Poesía de Nueva Zelanda: Kiri Piahana-Wong

Hoy que Círculo de Poesía cumple sus primeras 4 000 000 de visitas, continuamos con nuestro dossier de poesía actual de Nueva Zelanda, seleccionado y traducido por Andrea Rivas, presentamos la poesía  de Kiri Piahana-Wong, poeta originaria de Nueva Zelanda con ascendencia maorí, china e inglesa. Su primera colección Night swimming fue publicada en 2013 por Anahera Press. Kiri también es editora y poeta. Vive en una pequeña casa en medio de millas de campos en el noroeste de Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda.

 

 

 

 

 

 

 

 

Llovía el día en que me dejaste

 

Llovía el día en que me dejaste.

La gente estaba afuera, en las calles, bebiendo

y jugando, usando pelucas y sombreros ridículos,

robando conos de tránsito y vandalizando los

autos de otras personas. Todos los limpiaparabrisas

de los autos de mi calle estaban rotos y apuntando

hacia arriba. Francia iba a jugar contra

Gales más tarde ese día.

 

Llovía la tarde en que me dejaste.

Estaba en la cama sangrándote en pedazos

Pidiéndote que te quedaras un minuto más

Pidiéndote que volvieras

En otro día

En otro año

En otro tiempo que te acomodara más.

 

Había un gorrión en el árbol afuera de

mi ventana, gorjeando, y el viento soplaba

pétalos rosas sobre todo el césped. Vi a Gretchen

afuera, en el jardín, cantando a sus guisantes.

 

Te he hablado todos los días, te he llevado tan

cerca de mí. He imaginado que tendrías

los verdes ojos de tu padre, mi cabello oscuro, y

toda nuestra excesiva creatividad, pero naturalmente

sin nuestras temerarias cualidades que te habrían

hecho un niño fastidioso de criar.

Incluso te he hablado de cosas inconsecuentes

Comerías tus vegetales o prefieres

McDonalds como tu madre

Me disculpé contigo por nuestra dieta imparable de Cajitas

Felices mezcladas con cafeína y pays cubiertos de papas fritas

Me he preguntado si te gustaría más la vegemite o la marmite[1]

Si tendrías un amigo imaginario

 

Pero en este día

Me acurruco, sosteniendo la sangre coagulada

que queda de ti, y digo―

Por favor vuelve

Siento incluso haber dicho que no te quería

Que deseé por un segundo que no estuvieras ahí

Por favor vuelve a mí

 

La ambulancia vino y por un momento me desmayé

y cuando regresé, Kayla estaba ahí.

Me trajo un libro de poesía femenina

y angustiada, la biografía de Slash (para recordarme

porqué es una mala idea salir con músicos), una manta

rosa con corazones, una manzana, un plátano,

una revista banal, un paquete de Grainwaves y

galletas de jengibre. Siempre es buena idea llamar

a una madre cuando tienes una emergencia.

 

Después de un largo rato el día terminó. El sol

se ocultó. Eventualmente salió de nuevo. Hay

tantas aves llamando, temprano en la mañana, y

el sol en mi rostro se siente como una bendición.

Mucho después en ese día, caminé hacia la playa y

vi que la marea se acercaba. Me recosté en la playa

y enterré mis dedos en la rasposa arena, y

pensé en todas las maneras en las cuales algo que

nunca quisiste puede dejar el más grande

vacío cuando te abandona, y ojalá

pudiese decir que la visión del mar llenando

la playa alivió algo de ese vacío, pero

todo lo que hizo fue recordarme que cada día, la

marea entra, solo para irse de nuevo.

 

 

 

 

Cuatro pinturas

 

Por la mañana

la luz toca las paredes

como una pintura

el sol matutino cae en finas pinceladas

el cabello de ella es un oscuro embrollo

la cara de él se empaña con sueño

 

Pintura #1: Cómo ella se enamoró de él

 

En esta pintura, ella usa

el vestido rojo con el que le gusta dormir

y éste ha caído hasta su cintura

 

Él está desnudo

sus brazos se curvan rodeándola

su boca se presiona contra el cuello

en el lugar donde a ella le gusta

que él la bese

 

 

Pintura #2: Su primera pelea

 

En esta pintura, ella está sentada

afuera de un bar

con un vestido negro de encaje.

Tras ella, la noche es un sólido bloque

de oscuridad.

 

Él está sentado a su lado con

una camisa verde pálido, el cabello

despeinado, de espaldas, inclinado

ligeramente hacia ella.

 

Los autos vierten el pasado con golpes

de luces brillantes.

 

 

Pintura #3: Lo que haya dicho, no lo dije en serio

 

En esta pintura él permanece solo

en una playa vacía.

 

El cielo se extiende a lo lejos en un resplandor.

 

 

Pintura #4: La reunión

 

En la pintura anterior él está

mirando hacia un camino

 

Ella usa un vestido lila con dorado

y el cabello echado hacia atrás

lejos de su rostro.

 

Empieza a atardecer. Sobre ella

el cielo dorado, abierto

y vacío.

 

 

Tan por debajo

 

Algunas veces me preocupa que

recuerdo tu vida mejor

que tú

 

Incluso las ocasiones anteriores a

que yo estuviera ahí

 

Cuando no puedes recordar

Me preguntas

 

Dices, estabas ahí

                o era solo yo

 

La memoria cambia con el sol,

Resistimos a su influencia

como la marea

En los remolinos cerca de la orilla

un pez plateado salta

 

En el cielo, una nube

oscurece tu más brillante

deseo

 

Pero aquí en el suelo

Tan por debajo

Yo yazco con tus brazos

a mi alrededor

Mi nariz presionada contra el

hueco de tu garganta

Como si el tiempo no pudiera

borrarme

 

Otras veces

por la noche

sola,

yazco quieta escuchando

mis latidos

 

Arriba lejos las estrellas giran

Y el peso de la luna

presiona

 

Caigo dormida en el vórtice

del desrecuerdo

 

Pero en la mañana despierto

Y recuerdo

 

Estás caminando en una playa

de arena negra, tienes una playera

blanca, cargas mi bolso rosa,

tus pies están en el agua

 

 

Te extraño como

 

Te extraño como

los cigarros, como

el toque del sol

en invierno, como

café

espresso ― 10 tazas

al día con

galletas de chocolate

amargo.

 

 

Nadando en la noche

 

Vi luces en el agua

mientras nadaba en el mar

una noche.

 

Se adhirieron a mis brazos y piernas.

La luz emanó de las puntas de mis dedos.

Sacudí mis pies como un pez.

Dibujé círculos con mis manos

Temblé como una estrella cayendo

 

en las profundas aguas oscuras.

 

 

 

 

 

 

 

 

Nota de la traductora

 

[1] Tanto vegemite como marmite son pastas para untar, provenientes de la extracción de la levadura.

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