Mark Strand (1934-2014) es una voz fundamental en la poesía norteamericana. Poeta, editor, traductor y ensayista. Su obra representa un parteaguas para la tradición poética del siglo XX y es una poderosa influencia en la poesía contemporánea. Entre sus numerosos trabajos destacan Sleeping with One Eye Open (1964), Reasons for Moving (1968), The Continuous Life (1990), Blizzard of One (1999) y Man and Camel (2006). Sus poemas, dotados de un lirismo inconfundible, se caracterizan por su estilo directo; apelan a lo concreto, lo cotidiano y anecdótico, pero también son escenario para la reflexión sobre el oficio poético y el lenguaje: la inacabable lucha por decir lo indecible. Fue declarado Poeta Laureado en 1990 y ganador del Pulitzer en 1999. La muestra que aquí se ofrece, seleccionada y traducida por Raúl Durán, forma parte de The Continuous Life (1990), el décimo de los dieciocho libros de poesía de los que es autor.
A.M.
para Lee Rust Brown
…Y aquí el oscuro infinitivo a sentir,
Que durara y mantendría quieta la Tierra
Y la noche constelada derramando las montañas
En los campos sibilantes y los pueblos mudos hasta que el último
Insomne se acostara, debe acabar, y aquellos que madrugan vieran
Las nubes escarlata romperse y las plumas doradas del humo
De las casas uniformemente oscuras volverse blancas, y así
Hasta la más leve brizna de hierba y hojas caídas
Tocadas por la luz llegada. Otro día llegó,
Otra fabulosa fuga de los daños de la noche,
E incluso las gaviotas, en el círculo ajado de su vuelo,
Sobre los largos pasillos del mar que oscilan y caen, gritan
Su aprobación. Qué bien escrutan los rayos del sol
El cadáver podrido de una raya, qué bien
Muestran en acción a los gusanos y el enjambre de moscas,
Qué bien brillan sobre la extensión fatal
De cuanto hay sobre la Tierra. Qué bien nos aman a todos.
A.M.
for Lee Rust Brown
…And here the dark infinitive to feel,
Which would endure and have the earth be still
And the star-strewn night pour down the mountains
Into the hissing fields and silent towns until the last
Insomniac turned in, must end, and early risers see
The scarlet clouds break up and golden plumes of smoke
From uniform dark homes turn white, and so on down
To the smallest blade of grass and fallen leaf
Touched by the arriving light. Another day has come,
Another fabulous escape from the damages of night,
So even the gull, in the ragged circle of their flight,
Above the sea’s long aisles that lash and fall, scream
Their approval. How well the sun’s rays probe
The rotting carcass of a skate, how well
The show the worms and swarming flies at work,
How well they shine upon the fatal sprawl
Of everything on earth. How well they love us all.
Orfeo solo
Era todo de lo que una aventura podía estar hecha: un paseo
En la ribera del más oscuro y conocido río,
Entre la encapuchada, precipitante multitud, junto a rocas humeantes
E hileras de cabañas en ruinas hundidas en el cieno;
Luego a la gran plaza con su patio de mármol
Cuyo vacío le dio el horror, y allí sentarse
En el silencio ahogado del lugar y hablar
De lo que había perdido, lo que aún tenía de su pérdida,
Y entonces, ya sin pausas, describir sus ojos,
Su frente en que la tarde derramaba su áurea luz,
La curva de su cuello, la inclinación de sus hombros, todo,
Bajando hasta sus muslos y pantorrillas, dejando acudir las palabras,
Como si alzado del sueño fuera arrastrado a la deriva
Contra el deseo del agua, donde toda condenada
E inútil labor, atónita por la cadencia de su voz
Se detendría, e incluso las locas, despeinadas
Furias, por vez primera llorarían, y el aire
Lleno de hollín se aclararía lo justo para que ella, la novia perdida,
Atravesara su propia imagen y fuera vista en la luz.
