Poesía italiana: Giovanni Ibello

Presentamos la poesía del joven autor italiano Giovanni Ibello (Nápoles, 1989) comentada y traducida por la poeta Alejandra Craules Bretón. Se graduó en Jurisprudencia en la Universidad Federico II. Trabaja en un estudio legal que se ocupa de derecho civil. Desde enero del 2012 está inscrito al registro de periodistas acreditados de Campania (categoría publicistas). En ese rol, escribe regularmente sobre futbol. Sigue como enviado y “match analyst” los eventos deportivos de la SSC Nápoles. Es redactor en “Words Social Forum (centro social del arte)”. Ha publicado en la web poemas inéditos y análisis crítico, que se encuentran fácilmente en los principales lit-blog italianos. Su opera prima “Turbative siderali” recientemente ha sido publicada por Terra d´ulivi edizioni.

 

 

 

 

 

 

 

 

“Turbaciones Siderales”: La poesía de Giovanni Ibello

 

                                                                                                                Por Alejandra Craules Bretón

 

Mi encuentro con la poesía italiana actual no data de tanto, son tan solo cuatro años que realmente me he ocupado de conocer a los poetas de mi nueva patria que escriben en este momento. Si bien no fue fácil al inicio, tuve primero que acercarme al lenguaje poético, a la métrica y al ritmo del italiano moderno para verdaderamente apreciar la poesía itálica. Así que he logrado en estos años tener un panorama general y en casos particular de las voces que generan expectación entre los lectores y entre los mismos poetas.

Desde entonces he traducido una decena de poetas, de los cuales sólo en dos casos he quedado verdaderamente cautiva de los versos. Uno es mi querido amigo Gian Maria Annovi quien sin duda admiro de una forma particular por la madurez de su obra y por su indudable genialidad. El segundo es un joven poeta napolitano que leí por primera vez hace un año: Giovanni Ibello.

En cuanto leí un par de poemas de Ibello, quede fascinada de la calidad de su imágenes, pero no fue hasta que leí en totalidad su obra que verdaderamente pude apreciar su talento. Y no me equivoqué con mi juicio tempestivo, Giovanni Ibello ha sido nombrado por Milo De Angelis en una breve lista de jóvenes poetas de los cuales apunta De Angelis: “emergerán los nombres más duraderos de la poesía actual”.

En el epílogo a la opera prima de Giovanni “Turbaciones siderales” recientemente publicada por la editorial Terra d´ulivi, Francesco Tomada escribe sobre algo que inmediatamente se percibe al  leer a Ibello: “…un lenguaje que vive en la tensión de los opuestos suspendido entre los ángulos agudos de la aspereza, y los momentos en los que la dulzura se hace extrema y totalizante”. Al inicio esa transposición es un shock pero pronto llega arrebatada a los sentidos con ese sabor agridulce, que encanta por su carácter dual perdurando en el paladar por largo tiempo para entenderlo y así saborearlo, es un lenguaje que otorga imágenes que aun siendo contrapuestas no se contradicen, se complementan en una armonía de belleza escandalosa.

 

“Prefiero celebrar

esta lenta eutanasia

con el cuerpo aperlado de sudor

y los ojos exorbitados

sobre un prado de estrellas radioactivas

y cerdos degollados

tendidos sobre un costado. “

 

La poesía de Giovanni es una introspección ante el amor perdido y el entorno latente, con versos entonados con imágenes pulidas y clarividentes, el oficio del poeta no es tomado a la ligera, se tiene particular cuidado en la escritura del poema singular que en la totalidad de su obra denota una extraordinaria capacidad de llevar a la palabra al punto justo donde encarna la emoción, la devoción, los sentimientos y el pensamiento de una mente singular, que lucha contra demonios con los rayos de una estrella que a veces pareciera en extinción pero que, no obstante, revela una pasión que no se aísla de la vida que se crea con cada palabra, que va del paisaje celeste al asfalto, de la herejía a la divinización, de los cuerpos que tiemblan, de la belleza, del dolor plasmado, pero sobre todo de la poesía como medio que con el verbo salva al poeta en su sentirse inadecuado,  del mundo que lo rodea regresando a la materia prima, al semen que es palabra que construye y subsiste aun con la ausencia.

Las “Turbaciones siderales” de Giovanni Ibello tienen el valor quien se aprehende a la vida misma a veces desleal y cruenta en un mundo adverso pero que al mismo tiempo se presenta lleno de instantes privilegiados que restan unidos en la memoria. Ésta es la contradicción de vivir poeta.

 

La nudità è dei corpi, il resto è mistificazione.

 

La desnudez es de los cuerpos, el resto es mistificación.

