Pequeña muestra de poetas peruanas

Con los poemas de María Emilia Cornejo y después con los de Carmen Ollé, se inaugura un modo de ser de la poesía en Perú y quizá en Hispanoamérica. Influenciadas por la poesía beat, el coloquialismo, el psicoanálisis y por el feminismo de la segunda ola, aparecieron autoras cuyos libros construyeron el prestigio de la poesía peruana escrita por mujeres. Su visión del mundo y la poesía bien puede hacer suya una declaración de la socióloga mexicana Márgara Millán: El feminismo “ha contribuido a la desestabilización del sujeto universal abstracto masculino que propone el paradigma moderno, mostrando su parcialidad en términos sexo/genéricos”. Aquí leemos una brevísima reunión de poemas de Carmen Ollé, Giovanna Pollarolo, Magdalena Chocano, Dalmacia Ruiz-Rosas Samohod, Mariela Dreyfus, Patricia Alba, Rosella di Paolo y Rocío Silva Santisteban.

 

 

 

 

 

La poesía de María Emilia Cornejo es una de las iniciadoras del intimísimo en la poesía contemporánea, sus textos no solo son amorosos sino también contestatarios (…) Cornejo desenmascara las represivas fórmulas con las que se intenta neutralizar el deseo en la mujer a través de la culpa. Carmen Ollé en Fuego abierto. Antología de la poesía peruana.

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Durante la década de los ochenta hubo un estallido de voces de mujeres. Debido a la naturaleza transgresora de su producción poética que describía el cuerpo femenino y sus funciones, el mal y los placeres perversos del erotismo, se le colgó el membrete de poesía erótica. Carmen Ollé en Fuego abierto. Antología de la poesía peruana.

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Noches de adrenalina no es solamente uno de los libros bandera de Hora Zero, sino también uno de los más influyentes de la poesía peruana contemporánea.  Modernizó el papel y la mirada de la mujer dentro de nuestra tradición. Diversas poetas, como Rocío Silva Santiesteban, Patricia Alba o Victoria Guerrero partieron de su cauce para edificar discursos donde la conciencia física del cuerpo se ramifica hacia otras instancias y anatomías –sociales, nacionales, políticas e identitarias– y así dialogar a través de sus desvelamientos y desvalimientos. José Carlos Yrigoyen y Carlos Tres Rotondo en Hora Zero. Una historia.

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Muy rara vez aparece un primer poemario tan personal y verdaderamente nuevo como Noches de adrenalina. Su impacto ha sido decisivo en la maduración de la poesía peruana de mujeres (…) Ninguna poeta peruana (quizá tampoco hispanoamericana) se ha autorretrato con tanta desnudez, impudicia y autocrítica como Carmen Ollé, conforme a su ideal expresivo –con ecos del psicoanálisis y Bataille– de autodevelamiento, catarsis, búsqueda del tiempo perdido y afirmación de su condición de mujer liberada. Ricardo González Vigil en Poesía peruana Siglo XX.

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Poetas peruanas posteriores como Rocío Silva Santisteban, Mariela Dreyfus, Patricia Alba o Dalmacia Ruiz-Rosas han reconocido en Ollé a una de sus ilustres representantes, de manera que la escritura de esta autora es fundamental para comprender el proceso de la poesía peruana de fines del siglo pasado. Camilo Rubén Fernández-Cozman, Katherine Medina Rondón, et al.

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Fue Ollé quien consagró una “abierta provocación en un lenguaje sexualizado y des-romantizado, duro y sarcástico, “impropio” de una boca femenina”, aspecto ya anticipado por la fallecida María Emilia Cornejo y que, según Roland Forgues, continuarán poetas como Dalmacia Ruiz-Rosas, Patricia Alba, Mariela Dreyfus, Rocío Silva Santisteban y Violeta Barrientes. Giovanna Iubini Vidal

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La poesía de Mariela Dreyfus, Rocío Silva Santisteban y Patricia Alba está centrada, más que en una poética del cuerpo, en el mal. Carmen Ollé en Fuego abierto. Antología de la poesía peruana.

 

 

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CARMEN OLLÉ
(1947)

 

 

De mis contemporáneos me alejan las dificultades de no ser
trivial.
En la Gare du Nord cerré los ojos muy fuerte.
Vi París después de un viaje largamente sentada
en la butaca del ferrocarril con la pequeña en brazos
y la torre Eiffel partida por la niebla.
¿Qué son los Campos Elíseos o la Gioconda sino el ménage
delegado a las jóvenes muchachas del Tercer mundo?
Lavar pisos
refregar las estrellas.

