Poesía italiana: Gianni Darconza

Leemos, en versión de Marco Antonio Campos, a Gianni Darconza. Es poeta, narrador, traductor y profesor de Literatura y Cultura Española y Literaturas Comparadas en la Universidad de Urbino Carlo Bo (Italia). Ha publicado los poemarios Oltre la lastra di vero (2006, ganador del concurso “Jacques Prévert”), Materia oscura (2017), Antipartículas–Antiparticelle (Bogotá, 2019, con la poeta colombiana Marisol Bohórquez Godoy), Elogio dell’indeterminazione (2019), la colección de haikus Pensieri in forma khiusa (2020) y L’immensità del caos. The immensity of Chaos (edición bilingüe italiano-inglés, 2021). Es autor de la novela Alla ricerca di Nessuno (2007), el libro de relatos L’uomo in nero e altre scorie (2009) y el cuento para la infancia  Il ladro di parole (2013, Premio Frontino Montefeltro 2014), publicado en traducción al español bajo el título El ladrón de palabras (Bogotá, 2019). Para la Editorial Raffaelli de Rimini ha traducido una Antologia di poesia breve latinoamericana (2015), Giovane poesia latinoamericana (2015), y La grande poesia ispanoamericana (2018), y varios libros de autores latinoamericanos como V. Huidobro, Ó. Hahn, N. Parra, P. Neruda, A. Cisneros, V. Rodríguez Núñez y M. Bojórquez, y de poetas españoles como A. Machado y M. Hernández. En 2018 ha recibido el Premio Elio Pagliarani de Traducción por el libro Arte di morire (2018) del poeta chileno Óscar Hahn, y en enero de 2020, en París, el Premio del Concurso Internacional de Poesía “L’amour de la nature” de la Académie Européenne des Sciences, des Arts et des Lettres (AESAL).

 

 

 

 

 

Encuentro

 
Mi mirada se cruza por la calle
con los ojos despiertos de un pequeño
que la madre empuja en un carrito
me mira como mira el mundo
con esa exterminada maravilla
de quien quiere a sorbos beber todo
hasta que la botella se vacíe
Fija por un insostenible segundo
mi viejo rostro de ninja
de maleante de suburbio
y me pregunto entonces
si un día cuando ya sea grande
recordará como normal
toda esta gente por la calle
con el rostro envuelto con una mascarilla

 

 

 

 

Sed

 

Sílaba a sílaba escribo la noche
en el blanco de los cerezos en flor
y en las nubes oscuras en el horizonte
resuena el eco de mis miedos
Todo acaece por azar y nada dura
ni siquiera el sueño de la luna
que detrás del claror robado al sol
revela la sed en los cráteres del mar
revela el desierto más allá de las palabras

 

 

 

 

San Lorenzo

 

La vida se refleja
en cada astro que brilla
allá arrriba en el firmamento
en cada estrella que cae
en las noches de San Lorenzo
En el destello repentino
de una supernova que se enciende
y luego vuelve con dulzura
a lo oscuro que la envuelve
Pero cuántas estrellas me he perdido
cuántas llamas ha apagado tiempo
cuántas heridas no he mirado
mientras escribía un verso
y no distante un terremoto
arrasaba los sueños de la gente
La vida se refleja
en cada gota de memoria
que derrama el cielo
en cada rastro de dolor
que atraviesa la atmósfera
en cada amor que perdura
cuando en el silencio nos roza
el frío toque del atardecer

 

 

 

 

La carrera

 
Terror es un puño de fotogramas
cuando la muerte viene a encontrarte
y aún no cumples los ocho años
en tanto de carrera atraviesas  una calle
y te descubres como una hoja
que la rama del viento zarandea
Terror es cuando entiendes el aviso
y quien muere es tu semejante tu hermano
en su carrera hacia la casa
días después en esa misma calle
y muda el corazón de la hoja
en el dolor que el atardecer revela
Porque la muerte es una buena maestra
cuando en silencio se aproxima
y luego se retira con la promesa
de regresar otra vez
al final de tu carrera

 

 

 

 

Aqueronte

 
Mucho más que una moneda
exige el caronte inhumano
como precio a pagarse
para conducirte a la otra orilla
sobre un montón de láminas
Y son siempre los muertos
los primeros en desembarcar
de la nave a la deriva
y de eso que de ella queda
para atravesar aquella franja de agua
que fluye entre dos tierras,
entre un pasado ancestral
y un subterráneo vacío de valores,
más allá del Aqueronte y más conocido
como Mar Mediterráneo

 

 

 

 

Las palabras no mías

 
Estas palabras impresas en papel
no son más mías de cuanto
un perro que vaga por la calle
pertenece a la pulga que lo infesta
Vinieron al mundo, lo reconozco
a través de la mano diestra
Ha habido incluso un momento
en que he sentido mías estas palabras
cuando contaba las sílabas
y luchaba con la página en blanco
para buscar una correspondencia
entre el abismo interior y el universo
Mas cuando una palabra está fijada
en la página de un libro o de un cuaderno
se vuelve independiente como un hijo
que disparas con tu arco por el mundo
hasta que ha elegido una ruta para seguir
su dirección, su verso

 

 

 

 

Técnicas de defensa

 
Escribo sílabas y rimas
para ir más allá de la espuma sucia
sobre la superficie del río
para indagar en lo profundo
de eso que no se lleva la corriente
Escribo sílabas y estrofas
para afrontar el sobresalto del vacío
y lanzarme con mi paracaídas
en un viaje astral hacia el suelo
en el cual está grabado mi destino
Escribo sílabas y versos
como arte de defensa personal
contra las adversidades de un mundo
que favorece el engaño acostumbrado
de eso que brilla y que no queda

 

 

 

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