Como todos saben, este fue el primer gran poema,
Que fue seguido por días de sentarse en cualquier lado,
En casas de amigos, con la cabeza recargada, los ojos
Entornados, intentando hacerla volver, y hallándose
Solo una y otra vez, atrapado
En el frío de su pérdida, y finalmente,
Sin palabras, salir a deambular en cerros
Fuera del pueblo, donde permanecía hasta sacudirse
La imagen del amor y acomodar en su lugar al mundo
Como deseaba que fuera, urgiendo su mesura y forma
En palabras de tal novedad que el mundo vacilaba,
Y los árboles de pronto aparecían en el lugar baldío
Donde hablaba y alzaban sus ramas y barrían
La tierna hierba con las capas de sus sombras,
Y las piedras, por una vez ingrávidas, llegaban a posarse ahí,
Y animales pequeños se echaban en milagrosos campos de cereal
Y sendas de maíz, y dormían. La voz de la luz
Había brotado desde el cuerpo del fuego, y cada cosa
Se alzó de sus adentros y brilló como nunca.
Y ese fue el segundo gran poema,
Que ya nadie recuerda. El tercero y más grande
Vino al mundo como el mundo, fuera de lo indecible,
Fuente invisible de toda ansia de ser; vino
Como vienen las cosas que mueren, para ser vistas u oídas
Un rato, como el manto de la escarcha o la manera
Del viento, y ya no más; vino en medio del sueño
Como una puerta al infinito y, rodeado de lumbre,
Vino otra vez al despertar, y a veces,
Remoto y pequeño, venía como una visión con árboles
Junto a un sinuoso cauce, rozando la ribera
Con su sombra púrpura, con los miembros de alguien
Dispersos en la maleza, entre hojas marchitas,
Con su cabeza cortada mecida en la marea,
Volviendo a las cambiantes columnas de luz un remolino
De motas y espinas; vino en un lenguaje
Intocado de lástima, en versos fastuosos y oscuros
Donde la muerte renace y es enviada al mundo como obsequio,
Y así el futuro, sin su propia voz ni esperanza
De ser acaso más de lo que fuera, se lamente.
Orpheus Alone
It was an adventure much could be made of: a walk
On the shores of the darkest known river,
Among the hooded, shoving crowds, by steaming rocks
And rows of ruined huts half buried in the muck;
Then to the great court with its marble yard
Whose emptiness gave him the creeps, and to sit there
In the sunken silence of the place and speak
Of what he had lost, what he still possessed of his loss,
And, then, pulling out all the stops, describing her eyes,
Her forehead where the golden light of evening spread,
The curve of her neck, the slope of her shoulders, everything
Down to her thighs and calves, letting the words come,
As if lifted from sleep, to drift upstream,
Against the water’s will, where all the condemned
And pointless labor, stunned by his voice’s cadence,
Would come to a halt, and even the crazed, disheveled
Furies, for the first time, would weep, and the soot-filled
Air would clear just enough for her, the lost bride,
To step through the image of herself and be seen in the light.
As everyone knows, this was the first great poem,
Which was followed by days of sitting around
In the houses of friends, with his head back, his eyes
Closed, trying to will her return, but finding
Only himself, again and again, trapped
In the chill of his loss, and, finally,
Without a word, taking off to wander the hills
Outside of town, where he stayed until he had shaken
The image of love and put in its place the world
As he wished it would be, urging its shape and measure
Into speech of such newness that the world was swayed,
And trees suddenly appeared in the bare place
Where he spoke and lifted their limbs and swept
The tender grass with the gowns of their shade,
And stones, weightless for once, came and set themselves there,
And small animals lay in the miraculous fields of grain
And aisles of corn, and slept. The voice of light
Had come forth from the body of fire, and each thing
Rose from its depths and shone as it never had.
