Círculo de Poesía ha organizado desde el año 2014 el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México, en donde han participado más de un centenar de poetas de los cinco continentes. En cada edición se ha entregado el Premio Nuevo Siglo de Oro, el cual es un reconocimiento que hace la lengua española a poetas que hayan realizado una importante contribución a la poesía del mundo. Los poetas que han merecido este premio son Sujata Bhatt (2014), Paul Muldoon (2015), Duo Duo (2016), Abdellatif Laâbi (2017) y Ko Un (2018).
Premio Nuevo Siglo de Oro
La presencia europea en América durante los siglos XVI y XVII le permitió a la lengua española soñar con utopías como la de El Dorado. Es el tiempo de Garcilaso de la Vega, Bernal Díaz del Castillo, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Francisco de Aldana, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Pedro Calderón de la Barca, el Inca Garcilaso de la Vega o sor Juana Inés de la Cruz. Es un tiempo que con justicia fue llamado Siglo de Oro.
Cuatrocientos años después se ha conformado un Nuevo Siglo de Oro, cuyos extremos simbólicos son 1914 –el año de nacimiento de Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Nicanor Parra, Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas– y 2014, el año de la muerte de Juan Gelman, José Emilio Pacheco y Gabriel García Márquez. Simbólicamente se ha cerrado una época, la del gran esplendor de todas las variedades del español hablado en las repúblicas hispanoamericanas. El Dorado se encuentra en las páginas universales de los autores hispanoamericanos.
Para rendir homenaje al siglo áureo de Machado, Gorostiza, Mistral, Neruda, Huidobro, García Lorca, Hernández, Alberti, Aleixandre, Borges, Vallejo, Paz, Cortázar, Onetti, Garro, Carpentier, Vargas Llosa, Fuentes, Arreola, Lezama, Cardenal, Bolaño y de otros tantos, el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México ofrece un reconocimiento, desde la lengua española, a un poeta significativo del mundo. Es el Premio de Poesía Nuevo Siglo de Oro con que nuestro idioma y nuestra poesía tiende puentes de conocimiento y encuentro con otros idiomas y otras literaturas.
Sujata Bhatt
2014
El escritor
La mejor historia es, por supuesto,
la que no puedes escribir,
la que no quieres escribir.
Es algo que solamente puede vivir
en tu corazón,
no en papel.
El papel es plano, seco.
¿Dónde está el suelo fértil
para las raíces, y cómo puedo levantar
árboles enteros, bosques completos
de la tierra del espíritu
y trasplantarlos al papel
sin perturbar a los pájaros?
¿Y qué decir sobre la montaña
en la que este bosque crece?
Las cascadas
haciendo ríos,
los ríos con multitud de árboles
empujándose entre ellos
para mirar un pez.
Debajo del pez hay nubes, aquí
el cielo tuerce el río truena.
¿Cómo podrían las cosas moverse en el papel?
Ahora mira el modo
en que los tigres caminan
rasgando el papel.
Traducción: Roberto Amézquita
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Paul Muldoon
2015
Mi padre alerta
Mi padre y yo estamos atrapando aquellos charalitos
En el río Oona.
Nos hace sentir justos,
La forma en que los devolvemos.
Nuestra benevolencia es admirable.
Cuando mi padre se levantó en los bancos de arena
Se me ocurrió que aquellos peces
Bien podrían haber sido pirañas,
El río una alfombra roja
Extendiéndose desde donde él justo había estado,
O pienso ahora si él está muerto o sólo duerme,
Pues si está muerto yo conservaría su tumba
Segura y en secreto,
Sacaría al río de su curso,
Lo recostaría en su cama, lo traería de vuelta.
Nadie podría preguntarse
Si tenía tesoros o si era un rey,
Hablando ahora de los peces reales más abajo.
Traducción: Gustavo Osorio de Ita
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Duo Duo
2016
El niño que atrapó una avispa
Sin viento, sólo pájaros. Pájaros.
“Los pájaros están aquí, pero no ha llegado la mañana”.
Un pájaro atrapa la voz de un árbol y sigue su camino.
Un niño entra a la imagen, por la derecha.
“Pequeña madre, aquí están todos tus trigales, caminando
hacia mí”. Tres soles persiguen a un pájaro.
“Pequeña madre, aquí está el ataúd, viene del sur”.
El árbol mira hacia arriba, midiendo la cabeza del niño.
El niño llora y su llanto se queda dentro de un peral—
hay más árboles y gente fuera de la imagen.
Antes el niño andaba en cinco patas; ahora son polvo
sus piernas y sus pies.
El árbol más joven llora, incapaz de florecer.
Un durazno maduro se une al llanto: eres tú—es nosotros.
Traducción: Sergio Eduardo Cruz
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Abdellatif Laâbi
2017
Hay un caníbal que me lee
Hay un caníbal que me lee
Es un lector ferozmente inteligente
un lector soñado
No deja pasar ni una palabra
sin sopesar su peso en sangre
Llega a levantar las comas
para descubrir los bocados más selectos
Él sabe que la página vibra
con una respiración espléndida
Ah esa emoción que proporciona la presa
apetitosa y ya sometida
Él espera al cansancio
que va cubriendo el rostro
como una máscara sacrificial
Busca el fallo para abalanzarse
el adjetivo de más
la repetición que no perdona
Hay un caníbal que me lee
para alimentarse
Traducción: Laura Casielles
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Ko Un
2018
Memoria de las tumbas
¡Cómo me gustaban las tumbas en mi juventud!
680 tumbas en el cementerio público Hwangdeung de Chollabokdo
y también las tumbas del Cementerio Sarabong en la Isla Jeju.
En el camino a casa de noche
me recostaba y me dormía junto a ellas.
Se propagaba el dicho en la Isla Jeju,
que mis amigos me llamaban el Fantasma de Sarabong.
El día en que alguien moría y una nueva tumba se edificaba,
¡ah, qué gran día era para mí!
“¡Tú, también, has venido hasta acá finalmente!
¡Bienvenido!
¡No hay mejor lugar que éste!” Le decía.
Qué día tan magnífico era para mí.
Un día después de eso
estaba totalmente borracho,
pasé por esa tumba,
me desmayé y me quedé dormido,
fui mordido por un ciempiés en el amanecer.
Por una semana completa uno de mis cachetes
se me hinchó del tamaño de una calabaza
aquello fue un gran escozor.
Una vez antes de que me volviera un monje novicio
en mi camino al Templo de Miraesa en TongYoung
me pasé un mediodía en un cementerio
olvidándome completamente del encargo que me habían hecho.
Más tarde el monje principal me reprendió rigurosamente.
Hace décadas que pienso en esto
y ahora finalmente lo he entendido:
los animales no hacen tumbas.
Los animales son mejores que los humanos.
Ellos son mejores que Dios.
Siempre y cuando no dejen tumbas
son varias veces mejores que yo.
¿Entonces fue esto todo lo que al final aprendí
de amar demasiado a las tumbas,
hacer un gran alboroto,
llorando y sonándome la nariz?
Traducción: Mario Bojórquez