Poesía mexicana: Roxana Elvridge-Thomas

Leemos poesía mexicana. Leemos algunos textos de Roxana Elvridge-Thomas (Ciudad de México, 1964) pertenecientes al poemario Kratos (Los libros del perro, 2022). Mereció distinciones como el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino y el Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa. También ha obtenido la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

 

 

 

 

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Alí Calderón

¿Qué te interesa hacer en un poema? O dicho de otro modo, ¿cómo despliegas tu poética en el texto?

Roxana Elvridge-Thomas

Me interesa profundizar en la mirada de las cosas, ir más allá. Descubrir el misterio de lo pequeño, de lo cotidiano, de lo extracotidiano, de las pasiones. Indagar con la palabra, con el ritmo, en cuestiones que me interesan y que pueden (o no) interesarle a otras personas. Sólo eso: indagar, profundizar, descubrir.

 

Alí Calderón

¿Qué crees que ha dejado de ser importante o qué ha pasado de moda en la escritura de un poema?

Roxana Elvridge-Thomas

No creo que nada haya pasado de moda si se utiliza bien. Conozco mucha gente que utiliza el verso medido, por ejemplo, y lo hace de una manera contemporánea sin perder la sonoridad del poema. Otres más, se van por la coloquialidad, o por la hibridez. Considero que si se escribe con honestidad y pasión, todo es bienvenido.

 

Alí Calderón

¿Has leído recientemente poemas que te parezcan significativos o particularmente buenos? ¿Quiénes son los poetas que te entusiasman ahora?

Roxana Elvridge-Thomas

Sí, por supuesto. Me gusta mucho de lo que se está escribiendo ahora. Por supuesto que Elisa Díaz Castelo, pero también Odette Alonso, Zel Cabrera, Ingrid Bringas, Cristina Rascón, Lucía Pi Cholula, Rebeca Leal Singer, entre otras. Me acabo de sorprender mucho con el primer libro de Paulina Rojas Sánchez. Es buenísimo.

Me di cuenta de que sólo puse chicas. Un chico que me encanta lo que está haciendo es Alejandro Adame. También me gusta mucho lo que hacen César Cañedo, Juan Carlos Cabrera Pons y Julio César Toledo.

 

 

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Plegaria

 

Alzo mi verbo ante tus llamas
pido a ti el inicio del incendio.
Solo cuento con mi boca
solo tengo una voz que impreca los abismos
único artificio mi alfabeto contra el pozo
contra el piélago que draga los anhelos.
Red de letras que intenta abrazarte
como Tú abrazas mi impaciencia.
Clamo tu mirada
             pido tu semblante
espero tu respuesta.

 

 

 

 

Templo

 

El tiempo está en mi carne.
Mi cuerpo es tu templo
El trono preparado a tu arribo.
Soy tu obra
              Habita
                           mis
                                 espacios.
Soy el eje consagrado para ti,
la ciudad que se complace con tu aliento.
En mi pecho está tu relicario,
luz emana de caderas que son tuyas.
Todo fuera de mí es amorfo.
Solo yo hundo mis pies en el pantano.
Sólo mis brazos alcanzan tu piel inefable.
Sólo en mi ombligo encuentras el camino de tu espejo.
En mí existe solo el presente interminable.
Soy tu templo.
Ven.

 

 

 

 

Thymos

 

Arroja humo el centro de su cólera
su sombra sola quema pastizales.
Se aleja el coro de la gente
huye de la peste que le aqueja
                          -arrastra a la locura y a la muerte-
Su embate busca penetrar las almas
roer con rabia su cimiente
erigir la ira divina
             la inmolación.

 

 

 

 

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