And that was the second great poem,
Which no one recalls anymore. The third and greatest
Came into the world as the world, out of the unsayable,
Invisible source of all longing to be; it came
As things come that will perish, to be seen or heard
Awhile, like the coating of frost or the movement
Of wind, and then no more; it came in the middle of sleep
Like a door to the infinite, and, circled by flame,
Came again at the moment of waking, and, sometimes,
Remote and small, it came as a vision with trees
By a weaving stream, brushing the bank
With their violet shade, with somebody’s limbs
Scattered among the matted, mildewed leaves nearby,
With his severed head rolling under the waves,
Breaking the shifting columns of light into a swirl
Of slivers and flecks; it came in a language
Untouched by pity, in lines, lavish and dark,
Where death is reborn and sent into the world as a gift,
So the future, with no voice of its own, nor hope
Of ever becoming more than it will be, might mourn.
A sí mismo
Así que vienes ahora a mí sin saber por qué.
Ni por qué te sientas en la felpa rubí de una fea silla, el ángulo
Furtivo de luz volviendo tu cabello gris plateado;
Ni por qué escogiste este momento para oponer lo escrito por los años
Frente a escribir de nada; tú que entornabas los ojos,
Escrutando el aire pulcro del espejo del pasillo, y decías
Fueron míos, todos míos; que me rogabas escribir, pero siempre
Por supuesto, a ti, sin decir siquiera para qué;
Que solías susurrar a mi oído sólo las cosas
Que querías escuchar; quien viene ahora a mí y dice
Que es tarde, que los árboles se mecen bajo el viento,
Que la noche caerá; como si hubiera algo
Que quisieras saber pero olvidaste preguntar por años,
Algo que hacer con la luz oblicua del sol sobre la mesa
y la silla, un brazo alzándose, un rostro que voltea, y lejos
En la distancia, un carro que se pierde tras el cerro.
To Himself
So you’ve come to me now without knowing why.
Nor why you sit in the ruby plush of an ugly chair, the sly
Revealing angle of light turning your hair a silver gray;
Nor why you have chosen this moment to set the writing of years
Against the writing of nothing; you who narrowed your eyes,
Peering into the polished air of the hallway mirror, and said
You were mine, all mine; who begged me to write, but always
Of course to you, without ever saying what it was for;
Who used to whisper in my ear only the things
You wanted to hear; who comes to me now and says
That it’s late, that the trees are bending under the wind,
That night will fall; as if there were something
You wanted to know, but for years had forgotten to ask,
Something to do with sunlight slanting over a table
And chair, an arm rising, a face turning, and far
In the distance a car disappearing over the hill.
Luminismo
Y aunque fue breve y poco y nada
Para aferrarse tanto tiempo, lo recuerdo
Como si viniera desde adentro, uno de esos cuadros
Que trae para sí la mente, noche tras noche, sólo
Para despedirlo, de repente y sin aviso. La luz del sol
Inundaba el suelo del valle y ardía en las ventanas
Del poniente del pueblo. Las calles resplandecían como ríos,
Y a los árboles, arbustos y nubes los abarcaba su derrame
Y nada se escapaba, ni el sofá en que nos sentamos,
ni las alfombras ni los amigos, que miraban absortos el espacio.
Todo se ahogó en el áureo fuego. Entonces Philip
Dejó sus lentes y dijo: “Esta mano es sólo una
En una serie infinita de manos. Imaginen”.
Y eso fue todo. La tarde se opacó y oscureció
Hasta que el borde occidental del cielo tomó
El aspecto púrpura de un golpe, y todos se pararon
Y dijeron qué bello atardecer fue éste. Esto fue hace tiempo,
Y fue memorable. Pero entonces algo más pasó—
Un llanto, casi inaudible, se alzó y alzó
Como si atravesara el tiempo, para tocarnos como nada más podría,
Y tan ligeramente que hubiéramos vivido nuestras vidas sin saberlo.
No tenía de qué quiso decir hasta hoy.
