“La noche amarilla. 33 + 1 voces de la poesía uruguaya actual” es un dossier que ha preparado Marisa Martínez Pérsico para los lectores de Círculo de Poesía. Su objetivo es visibilizar y difundir un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas, es decir, mostrar una parte de lo que acontece en la poesía oriental a partir de cuatro criterios: diversidad discursiva y/o estética, integración equitativa de poetas mujeres y hombres, integración generacional (de por lo menos cuatro promociones etarias) e inclusión de poetas que escriben fuera del país (en Argentina, Brasil, México, España y Suecia). [Lee la introducción a esta muestra aquí] .
Leemos una selección de «El prestidigitador» y otros poemas de Magdalena Portillo (Montevideo, 1991). Publicó su primer libro, Umbrales, en 2017. En 2018 obtuvo el Primer Premio en el concurso de poesía joven Pablo Neruda. De inminente publicación su segundo libro, Los paños de mi frente.
SEGUNDO CÍRCULO
Brota silenciosa la espina
dosis de melodías encadenadas a la sal de mis ojos
espirales de niebla
precipitándose a la hora del remordimiento
sahumerios y medusas
la cuna de los dioses
en alguna parte del reino reclama el alimento
la oración hecha espuma
sueño de almizcle y cabellos negros
se desvanece en un gemido
colérica lengua de esfinge
tiembla sobre la cumbre
los bellos rostros sostienen testamentos
es el final de la noche, la herejía
los cuchillos que enterré en mi jardín
oxidándose al igual que la palabra padre
sudores nocturnos adelantan el sacrificio
detrás de los vitrales el mar es negro
y nadie entiende por qué
no hay una respuesta para eso
ahora sin máscara da paso a la sentencia
oráculo sumergido como torres antiguas
Minos sostiene la última palabra
hallarás tu voz en las estaciones
teñidas raíces por el vino dulce
turbulenta maniobra de las bestias
roer las horas hasta que intacta la piel quede
sin alaridos que llamen a sus manos
y sin temblores que revelen mi oficio
¿Me viste acaso?
El estruendo hizo cesar mis pasos/ un cielo que explota detrás de ti y tú ni te enteras/ bellos cristales a tu merced y tú ni te enteras/ el rostro hambriento de esa fuente engañosa de donde bebes por las noches/ basta.
El resplandor usurpando tu aliento/ el día devorándote como a una cría/ horas donde finges el sueño / y todos tus amuletos cuelgan inmensos/ desfilan tus secretos mientras duermes. Escasas salidas para este delirio/ arcángeles crean un círculo alrededor de tu cama.
Tu casa es como un monasterio/ derruidos muros donde te refugias/ te has encargado de modificar el tiempo manipulando hendiduras donde reposan lirios para tu descanso/ ahora nada sirve/ ahora ya es tarde.
Te mueves como si de un dios se tratase y aun así no conoces el canto donde convergen las ánimas.
Oh! veo tu enorme figura hiriendo toda voz sin escrúpulos
y ya es un hábito esto de alejarme de ti/ huyo entre evaporadas fechas/ claustro divino para mi espíritu
así el encuentro se transforma en un sueño de donde emerjo pura y ávida/ iniciada nuevamente en el terreno de los vivos con un manto embalsamado y esta expresión que llevo prodigiosa imagen para tu morada/ arrojada desde lo alto siglos de escalofríos/ enigmático regazo donde nadie se detiene
yo, mi testigo/ la tierra donde anclé mi piel moldeando infinitos ojos/ pese a haber navegado otros mundos/ me detuve.
¿Me viste acaso?
Prodigiosa imagen para tu morada/ enigmático regazo donde nadie se detiene
NACIMIENTO II
Exhalo en tu cuerpo todas mis vidas/ un mechón de pelo en un cajón obra inquieto en su quejido/aquí el nacimiento/aquí la gracia divina reposa en la madera/la obsidiana cuelga de tu cuello silenciosa como madre lejana/ busca el centro donde la lengua sabe macerar el tiempo/ camino en puntas de pies hacia ti/ para taparte los ojos y decirte feliz cumpleaños/ nos dejamos caer ignorando cualquier desenlace/nos remendamos como vestido viejo/llenamos la casa de velas/ un ramo de violetas que alguien olvidó cuelga ahora de tu cabecera/ hay algo de simbólico en ese gesto/pero no nos animamos a nombrarlo/es como si quisiéramos permanecer así/ meciéndonos en trance con esta bondad telúrica/ lamemos hasta el hartazgo la cicatriz para no olvidar la familiaridad que nos une
hace tiempo tuve una hermana que giraba entonando un canto viejo y llevaba una obsidiana
hace tiempo que habito este paisaje hueco con un ramo de violetas en las manos
EL PRESTIDIGITADOR
Hemos sido elevados/ ciertas criaturas nos inician/ la sangre corre y no es más que sangre/ mientras que un ojo crece en la palma de nuestras manos/ habita el espacio puro de nuestro círculo/ hemos sido elevados/ hemos creado juntos este lenguaje/ hemos llegado hasta aquí con él/ y todavía nos preguntamos cómo hacer para no desesperar/ para no salir más allá de esto/ aunque sabemos que es necesario/ no hay brote en esta tierra/ todo se eleva despacio/” todo lleva su tiempo” dice/ labramos delicadamente el terreno de nuestro círculo/ que no se deja ver pero se hace sentir en nuestras frentes/ como lapislázuli partiéndose en tus manos/ abre el ojo de la noche/ esta fuerza que nace desde el ombligo/ me han embrujado madre/ me han embrujado
AQUÍ ESTÁ TODO
Saliendo como de adentro de una fruta despierto/ la cristalización de la piedra/ siendo interrogada hasta el cuello/ se hace útil el verbo pienso/ en la elegancia de lo perverso/ en el éxtasis cuando lo escucho llegar y dice: “ aquí está todo”
una caravana de gitanos sobrevuelan tu casa/ danzas con ellos
me muevo con demencia y duermo en casas ajenas/ siendo este un acto inútil cuando pienso
aquí está todo/ llevo la mano llena de anillos/ tu herencia/ esta forma de moverme/ esta línea serpenteando cada extremo que se entrega dócilmente como si de un pacto se tratara/ pienso/ “debemos ser más cuidadosos”/ dice padre/ no conozco el límite/ el no decir aquí está todo/ esa vulgaridad/ el gran espectáculo y su forma/ el aspecto inocente de un cerezo/ intento besar tu frente
He aquí la quietud/ el rostro de la elegida/ sus siete instrumentos/ su antiguo cuerpo/ la atemporalidad de su voz diciendo: aquí está todo