“Un soneto me manda hacer Violante”, empieza uno de los más famosos de Lope de Vega, el “Fénix de los Ingenios”, quien compusiera sin empacho más de tres mil sonetos. Yo lo hice animado por los poetas de Círculo de Poesía, mi amigo Mario Bojórquez y mi compadre Édgar Amador, y por un sentimiento de injusticia tan manifiesta como es despreciar a los inmigrantes por el único motivo de serlos, sin darles un trato digno y solidario. Por eso escribí catorce versos dentro de su sección “Poesía Contra el Muro”.
Lo escribí en forma de soneto, espíritu cervantino y rock. En soneto porque es la forma lírica más mestiza y universal por ser la más leída, escrita, enseñada, practicada y declamada, sin hacer distinciones de lengua. Dentro de su unidad formal, de métrica y rima, refleja el vasto crisol de la literatura y el mundo: cada poeta, con su elegancia e ingenio, tuvo que adaptarlo a la expresividad y musicalidad de su lengua, por lo que en cada una de ellas adquiere su propia seña de identidad. El soneto no es de nadie y es de todos, sin distinguir culturas, poetas y tiempos, que lo importaron quebrando muros y libre de aranceles e impuestos.
Con espíritu cervantino porque el genio manco, pese a su cautiverio en Argel (o más bien por ello), nunca fue un resentido. Todo lo contrario: durante esos cinco años, Cervantes tomó el pulso a una ciudad que era encrucijada de lenguas, religiones y etnias, un aprendizaje humano y literario sobre la diversidad que lo despojó de los prejuicios religiosos de raza, religión y pureza de sangre, y que le llevó a denunciar las penurias del morisco Ricote, perseguido por el bando inquisitorial de Su Majestad, en el capítulo LIV del Quijote.
Después llegaron los acordes y ritmo de rock tipo Rosendo, porque en la queja contra la mentira el canto cantado retumba con más ecos de protesta, y este “Soneto contra el muro” no es más que un canto de protesta contra fantasías supremacistas que así suena:
SONETO CONTRA EL MURO
Sólo el muro es bello cuando es ruina
Y odioso cuando nuevo es el Imperio
Que escupe asco, fobias, improperio
Y hace de la ofensa su doctrina
De patria chica, alma pueblerina
Que pone al emigrante en cautiverio
Mas es la patria grande mi criterio
Y así te hablo con lengua cervantina
Quien porfía que Dios, raza y pureza
Distingue al vencedor del que es vencido
No entiende el mundo, falto es de agudeza
Su argamasa es barroca, es un aullido
De lenguas, mezclas, rareza antipureza
Que es grandeza, no gen envilecido