Golpe, del brasileño Fabio Weintraub

Presentamos una reseña de Mijail Lamas del libro de poemas Golpe, del autor brasileño Fabio Weintraub (São Paulo,1967) en traducción del poeta y traductor Rodolfo Mata. Es psicólogo por la Universidade de São Paulo, donde poesteriormente se doctoró en letras. Fue miembro del gupo paulista de poesía Cálamo, junto con Ruy Proença, Priscila Figueiredo, Chantal Castelli y Ana Paula Pacheco. Ha publicado los libros de poesía Toda mudez será conquistada, Sistema de erros, Novo endereço y Baque, entre otros.

 

 

 

 

En Golpe, cuarto libro del autor brasileño Fabio Weintraub, la imagen que nos confronta es la de una calle concurrida y desastrada, y luego la sensación de un golpe seco, un cuerpo que pierde la conciencia y queda por unos segundos suspendido, inmediatamente después el sonido fofo de un cuerpo que cae, azota. Todo pasa en unos cuantos segundos, pero el instante se repite, como si cada momento el percance volviera ocurrir de nuevo, repitiendo el desasosiego del dolor y el vértigo de la caída.

Dos o tres golpes
en el cofre del cráneo
derrotan cualquier blindaje

Los personajes que desfilan por aquí son arquetipos que encontraremos de manera frecuente en los espacios urbanos, su presencia, aunque constante, es rápidamente olvidada o pasada por alto por los beneficiarios de cierta normalidad precarizada que rechazan a estos marginales: los enfermos mentales, los adictos, los discas, la persistente estirpe de cuerpos que ya fueron instrumentalizados por el capitalismo y que ahora son despojos vivientes de las periferias urbanas:

Las que hinchan el vestido
Fingiéndose embarazadas
Los que mastican jabón
Hasta que les sangra la nariz
Los que se queman la piel
con pomadas
los que se untan el cuerpo
con estiércol de caballo
los que usan cascabeles
como hacen los leprosos
los paralíticos que huyen
a gran velocidad

Muchos de los poemas de Golpe dibujan con trazo grueso el perfil sicológico del cábula, aquellos que practican distintas formas del agandalle, manera sofisticada de malicia propia del barrio, que cuando logran engañar el brazo represor de la policía, son golpeados hasta la desintegración, por otros como ellos, el rival, el dealer, el marido o el proxeneta:

Torturaron mi rostro
toda la dentadura
senos nalgas ojos nariz
quijada cuello garganta
cerebro ano vagina
Se comieron toda la carne de mi cuerpo

El cuerpo de la prostituta ha sido consumido hasta el despojo, así como el cuerpo de la ciudad infecta; ambos siguen abiertos para recibir de forma democrática a todos sin excepción. Cuerpo y ciudad son, en los poemas de Fabio Weintraub, alegorías de la explotación, de un sistema de consumo que agota hasta el cansancio los recursos humanos y naturales. ¿Pero cuál es la salida? En Golpe los hombres y mujeres que habitan estos poemas se resignan, su resistencia pertinaz coquetea con el suicidio, pero prefieren continuar enganchados a una botella o a una pastilla, por el puro gusto perverso de producir o consumir, como en el poema titulado «Ya fue portada de Playboy»:

Disfruta rumbo a la oscuridad
la compañía exacta
de una pastilla azul

La discapacidad, la enfermedad mental y una reflexión del cuerpo enfermo subyacen como provocación en el fondo de estos poemas, sobre todo en la segunda parte, donde los poemas nos vuelven testigos de procedimientos médicos usuales que van de una simple endodoncia, una estereotaxia (un procedimiento quirúrgico que ha sustituido a la lobotomía) o el tratamiento para el control de ataques epilépticos:

Y si al final del proceso
un apagón arrasa
la central de los recuerdos
mucho mejor:
por amnesia forzada
la virginidad se rehace
el trauma se vuelve perdón

Estos procedimientos, estos actos de control de lo que Michel Foucault llama el biopoder, son la otra cara de la misma moneda, donde la violencia directa (la paliza, el atraco, el estupro) son resultado de la violencia estructural. Golpe da paso a una crítica de nuestras sociedades altamente capacitistas:

El enfermo no es solo su cuerpo
sino las paredes que lo cercan
la mosca que en ellas se posa

La breve extensión de los poemas, su naturaleza elíptica, sus finales abruptos y anticlimáticos, dan la sensación de un montaje, que tiene su punto álgido en Love me tender; la cadencia interrumpida de los versos, así como las rimas presentes, pero inconstantes, denotan una construcción que huye de la naturaleza cantarina de cierta poesía brasileña posterior al concretismo. De ahí, que la traducción realizada por el poeta mexicano Rodolfo Mata, sea notable, pues logra recuperar las cadencias entrecortadas del portugués con secuencias rítmicas que, en español, se traducen en su mayoría en octosílabos, o secuencias de troqueos, interrumpidos por versos de métrica impar como heptasílabos o pentasílabos sabiamente presentados.
Otro acierto, y probablemente el más destacable de este volumen de poemas, es la manera en que Rodolfo Mata ha logrado traducir el lenguaje urbano, el slang, de la ciudad de São Paulo, al idiolecto chilango, conservando la sensación de angustia y golpe seco que distingue a los versos de Fabio Weintraub.
Es Golpe, traducido por Rodolfo Mata, una colección de poemas que hay que leer, con temple y ánimo aventurero, pero trucha, como quien camina por el barrio.

 

 

 

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