Poesía francesa: Stéphane Bataillon

Audomaro Hidalgo construye una radiografía de la poesía francesa actual. Leemos aquí algunos textos de Stéphane Bataillon (Montreuil, 1975). Es poeta y periodista. Codirigió la antología Poésies de langue française (Seghers, 2008). También presentó Humour blanc, libro inédito de Guillevic. Los primeros poemas que leemos pertenecen  a Contre la nuit; el último forma parte de Où nos ombres s’épousent. Ambos volúmenes fueron publicados por la editorial Bruno Doucey en 2019 y 2010 respectivamente.

 

 

 

 

 

 

Mon grand-père m’a transmis
un calme malicieux

Celui de ce pays
qui fait partie de moi
sans autre prétention

Celui que le vent mène
bien au-delà du temps
de l’exil et de l’ombre

Celui que me rappelle
ce frisson dans tes yeux

Comme si d’ordinaire.

 

 

 

 
Mi abuelo me legó
una calma maliciosa

La de esa tierra
que forma parte de mí
sin mayor pretensión

La que el viento lleva
más allá del tiempo
del exilio y la sombra

La que me recuerda
ese escalofrío en tus ojos

Como si fuera algo normal

 

 

 

 

Je me rappelle qu’enfant mon père m’emmenait chaque jour au parc Montsouris. Une exigence, un sacerdoce. Pas seulement pour me faire prendre l’air. Pour connaitre l’adversaire qui deviendrait ami. Pour découvrir son clown au contact de l’eau, de l’herbe, du fer des clôtures. Jeu de mime inventé afin de prendre conscience que je n’étais pas seul. Et sa chaleur brisait toute la glace de l’hiver. Nous étions, lui et moi, les princes d’un jardin où nous jouions les rois.

Recuerdo que de niño, mi padre me llevaba cada día al parque Montsouris. Una exigencia, un sacerdocio. No sólo para que tomara el aire, sino para conocer al adversario que se volvería amigo. Para descubrir su payaso al contacto del agua, de la yerba, del acero de las vallas. Juego de mimo inventado para ser consciente de que yo no estaba solo. Y su calor rompía todo el hielo del invierno. Éramos, él y yo, los príncipes de un jardín donde jugábamos a los reyes.

 

 

 

 

La maison est encore vide. Je m’approche du rebord de la fenetre. Je décolle les joints usés pour desceller ce lieu, vaincre ce qui le retient. Je me dis que quelque chose se perd de toute façon. Une histoire, dont je ne sais rien. Qui n’a été inscrite sur aucun compromis de vente. Sur aucun plan du cadastre. Sur aucun diagnostic.
Quel chant, de quelle lignée
remonte des rainures ?

 

 

 

La casa sigue vacía. Me acerco al borde de la ventana. Despego las juntas desgastadas para abrir este lugar, vencer lo que lo mantiene. De todas maneras algo se pierde, me digo. Una historia de la que no sé nada, que no fue inscrita en ningún acuerdo de venta, en ningún plan del catastro, en ningún diagnóstico.
¿Qué canto, de qué linaje
remonta de los surcos?

 

 

 

 
Je regarde l’arbre de ma fenêtre
l’arbre de ma fenêtre déborde sur ma rue
il est beau, l’arbre de ma fenetre qui déborde sur ma rue

Demain, je le quitterai
l’arbre de ma fenêtre qui déborde sur ma rue

Je quitterai ma fenêtre
je quitterai ma rue

Je déposerai les clés
dans le creux de son tronc

Pour qu’il déborde la ville
pour qu’il déborde les yeux
de ceux qui regarderont
l’arbre de leur fenêtre

 

 

 

 

 
Miro el árbol de mi ventana
el árbol de mi ventana desborda mi calle
es bello, el árbol de mi ventana que desborda mi calle

Mañana lo abandonaré
el árbol de mi ventana que desborda mi calle

Abandonaré mi ventana
abandonaré mi calle

Dejaré las llaves
en el hueco de su tronco

Para que desborde la ciudad
para que desborde los ojos
de los que mirarán
el árbol de su ventana

 

 

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