 

En un café del metro Odeón: una amante de Neruda
se divorcia y va en busca de una vida auténtica.
Su ex marido un solvente ingeniero la manda a paseo
y el pintor vagabundo y la dama burguesa nos filman
unos instantes de llanto y risa que encuadran
matemáticamente con el capuchino y el croissant al paso.
Evelyne era más suave
en su taller la madura holandesa nos mostró sus cueros
mi compañero dijo: -el grado cero de la pintura-
                         figuras de piel oscura
                         tonalidades de gris
                         y naranja
                         formas de vientre
                         de arco iris
                         África en pleno
                         Picasso decadentoso
                         o más tocable
                         claroscuro sobre
                         materia-materia
Venus estreñida  arte analítico ubicar la vagina
y proyectarse en la página o en el pellejo del burro
lanzar dados
abrir el esfínter de la Venus

 

Evelyne no trabaja la materia-alusión
Evelyne: -el arte es mi droga-
el “para sí” es obsceno.

¿Escribir es una veleidad que dice o disiente
para una mujer casada?
¿Silvia Plath y su Hollywood sin ventanas
o las cartas revolucionarias de Diane di Prima?

 

La tierra pide ayuda, nuestros hermanos/
y hermanas arrinconan su infancia, se pre-
paran/
a la lucha, qué opción tenemos si
no la de unirnos a ellos, en sus manos/
está la supervivencia del mismo planeta
la salvación/ del sistema solar

 

¿La liberación del planeta parte de mi liberación?
y esta necesidad es elitista?
Un cuerpo que sufre insoportablemente exige
al margen del sistema solar y las estrellas
su liberación inmediata.

 

 

 

 

GIOVANNA POLLAROLO
(1952)

 

Todas se llaman María

 

Todas se llaman María
y es inútil distinguirlas
buscar para cada una el rostro diferente
saber cuál del ellas fue la enamorada
la que supo romper el frasco de perfume
secar con sus cabellos los pies recién lavados
si ella es la misma que lloró
cuando Él fue muerto
si ella le alivió el sudor en el camino
o fue otra la María
que corrió detrás de los sepultureros
todas se confunden en ese obediente rebaño
nadie recuerda el día
cuando Él la llamó
le dio un nombre
como si fuera la única
acompañando sus noches
la elegida para vivir por los caminos
anunciando las buenas nuevas
mas la palabra no les fue otorgada
el día de la confirmación de la fe
cuando el espíritu santo
llenó a los elegidos de sabiduría
ellas estaban en la cocina.

 

 

 

MAGDALENA CHOCANO
(1957)

 

A Vermeer de Delft

 

A veces me siento como aquella que pesa las perlas.
En la penumbra atenta al punto de equilibrio
sostengo entre mis dedos la finísima balanza
y siento perlas que escapan a mis manos.
Mi traje es amplio y de muchos vuelos
para distanciarme del aire y darme el espesor necesario,
mis mundos son las perlas que resbalan en la madera
o brillan en los minúsculos platillos de la balanza,
mundos irregulares que comparo cada día
renovando cálculos pacientes,
mediciones de la cura astronomía de las perlas.
Absorta sopeso los mundos,
durante horas absorta en las perlas,
hasta rozar la indiferencia.

 

 

 

 

 

DALMACIA RUIZ-ROSAS SAMOHOD
(1957)

 

Señor
soy tan pobre
que la única
ofrenda
que pude traer
soy yo

 

 

 

 

MARIELA DREYFUS
(1960)

 

BENDICIÓN

 

Benditas sean las muchachas
que usan rouge y rimmel
beben vino con altos oficiales
y por las noches
–espejos y medialuz–
abren las piernas con decencia,
como cuando duele.

Benditas ellas, que al amanecer,
dejan su cerebro sobre el velador,
cogen el bolso.

Benditas todas, hermosas ciegas,
princesitas que arrechan.

 

 

 

 

PATRICIA ALBA
(1960)

 

 

Mi venganza, pequeño

 

Cuando trates de alejarte del contacto de estas partes
Retírate como se retiran las bestias asustadas: para no volver.
Desclava las manos de mi cuerpo y escucha bien
Todas mis indicaciones
Hombrecito infame.
Reconozco tu manera de durar sobre este feudo
Tu estricta manera de permanecer.
Seres más bellos
Con mil proposiciones dirán: probemos
Y yo no hallaré dónde recostar esta masa que llevo encima.
Mis manos descansarán, sí
Mis manos descansarán en las mejores bandejas del banquete
Y mi cuerpo será gozado
Trecientas veces más de lo que tú puedes
Imaginar

 

He ahí mi venganza, pequeño
He ahí mi goce.

 

 

 

 

ROSELLA DI PAOLO
(1960)

 

 

Malaventura

 

Tu cara otra vez tu cara siempre
rodando dentro de mí
sonando mientras mas cae
sonando como una trompeta en Jericó
arrastrando los muros
secando los árboles y las vacas
así paso entre gentes huidas
leprosa en llamas
así paso con tu cara dentro de mí
así paso pasas
alto y ardido
sonando que voy que vas
como pedrada
contra el vidrio.

 

 

 

 

ROCÍO SILVA SANTISTEBAN
(1963)

 

 

Hardcore

 

para  ti, loco 

Desde aquí te puedo decir:
Estoy lamiendo tus nalgas con desenfreno
y las tías, puaj, y las muchachas, puaj,
y nadie sabe qué sentir.
Entonces te volteo 
y continúo
lamiendo
con desenfreno

 

 

 

 

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