Luminism
And though it was brief, and slight, and nothing
To have been held onto so long, I remember it,
As if it had come from within, one of the scenes
The mind sets for itself, night after night, only
To part from, quickly and without warning. Sunlight
Flooded the valley floor and blazed on the town’s
Westward facing windows. The streets shimmered like rivers,
And trees, bushes, and clouds were caught in the spill,
And nothing was spared, not the couch we sat on,
Nor the rugs, nor our friends, staring off into space.
Everything drowned in the golden fire. Then Philip
Put down his glass and said: “This hand is just one
In an infinite series of hands. Imagine.”
And that was it. The evening dimmed and darkened
Until the western rim of the sky took on
The purple look of a bruise, and everyone stood
And said what a great sunset it had been. This was a while ago,
And it was remarkable, but something else happened then—
A cry, almost beyond our hearing, rose and rose,
As if across time, to touch us as nothing else would,
And so lightly we might live out our lives and not know.
I had no idea what it meant until now.
Se la vita è sventura…
A Charles Wright
¿Dónde estaba escrito que hoy
Iría a la ventana y, porque era verano,
Imaginara el aire cálido colmando los altos espacios flotantes de los árboles
Con olor a hierba y alquitrán, que dos abejas enloquecidas
Se seguirían mutuamente en la penumbra, que un muro
De nubladas tormentas se elevaría en el este,
Que hoy entre tantos días un hombre caminando afuera contendría su aliento
E inclinaría su cabeza hacia atrás, dejando a la dorada luz
Acariciar su rostro invertido, y que un extraño
Apareciendo de la nada, de repente empuñando un cuchillo,
Le abriera el abdomen hasta el esternón, haciendo de este momento
Frente a mi casa el último? ¿Dónde estaba escrito
Que el mundo, porque después de todo era piadoso, se apartaría
Para hacer sitio a la brumosa sombra del asesino
Dejando la escena, mientras la víctima, ya de rodillas,
Sentía todo su calor pasar en una breve, traslúcida nube disipada al formarse?
¿O que una mirada ciega reemplazaría el gesto de asombro
Que a pesar de lo que supuse era su ansia de vivir, de penetrar
Una vez más la inabarcable esfera de la luz, él seguiría
Cayendo, y los vecinos, ya congregados,
Escrutarían su oscuro cuerpo y lo verían
Hundiéndose en su propia herida, como una mosca o polvo, volviéndose
Una infinitesimal parte de la noche, donde el borde del
Sueño y las ruinas de las estrellas, con el mismo fin,
Obedeciendo mismas reglas, son iguales en su caída?
¿Dónde estaba escrito que una noche así se extendería
Oscuramente inscrita por doquier, o más aún, dónde
Estaba escrito que yo nacería en mí una y otra vez
Como incluso ahora, como todo en este momento,
Para sentir la caída de la carne en el tiempo, y sentirla volver
Callada, lenta, adecuándose a esta línea?
Se la vita è sventura…
for Charles Wright
Where was it written that today
I would go to the window and, because it was summer,
Imagine warm air filling the high floating rooms of trees
With the odors of grass and tar, that two crazed bees
Would chase each other around in the shade, that a wall
Of storm clouds would rise in the east,
That today of all days a man out walking would catch his breath
And lean his head back, letting the gilded light
Slide over his upturned face, and that a stranger
Appearing from nowhere, suddenly baring a knife,
Would rip him open from belly to sternum, making his moment
In front of my house his last? Where was it written
That the world, because it was merciful after all, would part
To make room for the blurred shape of the murderer
Fleeing the scene, while the victim, who had already
Slipped to his knees, would feel the heat of his whole being pass
Into a brief, translucent cloud unravelling as it was formed?
Or that a sightless gaze would replace his look of amazement,
That, despite what I guessed was his will to survive, to enter
Once more the unreachable sphere of light, he would continue
To fall, and the neighbors, who had gathered by now,
Would peer into his body’s dark and watch him sinking
Into his wound like a fly or a mote, becoming
An infinitesimal part of the night, where the drift
Of dreams and theruins of stars, having the same fate,
Obeying the same rules, in their descent, are alike?
