ceiling of your room, did they

leave on horseback, turning dew into threads

by moonlight?

In wild stretch of days, you didn’t fear ashes or weeping. We, left behind,

can’t warm sunlight.

Isaac, you left with the wind.

 

The chokecherry grows slower. I held your trembling wife, and windows trembled

in our north room. The creek gnaws remaining snow. Our blood runs pale.

You taught us to be kind to one another. Now we wake, questioning our dreams.

Nighthawks in warm fog. A nation wrapped in stone.

What do nurses

know of hay, of scents that float broken between canyons, of strength in

a worn face? You wept love, not death.

Around your bed, owls stood.

 

The north wind hunts us with music, enough pain to set fires in ancient hills.

West winds growl

around Parmelee.

The tanned, uneven banks will hold more frost. Unlike dust, we cannot die

from tears. You’ve settled

on a quiet prairie. Shrouded eyes

in thickets give a reason to contain

this heavy rind. We are left with grief, sinking boneward, and time to watch

rain soak the trees.

 

 

 

 

 

UNA NACIÓN ENVUELTA EN PIEDRAS

                                                                    para Susan Iron Shell

 

Cuando las sombras de la noche se deslizaron por la planicie, vi a un hombre junto a su caballo,

durmiendo donde ningún hombre o ningún caballo lo han hecho. He rezado

a una estrella que mintió. Los espíritus cerca del techo de tu cuarto ¿Salieron a caballo, volviendo el rocío hilos por el brillo de la luna?

En la prolongación salvaje de los días, no temiste llorar o las cenizas. Nosotros los abandonados no podemos calentarnos con la luz del sol.

Issac te fuiste con el viento.

 

El cerezo crece más despacio. Sostuve  a tu esposa que se estremecía y las ventanas de tu casa se sacudieron en  los cuartos del norte.

El arroyo carcome los restos de la nieve. Nuestra sangre corre pálida.

Nos enseñaste a tratarnos bien. Ahora, despertamos cuestionando nuestros sueños.

Halcones de la noche en la neblina caliente. Una nación envuelta en piedras.

 

¿Qué saben las enfermeras sobre la heno,

de aromas que flotan rotos entre cañones, del coraje en una cara enrojecida. Sollozabas amor, no muerte

Había búhos alrededor de tu cama.

 

Los vientos del norte nos persiguen con su música, suficiente dolor para encender las viejas praderas.

Los vientos del Este gruñen alrededor de Parmeele.

Las desiguales y oscuras colinas serán propicias para las heladas.

A diferencia del polvo ,no podemos morir  por las lágrimas . Descansarás en una colina tranquila. Ojos cubiertos

por los matorrales nos dan la razón para sostener esta pesada corteza. Nos dejas con pena, hundiéndonos, y tiempo para mirar la lluvia mojando los árboles.

 

 

 

 

 

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