Marco Antonio Campos, Premio Anton Pan 2019 del Festival Internacional de Poesia de Bucarest

El poeta mexicano Marco Antonio Campos (1949) ha sido designado ganador del Premio Anton Pan 2019 del Festival Internacional de Poesía de Bucarest. Campos es poeta, narrador, ensayista y traductor. Es una de las figuras de primera línea de la poesía mexicana e hispanoamericana. Círculo de Poesía y Visor Libros México publicaron en el país, como número 1 de su colección, el volumen Dime dónde, en qué país de Marco Antonio Campos. Presentamos a continuación un texto de Alí Calderón sobre la poesía de Campos. 

 

 

 

 

Sobre la poesía de Marco Antonio Campos

 

 

            I

Es la noche de Salzburgo y las estrellas titilan. Marco Antonio Campos traduce a Trakl, quizá De profundis: “Cuán triste este anochecer”. De pronto piensa: “para mí todo lo toca la poesía, aunque no sea muy consciente de ello. Sin caer en el absurdo nadie dice: “voy a vivir como un poeta”, o militarmente: “de tal hora a tal hora me disciplinaré a escribir poesía”. Pero la busca de la belleza en todos los sentidos y con todos los sentidos da el verdadero sentido a mi vida”.

Y es verdad, el quehacer de Marco Antonio Campos (Ciudad de México, 1949)  está orientado por una especie de ética: participar de esa altura emotiva que entendemos por poesía y que bien puede identificarse con lo bello o, mejor, con lo que Longino llamaba “lo sublime”. Su obra está signada por la reflexión, muchas veces dolorosa, y por la búsqueda de la belleza. Quizá por ello, como homenaje o reescritura gozosa, se vinculó con la obra de poetas que la logran y por ello nos ha entregado versiones de Baudelaire, Rimbaud, Artaud, Saba, Ungaretti, Quasimodo, Cardarelli, etc.

            Incansable viajero (ha colaborado en las universidades de Salzburgo, Viena, Buenos Aires, La Plata, en la Brigham Young University y en la Universidad Hebrea de Jerusalén), ha construido puentes de conocimiento entre la poesía mexicana (e hispanoamericana) y otras tradiciones poéticas de Occidente. No sólo es miembro, por ejemplo, de la Academia Mallarmé (ocupa el sitio que en otro tiempo perteneció a Octavio Paz) sino que ha sido corazón y eje del encuentro Poetas del Mundo Latino, uno de los más significativos del continente por el cual han pasado los mejores autores de México, España, Latinoamérica, Italia y el mundo francófono.

            La trayectoria de Marco Antonio Campos incluye el cultivo de diferentes géneros: poesía, novela, cuento, ensayo, crónica, aforismo y entrevista. Ha recibido distinciones como los premios Xavier Villaurrutia (1992), Nezahualcóyotl (2005), Casa de América de Poesía Americana (2005), Premio del Tren Antonio Machado (2008), Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2009), Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde (2010) y la Medalla Presidencial Centenario de Pablo Neruda (2004) otorgada por el gobierno de Chile.

            Sumado a lo anterior, un rasgo distintivo de Marco Antonio Campos en la literatura, determinante también en su modo de ser, es la generosidad. Desde cada sitio en el que estuvo se ha dedicado a la difusión y promoción de la obra de numerosos poetas, entre ellos muchos escritores jóvenes. Este es una suerte de hábito ya incluso desde los años de Punto de Partida y Periódico de Poesía, desde Difusión Cultural o la Coordinación de Humanidades de la UNAM.

            Campos es también una especie de vínculo o albacea literario de los grandes maestros de la poesía de México: Rubén Bonifaz Nuño, Eduardo Lizalde o Hugo Gutiérrez vega, por ejemplo.

            Después de lo explicado arriba no resta sino decir que Marco Antonio Campos es, actualmente, un faro de la poesía mexicana, uno de los autores que garantizan su continuidad.

            II

Marco Antonio Campos pertenece a una generación de muy destacados poetas hispanoamericanos entre los que se encuentran, entre otros, Francisco de Asís Fernández (Nicaragua), Dario Jaramillo (Colombia), Juan Gustavo Cobo Borda (Colombia), Diana Bellessi (Argentina), Santiago Sylvester (Argentina), Néstor Perlonguer (Argentina), Omar Lara (Chile), José Kozer (Cuba), Alfredo Fressia (Uruguay), Francisco Hernández (México) o José Vicente Anaya (México). Comenzó a publicar en la primera mitad de los años setenta y desde entonces se caracterizó por escribir una poesía de meditación y examen personal, poemas que ora apelan a la intención epigramática (textos sentenciosos, venenosos casi) ora a la intensidad lírica.

            En una época donde poco a poco se erosionaba la estética del coloquialismo (los años setenta y ochenta del siglo XX), dejaba de sorprender la poesía conversacional y una gran cantidad de autores latinoamericanos abrazaron la poesía experimental y del lenguaje, Marco Antonio Campos pugnó por mantenerse fiel a la poesía, quiero decir, a la escritura desde el yo y a la búsqueda de la emoción para construir ese algo que identificamos con “lo poético”.

            Un autor trascendente en una tradición no es forzosamente aquel que la niega sino quien es capaz de aportarle una nota de novedad, quien desarrolla un lenguaje literario novedoso o necesario para su momento. Y esto precisamente es lo que ha hecho Marco Antonio Campos en su obra lírica.

            En algún sitio escribí que no se puede comprender la poesía mexicana e hispanoamericana contemporánea sin revisar el trabajo de Marco Antonio Campos. Tengo la impresión de que hoy ese juicio es más cierto que nunca. Campos no sólo es el poeta mexicano más leído en España y Latinoamérica, por ejemplo, sino uno de los mayores difusores de nuestra poesía. Pero ¿qué le aporta a la tradición? Le aporta, fundamentalmente, un contristado tono meditativo que no se halla en su generación. A veces opta, siguiendo este camino, por una poesía semejante a la que en España se llamó “de la experiencia” y en otros momentos echa mano, con mucha fortuna, de algo que podría llamarse la postal poética, a la manera de Georg Trakl. A medio camino entre la crónica de viajes y el poema de contemplación, estos textos coquetean también con la reflexión histórica, el lirismo e incluso la crítica literaria. Si “mostrar” es una de las finalidades de la poesía, esta forma poética muestra no sólo el paisaje sino la intimidad del paisaje, ese algo que subyace en la imagen, establece una especie de correspondencia anímica entre el yo y su entorno.

            Marco Antonio Campos es una de las figuras centrales de la poesía de nuestro tiempo. Su labor en la literatura como poeta, crítico y difusor ya se distingue en su real dimensión. Gracias, siempre, a Marco Antonio Campos por sus poemas. 

 

 

 

 

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