 

***

 

 

 

Di quello che sognavi veramente

non resta che un silenzio siderale

una lenta recessione delle stelle

in pozzanghere e filamenti d’oro,

il riverbero delle sirene accese

sui muri crepati delle case.

Così dormi, non vedi e manchi

il teatro spaziale delle ombre.

Il desiderio è l’ultimo discanto.

Ma quanti gatti si amano di notte

mentre l’acqua scanala nelle fogne.

 

 

De aquello que soñabas realmente

no queda más que un silencio sideral

un lento descorrer de las estrellas

en charcos y filamentos de oro,

el centellar de la sirenas encendidas

sobre los muros agrietados de las casas.

Así que duerme, no ves y haces falta

el teatro espacial de las sombras

El deseo es el último desencanto.

Pero cuantos gatos se aman de noche

mientras el agua cincela en las alcantarillas.

 

 

 

 

After rain

 

Il diaframma

è sotto l’arco del giorno,

lo vedi

l’ultimo rantolo del sole?

Questo è l’anatema della terra,

       la nuda prigione

di un costato.

L’iride

      l’argento nero

nel vuoto delle ossa cave

     si risolve

l’equazione del volo.

 

 

 

After rain

 

El diafragma

se encuentra bajo el arco del día,

¿la vez

la última bocanada del sol?

Éste es el anatema de la tierra,

         la desnuda prisión

de un costado.

El iris

         el argento negro

en el vacío de los huesos huecos

       se resuelve

la ecuación del vuelo.

 

 

 

 

Basta canzoni d’amore

 

Hai sognato lo scisma dei santi

il mistero della cernia ermafrodita.

Hai sognato

la vergine delle dune

e aceto per le antilopi erranti.

Quando ti vedo dormire

la notte profuma di arance.

 

 

 

Basta canciones de amor

 

Has soñado el cisma de los santos

el misterio de la cherna hermafrodita .

Has soñado

la virgen de las dunas

y vinagre para los antílopes errantes.

Cuando te veo dormir

la noche perfuma de naranjas.

 

 

 

 

Genealogia di un’assenza

I

“Dimmi, che voce ha il dio dei deserti?”

“Cosa ti rimane di quella notte?”

 

I temporali negli specchi

e nessuno spazio vitale

oltre la curva del sonno.

 

“Muta la tua pelle che non torno”.

 

II

Tu la chiami deriva

io dico che non c’è preghiera

più grande del mare.

 

 

 

Genealogía de una ausencia

 

I

“Dime, que voz tiene el dios de los desiertos”

“Que te queda de esa noche”

 

Los temporales en los espejos

y ningún espacio vital

más allá de la curva del sueño.

 

“Muda de piel que no regreso”

 

II

 

Tu la llamas deriva

yo digo que no hay plegaria

más grande que el mar.

 

 

 

 

Shield

I

La vera fortuna è essere corpo che vive

e con il corpo sentirsi scudo. Pietra che tace.

 

Ma se la schiena è squartata

da una luce bianca che diventa materia

solo l’aria copre il peso dell’assenza.

 

Non vedi? Un banco di nebbia sottile

ci avvolge le mani, strette in preghiera.

 

È un assillo senza pace di aurora

la tua voce che mi chiama:

“Come ti spieghi il pulsare di una piaga?”

 

II

È ancora notte. Non c’è tregua sotto gli olmi,

solo il profumo del mio seme quand’ero ragazzino

e un vagare di gatti randagi, senza nome.

 

Ma io non sapevo intonare il requiem dei morti

il volto stremato di un uomo che ha perduto l’amore

 

la fame dei ratti, la pazienza dei ragni

che filano trame greche nella gola

che separa il cemento dalla rena.

 

Non tutte le ferite possono rimarginare.

 

 

 

Shield

I

La verdadera fortuna es ser cuerpo que vive

y con el cuerpo sentirse escudo. Piedra que calla.

 

Pero la espalda está despedazada

por una luz blanca que se forja materia

sólo el aire cubre el peso de la ausencia.

 

¿No ves? Un banco de niebla sutil

que envuelve las manos, estrechas en plegaria.

 

Es un incito sin paz de aurora

tu voz que me llama:

¿Cómo te explicas el pulsar de una llaga?

 

II

 

Aun es de noche. No hay tregua bajo los olmos,

sólo el esencia de mi semen cuando era un chavillo

y un vagar de gatos callejeros, sin nombre.

 

Pero yo no sabía entonar el réquiem de los muertos

el rostro agotado de un hombre que ha perdido el amor.

 

el hambre de las ratas, la paciencia de las arañas,

que hilan grecas en la garganta

que separa el cemento de la arena.

 

No todas las heridas cicatrizan.

 

 

 

 

 

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