Leemos poesía argentina. Leemos tres poemas del nuevo libro de Sandra Lorenzano, Abismos, quise decir publicado por Círculo de Poesía con apoyo de Literal Publishing. Sandra Lorenzano es poeta y ensayista argen-mex (nació en Argentina, en 1960, y se exilió en México en 1976). Doctora en Letras por la UNAM, es profesora e investigadora en la misma universidad. Creadora Artística Honorífica del Sistema Nacional de Creadores de Arte, en 2022 fue elegida Presidenta de la Asamblea Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). Colabora regularmente en diversos medios de comunicación de México, América Latina y España, tanto en la prensa escrita como en radio y televisión. Actualmente produce y conduce el programa Violeta y oro en Radio UNAM. Ha coordinado, entre otras, las siguientes publicaciones: Alguien aquí que tiembla. Celebración poética de mujeres; Literatura y derechos humanos; Poesía y violencia hoy y Aproximaciones a Sor Juana. Entre sus libros están Escrituras de sobrevivencia. Narrativa argentina y dictadura (Mención en el Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas), los poemarios Vestigios (Pre-Textos, España) y Herencia (Vaso Roto, España / México), así como las novelas Saudades, Fuga en mí menor, La estirpe del silencio y El día que no fue (Alfaguara). Su obra forma parte de diversas antologías y ha sido traducida al inglés y al italiano. Con Abismos, quise decir mereció el Premio Clemencia Isaura de Poesía en 2023.
La poesía de Sandra Lorenzano es un compromiso con el querer decir, una escritura que se llena de recuerdos, instantes, preguntas y reconocimientos. ¿Sabemos al decir todo lo que estamos diciendo? ¿Te acuerdas? ¿Quieres comprender lo que guardan las palabras por dentro? ¿Estás mirando desde la ventanilla de un tren, desde una sala de espera o desde el interior de unas cenizas? El viaje poético es una invitación a los abismos de un tiempo que es vida, nuestra vida, porque la mirada se detiene en el instante de la luz, pero la conciencia sentimental se pone después en movimiento hacia el pasado o hacia la imaginación, el testimonio y los legados de la historia, nuestra historia. En la poesía de Sandra Lorenzano el decir es un pensar, un sentimiento que se medita, un ayer que vive, una emoción que interpela sobre los matices del amor y del dolor, sobre las infancias que envejecen y los cuerpos que cambian de piel. Las palabras son la piel de los abismos en la poesía de nuestra poeta.
Luis García Montero
MAPAS I
Mapas pensé
o quizás lo dije en voz alta.
Alguien me miró
como si no entendiera.
Disculpe:
quise decir distancia, recorridos,
grietas.
Quise decir abismos.
Podría recordar cada baldosa
del camino que me llevaba a la escuela.
Las ramas de los paraísos, el olor de los cardales y el hinojo.
Decíamos potrero. Vagoneta. Linyera.
Palabras casi borradas.
Al salir: la sorpresa de ver la sonrisa de mamá.
Era la más joven, la más linda,
y se vestía de negro –porque leía a Simone–,
en ese pueblo de calles de tierra y tardes de bicicleta.
En el fondo de casa crecía un laurel.
Disculpe: soy de mapas pequeñitos,
tinta china y manchas en los dedos.
Mapas que caben en cualquier rincón.
Los guardo aunque sepa que el tesoro se ha esfumado,
y que se han encimado otros y otros,
a cual más frágil.
Quise decir esquirlas.
Tatuajes que aparecen cuando me hundo en el río.
Tumbas de agua.
Abrazos de ceniza.
Vestigios, quise decir.
HORMIGAS
1.
no se trata sólo de hablar de vestigios o cenizas
no se trata de volcar en las páginas voces hechas añicos
ni de contar en ausencias la historia familiar
es algo más pequeño
o tal vez más inútil
como seguir con la mirada el camino de hormigas
verlas cruzar un río de hojas bajo el sol de la siesta
mirar cómo se pierden entre cordilleras de polvo
y reaparecen heroicas
con siglos iguales sobre la espalda
2.
hay quien enciende todas las velas
quien se arrulla a la sombra de su propia piel
¿hablaron de huellas en los pajonales,
de voces deletreando el ardor de la sal?
una rama interrumpe la fila
el quiebre es absurdo –cualquiera lo sabe–:
ellas siguen caminando sobre el aire suspendido
inventándole memorias al trazo escurridizo de los huesos.
VÉRTIGO
Vértigo
pieles
sin memoria
tú y yo
fundamos un reino
caemos
aquí
ahora
silencio es tu nombre
nadie es el mío
tibios caracoles
nos llaman
caemos
aquí ahora
pasado anterior
al primero de tus huesos
sal que deja blanco rastro
de mi lengua
en tu vientre
tal vez
nosotras
llovemos de pronto
tormenta
sabes a mar
a amarte
aquí ahora
saliva
tibia tu boca
siglos
de espera
caemos
ahora
como lluvia caemos
lluviamos
silencio es tu nombre
nadie el mío