Where was it written that I would be born into myself again and again,
As I am even now, as everything is at this moment,
And feel the fall of flesh into time, and feel it turn,
Soundlessly, slowly, as if righting itself, into line?
La historia de la poesía
Nuestros maestros se han ido, y si volvieran
¿Quién de nosotros los escucharía? ¿Quién conocería
El sonido corporal del cielo o el celestial sonido
Del cuerpo, inacabable y etéreo, que moduló
Nuestros días antes que las estrellas girantes
Se desvistieran de poder? La respuesta es
Ninguno de nosotros aquí. ¿Y qué quiere decir que veamos
Las montañas de luna envidriada y el pueblo con sus puertas mudas
Y torres de agua, y sintamos elevar nuestras voces
Sólo un poco, o a veces en un tardío otoño
Cuando el crepúsculo florece un momento sobre la cordillera del poniente
E imaginamos ángeles atravesando los escalones fríos del aire
Para desearnos lo mejor si la voluntad perdimos,
Y no hacemos sino dormitar, escuchando apenas los suspiros
De aquella o esta brisa vagar sobre las granjas en ruinas
Y los jardines baldíos? Estos días en que despertamos
Todo brilla con la misma luz azul
Que colmó nuestros sueños momentos antes,
Así que no hacemos sino contar los árboles, las nubes,
Los pájaros que quedan, y entonces decidimos que no deberíamos
Ser tan duros con nosotros, que el pasado no fue mejor
Que ahora, ¿pues no existió siempre el enemigo?
¿Y no estuvo la iglesia del mundo siempre en ruinas?
The History of Poetry
Our masters are gone and if they returned
Who among us would hear them, who would know
The bodily sound of heaven or the heavenly sound
Of the body, endless and vanishing, that tuned
Our days before the wheeling stars
Were stripped of power? The answer is
None of us here. And what does it mean if we see
The moon-glazed mountains and the town with its silent doors
And water towers, and feel like raising our voices
Just a little, or sometimes during late autumn
When the evening flowers a moment over the western range
And we imagine angels rushing down the air’s cold steps
To wish us well, if we have lost our will,
And do nothing but doze, half hearing the sighs
Of this or that breeze drift aimlessly over the failed farms
And wasted gardens? These days when we waken,
Everything shines with the same blue light
That filled our sleep moments before,
So we do nothing but count the trees, the clouds,
The few birds left; then we decide that we shouldn’t
Be hard on ourselves, that the past was no better
Than now, for hasn’t the enemy always existed,
And wasn’t the church of the world always in ruins?
Eso mismo ahora
Dirán que es un sentimiento o modo, o el mundo, o el sonido
Que hace el mundo una noche de verano mientras todos duermen-
Árboles bañados en viento, algo como eso, algo
Así de impreciso. Pero no se engañen. El mundo
Es sólo un espejo que devuelve su imagen. Dirán
Que se trata de detalles, haciendo una cuestión para esto o aquello,
Pero intenta ser sólo eso mismo. Los bajos cerros, el deshielo,
Los largos vestidos, incluso la lira y el salterio no significan nada.
Su música es sobre todo ella misma. Tan lejos
De lo que podría ser se vuelve siempre anhelo,
Desplegándose por el puro deseo, deseo de su propio fin,
Una palabra tras otra borrando el mundo y dejando en su lugar
Las invisibles líneas de su aviso: Afuera, afuera.
Itself Now
They will say it is feeling or mood, or the world, or the sound
The world makes on summer nights while everyone sleeps-
Trees awash with wind, something like that, something
As imprecise. But don’t be fooled. The world
Is only a mirror returning its image. They will say
It is about particulars, making a case for this or that,
But it tries only to be itself. The low hills, the freshets,
The long dresses, even the lyre and dulcimer mean nothing,
The music it makes is mainly its own. So far
From what it might be, it always turns into longing,
Spinning itself out for desire’s sake, desire for its own end,
One word after another erasing the world and leaving instead
The invisible lines of its calling: Out there, out there.