Poesía peruana: Cromwell Castillo Cabrejos

Leemos poesía peruana. Leemos a Cromwell Castillo Cabrejos. Poeta, artista plástico y diseñador gráfico. Exmiembro fundador del Grupo Literario Signos. Es autor de “Agua” y “Transfiguración o el sonido” —libros incluidos en “Signos” (Chiclayo, 2007)—, “¿Dónde acaso es camino?” —incluido en “Demolición de los reinos” (Lima, 2010)—, “Estética de las revelaciones” (Arequipa, 2011) y el plaquette “Fuego” (Arica, 2010). En el año 2022, el programa Lima Lee de la Municipalidad de Lima realiza una reedición digital de su libro “Estética de las revelaciones”, y en febrero de 2023 el Movimiento Cultural Internacional “Ergo”, con sede en España, publica su libro “Divina extinción”. Trabajos suyos han sido publicados en revistas impresas y virtuales de Perú y el extranjero, y traducidos a los idiomas muchik, quechua, francés y portugués. Es director de Semanario del Norte, primer periódico virtual de la macroregión. Tiene dos libros inéditos. 

 

 

 

ARTE PROFÉTICA

El lenguaje es un puente
por el que la palabra cruza, desafiante,
todas las fronteras.

Armazón articulado de espectros.
Nudo espléndido que evoca
los atributos del reino
de la evolución.

Si digo ‘esta voz es mía’, no es mi voz,
es el reflujo de la insuficiencia
que nos llama deseoso
desde la sombra de un aire primigenio.

Ni siquiera el presentimiento aborda
este halo espeso que asoma su caudal ardiente.

La voluntad es un accidente del deseo.
vocación de no-ser / torre suprema de la incertidumbre.

Escritura: tesoro perdurable,
te ofrezco toda mi desgracia,
universal como las revelaciones.

Escribir es asir el silencio y echarlo andar.
Escribir es sostener el pensamiento con la voz.
Escribir es domesticar el instinto ─pensamiento impensado─.

¿Te has preguntado a dónde va el rumor
que agita la puerta inefable de este sueño milenario?

El lenguaje de las pesadillas
es el infame pasadizo de las pesadillas de la realidad.

 

 

 

REFUGIO

No oigo a nadie allá afuera.

¿Quiénes serán los últimos sobrevivientes
de esta tempestad donde el miedo
es el cruel alimento de los días?

La furia hace crecer abrojos en el silencio
y liebres en el corazón.

Pero esta tarde, Poesía,

mi pensamiento se ha vuelto pájaro.

 

 

 

ASUNTO CRIMINAL

Con Herica, desde uno de los acantilados
de Puerto Eten; a propósito del ecocidio
de Repsol en el Perú.

I

En este mar solo cabe la memoria
de una música hegemónica que golpea nuestro cráneo
insistentemente

como una balada hostil, una compulsión
asombrosa de rumores
donde reina la incuria y la muerte.

Ah, las raíces de la infancia
que el mar sacude raudamente
convirtiéndolas en espuma:

quisiera tener la certeza
que este mar no existe
y que la ciudad devorada por el agua
es solo el inútil espejismo del olvido.

Pero no, el dolor arrecia con ardua marea negra,
y yo desde la cresta de este acantilado
veo olas tenebrosas descarnando peces y nutrias.

¿De dónde viene el fuerte oleaje
que ha deshecho los pilares de la Tierra?

El mar resuena en mi interior
donde una caracola anuncia los presagios de los puertos:

no hay nadie en los navíos, solo la tempestad
mece el corazón herido de las aguas.

Ha llegado el tiempo de la ceniza.

En un vasto cementerio de rocas húmedas,
oigo la voz del gentío arrastrando el cadáver del último verano.
Todo ha sido consumido por la niebla,
y la mentira galopante del Viejo Mundo
es silencio / espada / lesión:

Prometido infierno / fruto perdurable.

La historia es un puñado de escombros
que canta una alegoría al viento amordazado
de nuestras costas:

caravana de aves picoteando en las playas
la noble mansedumbre de sus alas rotas.

El mar es triste en su saqueada fecundidad,
como el suelo donde aguardan los albores de la guerra.

Nada ofrendarán sus aguas
que mueren
lentamente
bajo el cielo estrellado
de enero.

Dos mil veintidós:
¿Oda a la sangre / Oda a la traición / Oda a la locura?

Revelaciones duermen y se orillan al roído murallón de piedra.
Estampida de bestias lascivas copulan en la negritud ascendente de la arena.
Polución sanguinaria / carnicería oscilante / región abatida.
Solo cuerpos fatigados pendiendo del horizonte abarcan este mar amado,
O es el sol abrasante que sujeta la indecible fragancia de lo incierto?
Luego sobrevendrán las tribulaciones:

reminiscencias de frágiles ciudades
desplomándose
al otro lado de la marea.

Todo está perdido.

 

 

II

La invisible danza de mis redes
devorada por las profundidades,
no logra descifrar el agua:

nada nos ha ofrendado el mar.

