Poesía española: Ana Merino

Leemos poesía española. Leemos tres poemas del nuevo libro de Ana Merino (Madrid, 1971), Salvamento de hormigas (Visor, 2022). Enseña en la Universidad de Iowa, donde fundó el MFA de escritura creativa en español. Ha recibido premios como el Adonáis y el Fray Luis de León. Ha publicado poemarios como Los días gemelos (1997), La voz de los relojes  (2000), Juegos de niños  (2005), Compañera de celda (2006), Curación (2010) y Los buenos propósitos (2015). También escribe narrativa. Recibió el Premio Nadal de Novela.

 

 

 

 

Mensaje huérfano

 

Me senté a esperar respuestas
como si mi corazón hubiera formulado
una inmensa pregunta.

No quería un solo camino,
los buscaba todos,
estar en los lugares
de la sabiduría disfrazada de amor,
en el latido ajeno
de aquellos pensamientos 
que nunca imaginaron
que era yo la que los observaba, 
agazapada en su penumbra
de espejismos llenos de tristeza,
escuchando el sonido
de una respiración
que me atraía y me aterraba
a partes iguales.

 

 

 

Lavanda 

 

Pusimos lavanda en los marcos de las ventanas,
no quedaban arañas
para combatir a los alacranes,
solo el aroma del espliego
con sus espigas de flores.

Un pulso azulado para frenar aquel asedio
de esos seres solitarios
que buscaban invadirnos cada noche.
Hicieron alianzas para asustarnos,
querían que nos fuéramos, que abandonásemos,
quitarnos la esperanza con sus pinzas y su aguijón.

Por eso recogimos las espigas de lavanda
y sembramos con sus flores las rendijas de la casa;
inventamos un perfume, un olor que ahuyentara
a esos seres de abdomen anillado.
Creamos una fortaleza
capaz de repeler aquel hostigamiento.

Extracto de lavanda en la respiración,
y nosotros inmóviles y enteros,
extrañamente felices, confundiendo los días,
adornando las sombras con pétalos.

 

 

 

 

Artificio

 

El timbre, la campana, los besos, los aplausos,
la risa, el miedo, los cristales, los disparos,
las bombas, los platos, los nudillos, el látigo,
la tos, las bofetadas, los tortazos,
el martillo, los clavos.

La lluvia, el viento, el silbido,
la cafetera, la taza,
la música, la tetera, el frenazo,
el pitido, la caída, el golpe, la rotura,
la sorpresa, la rabia, el ronquido.

La botella, las palmas, el zapateado,
el bostezo, el traqueteo, las teclas,
las hélices, los truenos, el puñetazo,
el lamento, el brindis, los vasos,
el castañear de dientes,
el pájaro carpintero, la prisa,
el amor, la sed…

el sonido de todas las cosas
cuando las conviertes en onomatopeya.

 

 

 

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