Poesía peruana: Emilia Justiniani

Leemos poesía peruana. Leemos poemas de Emilia Justiniani (1997). En 2022 publicó en formato digital su ópera prima titulada La somnífera melodía del mar. Es miembro de la Red de Escritores Arequipa – REA (2021). Publica en revistas digitales nacionales e internacionales. Psicóloga por la Universidad Católica San Pablo. Masterando Terapia Dialéctica Comportamental en Contexto en alianza con Fundación Foro (Argentina). Redactora de artículos en Warayana Consultora psicológica. Divulgadora respecto al trastorno limítrofe de personalidad. Actualmente se desempeña como Jefa de Prensa en Movimiento Cultural Internacional ERGO y trabaja como co-autora en la antología de la Revista “Las Raíces” de Chile; donde salió ganadora entre diversos poetas y escritores de habla hispana.

 

 

 

 

Saturno efímero

 

Saturno se ha enamorado,
perdidamente como lo hacen los poetas,
como lo hacen los amantes.


Bebe alcohólico,
camina distónico,
dibuja pasos como cuervo ahorcado,
ya le salen raíces del suelo,
amapolas por los poros,
lo estamos perdiendo…


Saturno
está amando,
tiernamente lo está haciendo,
no sabemos, cómo ni cuándo…
Pero sin querer, lo ha logrado.

 

 

 

 

Eslabón

 

Axiomático,
quejumbroso azul,
el día muere, en inexpresivo quebranto, eclipse de una paciente mentira,
de tus labios sinfónicos canto coralino…


Tatuaje en altamar,
se la lleva una balsa de viento
medallones de besos en tus caderas
ropaje de pescador,
engaño marino


eslabones en torno a crueles voces
susurrándome la despedida
en cada lágrima
que delira, por mis mejillas
derribando sutilmente la gravedad…

 

 

 

 

Ensueño,

 de aquel ideal que un día

destruía fractales de geranios.

Vuelvo desnuda en tus manos

hoy

sola

con el nido enjaulado en fuego.

Abrazos silvestres me envuelven en la pulpa granate.

Mañana soñarlo es el anhelo de los ángeles mordiéndote los labios y besándote las pupilas.

Sueña bajo las almendras regadas en mis ojos.

Todas estas perlas son mis lágrimas convertidas en pétalos que decoran tu frente.

Llanto de sol, al fin, cubre mi noche.

 

 

 

 

Pavimento de arena

                    las chicas como yo, f l o r e c e m o s,

                                   entre a la penumbra…

          No te asombre el estridente ruido de mi femenino

               palpitar derribando tus abandonos y complejos…

    Soy la que un día destruiste,

entre mis cicatrices,

 de mi abono, tierra fértil…

                          La raíz nueva que p e r s e v e r a,

                                q u i e b r a

                    pavimentos e infiernos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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