Leves augurios nos atan
al llamado impuro de tu voz, ¡oh, reino del crepúsculo!,
y apenas si el silencio sabe acariciarnos la memoria.

─¿Acaso desoímos el rumor vibrante de las preguntas
que encallan sobre esta orilla
ornamentada de aleteos moribundos
y negras constelaciones?─

He vuelto a mirar la extensa muralla de agua
y algo delata el inútil pretexto
de lo que somos:

el abismo seduce
y nos asoma a una estación pétrea
vigilada por peces abisales
y sombras inalcanzables.

Es el mar o la azulada versión de la muerte,
esa otra red imperiosa que lanzan los dioses
arrastrando nuestros ojos
a un viaje largo
a través de la noche.

He visto mi reflejo sobre sus aguas
presumiendo la esperanza de los náufragos

de corazón incurable / oscilantes
entre el volver o quedarse a fundar la niebla.

Inusitado reino de las transfiguraciones,
donde el viento es el soplido ruin
de bestias invisibles que atraviesan las ventanas de los puertos:

verano galopante / hedor inmóvil.

Tiránica armazón de fuego
que desliza su furia en el lomo de las aguas
y engendra animales fatigados
y mórbidos.

¿Quién clava sus agujas en este ambiguo
jardín de incertidumbres?

Lanzo las redes
al anchuroso ojo de agua
              una y otra vez
              una y otra vez
              una y tantas veces
y solo atrapo una pregunta irredimible:

¿Por qué nuestras plegarias ya no se oyen?

─¿A dónde va el canto constelado que mi alma escupe
al cielo abominable de las postrimerías?─

Aves milenarias surcan el horizonte
colisionando su pico
contra un paisaje de cadáveres
que esperan el gesto entrañable del aire.

¿Qué es una lágrima sino un deseoso aleteo nocturno?

Una lágrima caída al mar
es el mar devorando las profundidades
de los hombres.

Es el mar recuperando sus raíces.

 

 

III

La patria de mis ojos es el mar,
y tú una barca balanceándose,
discreta,
en sus profundidades.

Vocación impura
y babilónica la del lenguaje:

hacer fluir el poema
en medio de un mar
repleto de inmundicias.

 

 

 

¿HOLOCAUSTO ZOMBI?

Contemplando
cada parte de tu cuerpo,
habrás notado
lo lejos que estás
del desquicio del cine
y la televisión.

No estás muerto
ni practicas el canibalismo
─una buena señal para empezar tu día─

Entonces gozas
del entretenimiento
mediático
y solo imaginas
la ciudad desierta del futuro:

páramo infecto / desolado basurero urbano
hacinado complejo mundial de la extinción.

¡Oh, cuánta muerte extravagante
para llegar a la tragedia moderna!

Sin embargo la fragmentación
social es irredimible.

¿Por qué esperar la alegoría
de una masacre zombi
en un mundo obscurantista
y crónico que desata más pestes
que un holocausto viral?

Cualquier efectismo alarmista
resulta auténtico a la sobrepoblación
donde zombi es una categoría
de la barbarie.

¿Hacia dónde nos arrastrará
la descomposición
civilizatoria
que vivimos?

Hemos fundado una sociedad paralela
y heredaremos decadencia
a la generación próxima.

Por eso,
al mirarte en el espejo,
aférrate con nostalgia al pasivo redil
de nuestros días
y desarma al monstruo que amenaza al mundo
desde el lado aparente del reflejo:

sus fauces llenas de impudicia están corrompiéndolo todo.

 

 

 

PLAN DE REINICIO

Cuando los rayos sean hundidos
en los ojos de los volcanes,
recrudecerá el chantaje del sistema nuevo.

Entonces se hablará
del movimiento perpetuo
y la energía renovable
de las máquinas terrestres:

a imagen y semejanza
de la estación lunar
abastecida por el sol.

La dinámica de la luz
será el inicio
y sumergirá sus códigos
en el corazón de los Hombres.

He aquí el fruto amargo de la manipulación.

El control de los apoyos internacionales
centralizará sus contratos
en cuatro regiones diferenciadas
por el tamaño de su moneda.

Uno a uno, los miembros
de las familias
adoptarán una identidad
monitoreada
desde la cámara central
de la estación compartida del norte.

Y utilizarán la naturaleza para acecharnos.
Y la reina madre parirá conmoción y miedo
en la Tierra:

plan de bonos y créditos mensuales:
Recategorización social / Control de la Humanidad.

Nadie podrá ocultarse debajo de los visores espaciales
─sus ondas atravesarán las células humanas,
regularán el sistema nervioso
e implantarán información lesiva
en dos generaciones venideras─.

Nadie podrá correr sin ser localizado,
reprimido y doblegado:

plan de reinicio y orden o la etapa del sometimiento.

Atadura fantasma
para la protección desnaturalizada
de nuestra especie:

dopaje y muerte lenta.

 

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