Asedio al puerto y otros poemas de Benito Gámez González

Presentamos tres textos de Asedio al Puerto y otros poemas (2017), de Benito Gámez González (Tampico, 1945). Poeta y profesor de literatura. Ha publicado: Cicatrices luminosas: Un Mediterráneo de la mente (2004), Señales en el camino (2012), entre otros. Estudioso de las relaciones entre educación y literatura, creó el Diplomado en lecto-escritura vivencial de la Universidad de Baja California. Este libro reúne su poesía de 1994 a 2017.

 

 

 

 

 

EN CASA

[Tao Ch´en]

 

Entre los hombres ya

ningún sonido

altera mi alma.

 

Rodeado de crisantemos

contemplo

el vuelo que el ave ofrenda a la Montaña.

 

Rosácea sobre mí

la tarde

me sumerge en un lago sin historia.

 

En el cristal del aire

la mirada

cede a la nieve sus postreras brasas.

 

Desnudez perfecta

de las formas

en una mente completamente blanca.

 

 

 

 

DIÓGENES EN LA TLAPALERÍA

 

 i.m. don Porfirio Herrera, mi Padrino

y a toda la familia Herrera.

 

 

 

“Libre pensador, Ahijado”, eso fue lo que me dijo

y su porte pétreo lo rubricaba

con el gesto fijo y la mirada penetrante

con la ironía ganada en la batalla de todos los caminos.

Me habló de párrocos con lepra en la boca

besados por la loba de una pasión infame.

Me dio a leer ciertas páginas de Cursio Malaparte

y me enseñó a reírme del ego desmedido de Vargas Vila.

Por él aprendí que las puertas del cine daban a la magia

de Fernandel y de Rififí entre los hombres…

¡Oh, Diógenes con lámpara de sueños!

por él el Puerto tuvo un alma y una historia.

Desconfió siempre de la ambigua condición del hombre

y supo medir bien la fauna tampiqueña.

Murió mirando atento qué forma nueva de conocimiento

era su muerte… esa verdad extrema.

 

 

 

 

 

MAR SIN HORAS

 

 

Pasan los días, pierdo el tiempo,

navego entre las formas de este mar sin olas.

Un tiempo amotinado a toda hora

traspasa el corazón y me acuchilla.

 

Por mí, ya nada importa mucho

salvo el sueño

de ser flotando en este abismo

llamado pan, salón, salida.

¿Qué te parece este cantar antiguo?

Frente a estos menesteres digo

¡carajo!, un poco de sal, de sol, de semen

en la palabra inútil del poema

no puede estar del todo mal.

No todo ha de ser

tiempo perdido.

 

 

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