Noche fiel y virtuosa: poesía de Louise Glück

Con la traducción de Andrés Catalán, Visor Libros ha publicado el nuevo poemario de Louise Glück (Premio Nobel de Literatura, 2020). Visor Libros México trae a sus lectores Noche fiel y virtuosa. Para acompañar uno de sus mejores poemas, “El pasado”, leemos también algunos comentarios críticos que ha suscitado su obra. Se trata de fragmentos de Charles Altieri, Edward Hirsch, Jaha  Ramazani y Richard Ellmann.

 

 

 

 

 

La primera impresión que tiene uno del trabajo de Louise Glück es su sensibilidad; la segunda, su economía. Sus poemas minimalistas normalmente comienzan con agudeza, heridas por amor, muerte o pérdida. Estas se expresan en versos cortos como si así cortaran más profundo en la conciencia. Muchos de sus primeros poemas tratan sobre una hermana que murió antes de su nacimiento. En estos poemas de ensoñación, al modo de poetas confesionales como Sylvia Plath, Anne Sexton y Robert Lowell, vuelve a la percepción y sentimientos de la infancia. Generalmente, en sus poemas hay ecos de la adaptación de los cuentos de hadas de Anne Sexton, del minimalismo mítico de H.D. y del empleo del espacio negativo y el silencio de George Oppen. En la vena confesional, algunos de sus poemas tratan sobre la desintegración gradual de un matrimonio. Sin embargo, el tratamiento del sentimiento personal, desencarnado y directo, es mesurado y mantenido bajo control. A menudo, enmarca la experiencia autobiográfica en mitos y fábulas. Así, la disolución de un matrimonio se aborda en Meadowlands (1996) a través de la historia homérica de Penélope y Odiseo. Lo relajado de Glück y sus ritmos modulados ayudan a destilar el sentimiento, a veces con la espectral presencia de metros formales. Sus imágenes espartanas, ya que aparecen de modo natural, son inesperadas y construyen de modo sencillo el tránsito de la percepción momentánea a la abstracción. Sus abstracciones y aforismos ocasionales filtran lo particular a través de lo general. Al mostrar la experiencia personal por medio de distintos procedimientos, la poesía de Glück logra acercarnos a sentimientos lacerantes como la angustia, la soledad y la pérdida. (The Norton Anthology of Modern and Contemporary Poetry, 2003)

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Hay algo en todo el trabajo de Louise Glück que es radical: no hace concesiones. Ha publicado nueve libros de poemas, cada uno de sus libros es una unidad en sí mismo. Ha redefinido su proyecto en cada nuevo volumen. Cada uno de sus libros es una estación significativa de su evolución. Glück fue cuidada por su maestro de la Universidad de Columbia, Stanley Kunitz. Sus poemas son austeros y hermosos. Tiene una voz oracular, una imaginación intensa y una visión indiferente. Su poesía breve se dilata en la página. Algo ha tomado de la impersonalizad de T.S. Eliot, cuyo trabajo ama. Tiene cierto gusto por la asimetría y escribe un verso libre irregular e intenso. Al modo del poeta objetivista George Oppen, a quien llama “maestro del espacio en blanco”, utiliza normalmente una estrategia de pausas e intervalos de “disrupción, vacilación, silencio”. “Tiendo a la elipsis, a lo que no se dice, a la sugerencia, al elocuente y deliberado silencio”, afirma. Los temas de Glück son dolorosos y los aborda con una honestidad inquebrantable. Una gran soledad rodea todo lo que escribe. La pérdida está dada por sentado, igual que la soledad, igual que la esperanza. En ocasiones, pareciera que le molestara el flujo de nuestros deseos carnales, nuestras tristes necesidades, nuestras imperfecciones tan humanas. Pero aún así, su trabajo busca lectores y establece con ellos una conexión. (Edward Hirsch, Poet’s choice)

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Para lo dramático, Glück confía en una persona lírica específica, pero construye la idea de una persona como factor central del poema. La relación entre poeta y persona enmarca la tensión de las versiones racionales e imaginarias del yo, que complican los temas. Glück enfatiza actitudes, no escenas; lo imaginario se convierte en un medio para expandir la personalidad (…) quiere la fuerza dramática del personaje de la poesía confesional pero sin la pantomima egocéntrica. El control de Glück es frío. (Charles Altieri, Self and Sensibility in Contemporary American Poetry). AC.

 

El pasado

Surge en el cielo una luz tenue
de repente entre
dos ramas de pino, las finas agujas

grabadas ahora en la radiante superficie, 
y sobre este
cielo alto, ligero como una pluma…

Huele el aire. Es el olor del pino blanco, 
más intenso cuando lo roza el viento
y el sonido que produce igualmente extraño, 
como el sonido del viento en una película…

Sombras en movimiento. Las cuerdas
suenan como suena una cuerda. Lo que oyes ahora 
será el sonido del ruiseñor, chordata,
el macho que corteja a la hembra…

Las cuerdas ceden. La hamaca 
se balancea en el viento, atada 
firmemente entre dos pinos.

Huele el aire. Es el olor del pino blanco.

Es la voz de mi madre lo que escuchas
o se trata tan solo del ruido de los árboles 
cuando los roza el aire

porque ¿qué sonido haría 
si rozara la nada? 

 

 

 

 

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