Leemos al poeta peruano José Cerna (Chachapoyas, 1949). Según Ricardo González Vigil, “se reveló como uno de los poetas más notables de inicios de los 70”. Brevemente perteneció al movimiento Hora Zero. Su tema central es la marginalidad del provinciano en la gran urbe. En 1998 publicó el poema extenso Ruda. El poema que presentamos a continuación, “Natalia”, fue recogido por la antología Estos 13 de José Miguel Oviedo.
Natalia
o mis labios recibieron luz o se enturbiaron
con el olor de tus senos
Natalia
o Teresa que habitas el número 7
en un burdel de la calle Paruro
Y las calles
sintieron mi cuerpo maltrecho delgado
y las puertas
ven pasar
mi rostro de piel maltratada / como la hierba
que mis pies estremecen
Cuando
en la noche
caminando regreso a mi cuarto
por las amplias
y desiertas y muy amplias
pistas de la Avenida Argentina
o mis labios enturbiaron tus senos
o llevaron luz a tu cuarto
ahí donde apenas se diluye una fosforescencia rojiza
y ese ruido / esa cumbia del radio portátil
o mi vida cansada
de pasadizos angostos donde
los cuerpos se agolpan
en la puerta de la que ofrece servicio completo
o solamente poses por 60 soles
Y la terrible
la atroz realidad
de una mujer gorda y enferma y otra mujer
vieja y gorda sentadas en esa banca del otro hotel en Paruro
Bajo esa luz agobiante amarilla
A la espera
de algún soldadito
de un temeroso
adolescente
O mi vida cansada
te decía Natalia
se asoma a tu puerta
sonríes / y tus labios dibujan
noches vacías llenas de sábanas
de sábanas de cobijan
tu infancia asustada tus noches en camas hostiles
tu sueño frágil
tu silencio en camas extrañas
tu vida
más atrás
de esta noche / tu vida que ignoro
y que ahora se tiende sobre la colcha rosada
Lejanamente junto a la mesita me desvisto
tus manos reciben los sesenta soles
Desnuda
tu cuerpo yace bajo el mío maltrecho
Toco tus hombros
Mis labios en tu cuello inmóvil
buscan
el centro del busto moreno
Beso
tus brazos
en mi boca tu sudor estremecido
lejano
mi cuerpo se agita
Lejano / arriba tu voz
modula Malabrigo
sigues la sombra del cielorraso manchado
esa bulla en tu radio esa cumbia
mi boca ciega en tu piel vacía
Toco tu vientre
presiento tus muslos / tal vez una sombra
en el musgo leve de tu pubis distante
Cierro los ojos
quiero llegarte
quiero encontrarte
Oh Natalia del número 7
Al menos un instante
Oh Natalia / quiero pero no puedo
en un burdel de la calle Amazonas
sobre mis hombros
lejos de cualquier alegría
tus ojos presencian
el jadeo de todos mis años
mi cuerpo pasando puertas oscuras
Cerradas / No es una puerta
el amor bajo esa luz roja
Azulada
esa bulla del radio esa luz amarilla
Movimiento de mi placer a medias
el último golpe de mi cuerpo en el aire
Natalia
descanso mi cabeza sobre tu cuello distante
en tu pelo se hunden mis ojos vacíos
tu cuarto crece
Donde solamente el sudor fue compartido
tu cuarto se oprime
vienen las paredes con sus fotos obscenas
de mi espalda se van tus dedos húmedos
mi cuerpo junto al tuyo moreno
Lejos del tuyo
el cansancio cae con el agua del lavado
lejanamente
junto a la mesita me visto / Ante mis ojos
la caja colmada del papel higiénico usado
tú cubriendo tu cuerpo
el semen de otros cuerpos
la frustración de otras vidas
y te llamas Natalia o Teresa
y por nuestra demora
ya tocan la puerta
me miras
Vestida
ya salgo
sonríes
Y gracias / nos vemos
sabiendo que no hay retorno posible
que el encuentro termina
cuando cierras
que no hubo encuentro y el placer vuelve
ya menos
bajando estas sucias escaleras de madera
estremeciendo la hierba de estas avenidas
sin saber si mis ojos
recibieron luz
o sólo fuimos la torpeza
Dos silencios / Natalia
y a mis labios
en cadencias súbitas vuelve el olor
la tibieza de tus senos
Natalia
o Teresa
o Ruth
que habitas el numero tanto en un burdel
de la calle
y que ahora abres la puerta sonríes esperas en la colcha
rosada
y que ahora soportas otro cuerpo sobre tu vida
y que ahora recibes otra soledad sobre tu cuerpo