Poesía chilena: David Jesús Avello Gaete

Leemos poesía chilena. Se trata de algunos poemas inéditos de David Jesús Avello Gaete (Concepción, 1957), pertenecientes a la serie Esta extraña tarde. Mereció distinciones como el Premio Nacional de Cuento y Poesía ‘Fernando Santiván’, Valdivia 1985 y 2012, respectivamente, el Premio Nacional de Cuento Javiera Carrera, 1986, el Premio Nacional de Novela Infantil ‘El barco de Vapor’, 2016 . Fue Finalista además, del Premio Paralelo Cero, Ecuador 2015. Premio Nacional de Novela Pedro de Oña – ÑUÑOA 2019 y Premio Nacional de Novela – Fondo del Libro 2019. Ha publicado dos novelas: Incidente en el Biobío (1988) y Natalia, mi amor (1992), el libro de relatos Cuentos para no morir (1988) y tres de libros de poesía: En secreto te digo (1987), Irene, de Atenas (2013) y Louise, memorias de Adriano (2013).

 

 

 

 

 

 

CERRAR LOS OJOS con fuerza digo siempre cerrar
los ojos y caminar sin ser visto sin ver
retener el aliento meter la cabeza en un balde
con agua dejar de respirar maldita vida
de cobarde

de cualquier modo la calle es gris y es roja
y es azul y es amarilla un letrero viejo cuelga de la esquina
alguien sale corriendo alguien cierra con violencia
la puerta del coche toma el bus tira
el cigarrillo un par de metros
más allá

es mi modo de ver de verte corazón de saber
de saberte de entender de entenderte
corazón
la mirada tuya me retiene horas que no son más
que segundos un parpadeo o dos y ya nunca más
te olvido

 

 

 

 

ERA HERMOSO VERTE calle arriba era hermoso
oír tus pasos y creer que tu mirada algún día

era hermoso verte calle abajo mientras tu sonrisa

era hermoso verte una tarde gris con todo ese viento
y era hermoso verte con todo ese sol una mañana
cualquiera

(los álamos el durazno los cerezos
y nada
nada más
se parecía a tu paso como si volaras como si
un vuelo
en cualquier momento)

era hermoso verte tan solo eso era tan hermoso
un día cualquiera

 

 

 

 

LLUEVE Y LLUEVE llueve toda la noche y llueve
toda la mañana llueve y me resisto a salir
me resisto a meter mis manos en los bolsillos
y salir
el fuego está prendido igual
que la lámpara e igual
que mi corazón pero
no quiero salir no quiero que la lluvia
reparta todavía más
mi cuerpo no quiero que la lluvia
se lleve mis manos por ahí
sin darme cuenta y sin darme cuenta
cierro la puerta de mi casa
y
como una lágrima
me voy por debajo de los cerros por entremedio
del pasto ne confundo
entre charcos y arroyos como ríos
llueve y no para de llover sobre el cinc de mi casa
no para de llover sobre mis hombros no deja de llover
sobre mi rostro mis ojos abiertos frente
a las nubes empapadas de algodón cálido doblo
mis rodillas
me confundo con el barro barro
soy

 

 

 

 

LA LLUVIA vino apenas di mis primeros pasos
apenas abrí los ojos apenas
apenas abrí los brazos como siempre
intentando el horizonte como siempre
hasta que llegó la lluvia
una tarde cualquiera tal vez un lunes o un domingo
por la tarde tal vez un mes de enero o quizás
diciembre
la lluvia
como si entre islas poco a poco
como puertos que nadie conoce como callejuelas
desconocidas como ventanas cerradas como cortinas
inundadas de rostros desconocidos con tanto silencio
una y otra vez interminable la lluvia viene
como un cuchillo frío con esa certeza triste
se deja caer sobre mí
sólo para navegar sólo para dejar
que mi corazón al lado del mar
se parta en dos

 

 

 

 

TRIGALES hermosos se adelantan a mis pasos
quiero alcanzarlos con mi mano y no puedo quiero
tocar el horizonte hacerlo mío abarcarlo completamente
y no puedo
torres de alambre muros desafiantes y tristes
igual que las nubes y sus rayos que hieren
mis manos

quiero alcanzar esos árboles al fondo al final
del horizonte esos árboles
que oscurecen disparejos el azul esos árboles
oscuros y alegres como niños
y los años estos malditos años
no me dejan

quiero alcanzar tus cabellos morena mía
quiero tu sonrisa que allí quiero que tu boca
quiero que tu cuerpo todo entero y todo todo
mío quiero que tu voz y quiero que tu silencio
quiero la mirada tuya y esta distancia
esta mano que no me alcanza

 

 

 

 

También puedes leer