HACER
Poesía es una palabra que a lo largo de su historia ha desarrollado cierta vaguedad, puesto que significa originalmente “creación”. Viene de la palabra griega poien (“hacer”, “crear”). Antes de designar específicamente un género, antiguamente ha podido aplicarse a eso que llamamos hoy “literatura” en su conjunto. Específicamente, en 1515 va a significar “arte de la ficción literaria”, el arte del lenguaje. Esta definición, más amplia en apariencia, puede ser la más precisa. En efecto, si la novela y el teatro son también artes del lenguaje, lo son de un modo menos radical que la poesía, o de una manera tal que ese “arte del lenguaje” no constituye lo esencial de su objeto, eso que en cambio es el centro del poema.
René Daumal confirma esta singularidad del “hacer” poético: “La prosa habla de cualquier cosa, la poesía hace cualquier cosa por las palabras”. Por su parte, Paul Valéry opone a los “partidarios de la inspiración”, la idea de que la poesía es “un hacer particular”. Consiste, ante todo, en un conjunto de operaciones centradas en el lenguaje. La poesía es cuestión de procedimientos, de matices, de elecciones relativas a la lengua y a su puesta en operación.