Presentamos, en el aniversario 170 de la muerte de Edgar Allan Poe, dos poemas para rendirle tributo al autor norteamericano. El primero es del poeta francés Francis Jammes, en traducción de Enrique González Martínez y el segundo poema es del poeta Mario Bojórquez.
Sobre Edgar Poe
Francis Jammes
En una quinta pintoresca, junto a los embarcaderos de una gran ciudad, es preciso situar el alma de Edgar Poe. Se oyen a lo lejos las sirenas de los barcos sobre el río. Frente a la quinta, la yerba del llano ha crecido en libertad; pero como en la época en que el llano era un recinto cultivado se habían plantado en él anémonas venenosas, éstas han vuelto a brotar; y como el heno ocultó los tallos, parece que las flores fueron colocadas allí por manos de niños. He aquí la bomba cuya agua servía para refrescar las botellas en las bellas tardes de estío. He aquí el rótulo “Se alquila” que el viento ha desprendido y arrojado junto al cesto entre zapatos viejos. La campanilla está descompuesta. La echó a perder el segundo magistrado el mismo día en que fue estrangulada la vieja por la hija del agente de seguros.
Poe es un día de abril, una pradera cubierta de anémonas y de jacintos. Su veneno es primaveral. Allí todo posee una virginidad extraña; ni la flor ha sido nunca fecundada.
El pensamiento de los jardines de Francis Jammes
Traducción de Enrique González Martínez
Chestnut Av. EAP
Mario Bojórquez
Te vieron arrastrar los pies
y llorar como un niño contra los ladrillos rojos
La solapa de tu abrigo alimentó a las ratas
del muelle Delaware
En la otra banda, en Camden
el viejo llorará su barba blanca
mientras les ladra en mexicano
Muerto en la vida
hilaste cuarenta años de infierno
Gato de las bodegas
Maelstrom tu copa
Escarabajo de Oro tu amalgama
En esta calle se arrastraron tus pies
Pretzels de Mario Bojórquez