Reseña: Piedras para una refundación. Libro de crítica de Alí Calderón

La editorial argentina Buenos Aires Poetry ha publicado el volumen de crítica Piedras para una refundación de Alí Calderón (México, 1982). Se trata de una especie de arqueología de nuestro presente poético. En la siguiente nota, el poeta Fernando Salazar Torres comparte su lectura de este libro, de algún modo continuación de lo abierto por Reintentar el lirismo (España, 2015; México, 2016).

 

 

 

 

 

 

Entre la refundación y la reinvención del yo lírico

 

 

A finales del año 2017 buenos aires poetry editó Piedras para una refundación del poeta Alí Calderón, libro valioso por distintos aspectos, entre los cuales destaco la metodología que permite vincular la tradición de la poesía moderna inaugurada a mitad del siglo XIX y el fenómeno poético manifiesto desde finales del siglo pasado y las primeras dos décadas del siglo XXI. El tránsito, no solo histórico y cultural, social y filosófico, sino también estético, contiene varias transformaciones en distintos niveles de la vida. El libro refiere una amplia bibliografía sobre teoría literaria y poesía, que interesan al investigador o especialista. Nuestro tiempo refleja, como síntoma, la premura y la fugacidad de la vida. Esto explicaría, de muchas maneras, la naturaleza del creador y de la creación que, ciertamente, ha provocado divergencias y serias críticas a cerca de la originalidad y la poiesis como categorías exclusivas del proceso artístico y clave en el desarrollo y fundación de la lírica moderna.

            Los primeros capítulos son el repaso para recuperar ideas imprescindibles, que posibilitaron el  surgimiento de la llamada nueva lírica, en la figura de Charles Baudelaire, y la posterior generación de autores en lengua francesa e inglesa. Aunque existe una extensa bibliografía especializada y estudiosa en torno a esta época poética, muchos de tales documentos ya son considerados clásicos por el medio intelectual. Dado lo anterior, el valor de los capítulos, 1 y 2, “Pórtico” y “Sólo lo nuevo es verdaderamente bello”, respectivamente, del libro en cuestión, oscila en el uso de la teoría como recurso metodológico: la teoría de la recepción. El argumento central de Alí Calderón consiste en la importancia de la lectura, importa más el cómo se lee; es decir, el estructuralismo imperante en el procedimiento del arte a principios del siglo XX ha desaparecido para dar su lugar o a un vacío conceptual, me parece, o de contenido o, como sugiere el poeta mexicano, es más relevante la importancia de la receptiva para construir una hermenéutica del significado. Es decir, parece estar presente la idea de que el pasado de nuestra tradición más inmediata, la Modernidad, debe ser redefinida desde el siglo XXI.

            Los siguientes tres capítulos señalan el nacimiento y desarrollo de otros procedimientos antes poco explorados y, con el nacimiento de las vanguardias históricas, en las primeras dos décadas del siglo XX, tales mecanismos poéticos construyeron otro canon literario, inclusive, la materialización ideológica de una forma de dar sentido al significante y, a la postre, durante la segunda mitad del siglo XX, desarticulando al significante mismo en diversos giros: ejemplo de esto son el caso del dadaísmo, los diversos recursos usados por Vicente Huidobro en Altazor, el caso de José Juan Tablada, las distintas manifestaciones del collage y de lo que ahora es llamado híbrido literario. Pese a ser, de pronto, capítulos breves, la indicación de cierto libro o autor, permite al lector profundizar específicamente en determinados temas, pues finalmente la sugerencia del título, son pequeñas piedras para la futura construcción de otro fundamento poético. La venidera nueva fundación de la poesía escrita en español.

            La clave del libro se halla, me parece, en tres capítulos, “El riesgo. La poética después de Octavio Paz”, “Reinventar el lirismo” y “Poesía hispanoamericana: 1965-1980”. El hilo de pensamiento de tales títulos pareciera sugerir la importancia de una generación, aquella heredera de Paz, no obstante, Calderón crítica tal fenómeno y sugiere algo más amplio que ciertamente ya está presente en otro libro anterior, Reinventar el lirismo. Problemas actuales sobre poesía (Valparaíso, 2016), serie de artículos y ensayos escritos por poetas y críticos de diferentes latitudes del mundo. Reinventar el lirismo no significa reinventar la poética, sino plantear otra manera de comprender el fenómeno poético de nuestro tiempo en diferentes lenguas y cómo cada tradición cultural y lingüística resuelve una misma dificultad: a través de la inventiva del dispositivo literario.

            Ahora bien, en tales capítulos mencionados hay latente dos formas poéticas, no solo mexicanas, sino en español: la poesía del decoro y la poesía del riesgo. La clásica y la experimental. Existe una tercera alternativa, la mixtura de ambas tendencias cuyo resultado sería la poesía híbrida o aquella que también es resultado de la combinación angustiosa de los poetas por no pertenecer a una sola tradición. La destrucción de una visión segura del mundo, idea centrada en el capítulo dedicado a Paz y su influencia; la desarticulación del yo, hipótesis del siguiente apartado que estudia la lírica, en otra palabras, existe un sector que denuncia la muerte del yo y/o la unión de muchas voces dentro de la elocución al momento de la composición del poema: ¿quién habla en el poema? Al sugerir que la visión del mundo se ha desmoronado, no existe, por tanto, una voz unívoca, la hegemonía de la historia europea se desarticula para dar cabida a otros relatos. Lo que primero sucede en la epistemología que explica el mundo, se manifiesta en la estética, ciertamente, en nuestro caso, en la voz del poema, ya no es solo el autor en el texto, idea estructuralista, sino la voz de la historia, de la cultura, entre otros hechos, idea según la cual importa más cómo recibe el poema quien lo lee.

            El libro cierra dando ejemplos de distintos poetas actuales, muchos de ellos jóvenes, menos de treinta años. Este hecho es de suma importancia porque otorga cierta tentativa para señalar qué sucederá con la poesía de los próximos años lo cual no deja de ser inquietante.

 

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