Presentamos un poema de Antoni Marí (Ibiza, 1944), uno de los mayores poetas catalanes de nuestro tiempo. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Preludi (1979), Un viatge d’hivern (1989) y El desert (1997). En México publicó, en 2009, El preludio, en la Colección Ifigenia Cruel de Poesía Iberoamericana, de Círculo de Poesía y el Tecnológico de Monterrey. Recientemente fue publicado Han venido unos amigos, bajo el sello de Valparaíso México, ambos en la traducción de Mario Bojórquez. Obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1989. Actualmente dirige la colección Nuevos textos sagrados de la editorial Tusquets. La versión al español de este poema es de Mario Bojórquez.
Yo no creía que pudiera volver
Yo no creía que pudiera volver.
No creía que nunca más pudiera volver
a ver estos campos, donde la soledad
y el abandono gobiernan,
ni estos cerros pequeños que caen
hacia el mar, ni este aire quieto,
que parece detenerlo todo,
ahora que están todos en cama, y duermen.
No creía que pudiera volver
a ver esta luz que da cuerpo
a la sombra, y a la claridad, aturdimiento.
Y creía que no volvería a saber
que la quietud que nos libera
y el silencio que nos nutre
no son la quietud ni el silencio de la muerte,
ni un lugar de la tristeza,
ni el miedo de quien se sabe solo
en medio de la extrañeza del mundo.
No creía que pudiera volver
a sentir que todo es uno y que toda cosa cierta
se muestra en lo que es
si uno está cerca y nada lo acompaña.
No creía que pudiera volver
a estarme quieto, envuelto
por la oscuridad y la sombra de aquella nube
que todo entenebrece y nos deslumbra.
Ni creía que pudiera volver a este desierto
que el alma ha creado a imagen nuestra.
No creía que pudiera volver nunca más,
ni que fuera yo, tan sólo, aquel
que otra vez, aquí,
volvía.
Jo no creía que pogués tornar
Jo no creía que pogués tornar.
No creía que pogués tornar mai més
a veure aquests camps, on la solitud
i l´abandonament governen,
ni aquests petits pujols que cauen
cap al mar, ni aquest aire quiet,
que sembla detenir-ho tot,
ara que tots són al llit, i dormen.
No creía que pogués tornar
a veure aquests llum que dóna cos
a l´ombra, i a la claror, atordiment.
I creia que no tornaria a saber
que la quietud que ens allibera
i el silenci que ens nodreix
no són la quietud ni el silenci de la mort,
ni el lloc de la rencaça,
ni la por de qui se sap sol
enmig de l´estranyesa del món.
No creía que pogués tornar
a sentir que tot és u i que tota cosa certa
es mostra en el que és
si un hi és a prop i res no l´acompanya.
No creía que pogués tornar
a restar quiet, envoltat
per la foscor i l´ombra d´aquest núvol
que tot ho entenebraix i ens enlluerna.
Ni creia que podría tornar en aquest desert
que l´anima ha creat a imatge nostra.
No creía que pogués tornar mai més,
ni que fos jo, tan sols, aquell
que altre cop, aquí,
tornava.