Círculo de Poesía en la FIL Guadalajara 2017: presentación de Memorial de Ayotzinapa, de Mario Bojórquez

Este domingo 26 de noviembre en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, el poeta Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968) hará una presentación de Memorial de Ayotzinapa, libro publicado por Visor Libros México. La cita es en los stands E14 y E16 de Círculo de Poesía, a las 19:00 horas.

 

 

I

 

—Le dije a mi nahual—

Todas las formas están vacías

apenas un relámpago atraviesa

la piedra de moler

y el río

que corre abajo

hacia la tierra honda

es apenas el murmullo del agua

Todo está vacío

 

 

 

II

 

Mi nahual respondió—

Todo el tiempo rehuimos

la visión de las cosas vacías

Todo el tiempo creemos

que asimos la realidad

intocada

Ve allá y recoge los huesos preciosos

para que los hombres vivan de nuevo,

la vida está vacía como el pellejo de una fiera

Junta los huesos y en un barreño

muele los huesos

para que los hombres puedan vivir

 

 

 

III

 

Me dijo mi nahual—

Ahora tendríamos que ir a buscar

los huesos preciosos

Están a flor de tierra

casi insepultos

Basta remover un poco

el polvo

y encontraremos

los huesos calcinados

400 fosas hemos de escarbar

hasta encontrarlos

en Cerro viejo

Con las uñas partiremos la tierra

con las uñas y un poco de saliva

 

 

 

XI

 

Le dije a mi nahual—

Del color de la sangre

—alterados colmillos—

es la luna

Del color de la sangre

—huesos carcomidos y rabia—

es la luna menguante

Sólo de ese color

—ensangrentada luna—

mengua la luz sobre los cuerpos

mutilados

Del color de la sangre

brilla la luna

 

 

 

XV

 

Éramos —le dije a mi nahual—

43 los del «río de las calabacitas»

y yo, pero yo no cuento ni tú tampoco

éramos, entonces, 43

los que cruzamos la noche

 

 

 

XXXII

 

Después

ya no me acuerdo bien

si yo iba en el piso de la camioneta

empapado en mi propio rojo o en el de algún suriano

El que estaba a mi lado

ya no respiraba ni latía

Pensé —es mi nahual—

y sí era pero también era el que me estaba pateando las costillas

lo miré sin ojos

ni cara

Se asustó al verme

Yo también era el desollado

pero me dio más fuerte

 

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