Margarita Bustos Castillo, además de poeta, también es docente, gestora cultural y antologadora. Diplomada en escritura creativa. Magíster en Género y Estudios Culturales. Algunos de sus poemas han sido publicados en las revistas hispanoamericanas El Golem, Buenos Aires Poetry, La Primera Vértebra y Liberoamérica. Ha participado en encuentros literarios nacionales e internacionales. Miembro de la Academia Gloriense de Letras (Sergipe, Brasil) Traducida al rumano y portugués. Ha publicado los libros: Maldigo el paraíso de tu abandono, Eros en la Lengua, Existencial(es), Desde la herida. Y editó la Antología NosOtras: fugas y resonancias poéticas hispanoamericanas.
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Chile limita al centro de la injusticia
Nos disgregan desmembrando esta cordillera
a tajo abierto solo desdichas miran sus cumbres y oquedades
nos disgregaron en el fondo del mar
que n u n c a más podrá bañarnos tranquilos
nos lanzaron al foso insalvable de la ignorancia,
embelesados por el sonido de la máquina
por la imagen de la máquina
por las palabras de su colmena
Chile limita al centro de la injusticia y
a las tumbas no llega el sol
nos disgregan desmembrando esta cordillera
les disgregaron en el fondo del mar que nunca podrá bañarnos tranquilos.
La tierra se ha desvelado
el bosque le reza al fuego que cerrará su boca para siempre
bestia desnudará raíces y raíces esconderán la tierra en las pupilas de la bestia.
Apátridas
ajenos a la herida olvidaremos mirar la noche
dibujar instantes blancos contra la muerte
sonreír cuando la lluvia anuncia lo efímero
Ajenos a la herida olvidaremos los nombres de quienes
abrieron la herida.
A Marta Ugarte
Ya no quedan palabras
balbuceos erizan la piel
roen ratas esta voz
el nido del pájaro arde
y le mentimos a la memoria
mientras pasa por la resonancia azulina de una tarde que muere.
Su cuerpo fracturado emergió del mar
de su cuello colgaban alambres,
brazo izquierdo, desgarrado por un corvo,
la columna quebrada
estallido del hígado y del bazo
luxación de ambos hombros y cadera
fractura doble en el antebrazo derecho
faltaba una parte de la lengua
una parte faltaba
y aún la buscamos.
El murmullo enmudece la posibilidad
¿Y si te damos una canción
un himno para resucitarte de las aguas, Marta?
Y si te restituimos ese atardecer negado a tus ojos y a los ojos de tantos
Y si lloramos 70 veces 7 océanos
para embarcarte a casa.
Ya no quedan palabras,
rocas roen esta boca y enmudecen su lengua
nuestros cuerpos hinchados de ir
a la muerte, al odio, al borde del mar.
Al fondo un bramido
ya no quedan palabras,
amarga lengua balbucea la otra mitad
que no alumbró jamás.
Garganta en porfía regurgitó la última sílaba
que repta en el laberinto al fondo de sí
se embriaga con la ausencia
Marta lanzada al mar
Existencial(es) II
Viaje de agua regresa por lo nuestro
hasta llegar al mar,
germina en medio del oleaje.
Tal vez la pregunta dialogue
más allá de la duda.
Aquí,
intersticios
el puente es la búsqueda del fuego
dolor de la existencia
y en la gracia del silencio
manchar con letras aflicciones sobre el papel.
La caravana del consuelo,
palabras escasean humanidad
de atardeceres sordos.
El instante capturado perece,
ya no espera la vibración de su otro
se pudre
se nutre del vacío
océano padre.
Dolor que somos ahora
un mundo bajo los párpados.
Y la palabra extinta.
Desde la cicatriz
Reduciéndome
deambulo,
los espejos desertan a la huella
sobre el agua.
Contemplo desde la cicatriz.
Sacar las palabras del silencio
destilar su luz
embriagarse de paréntesis
gritar la sombría certeza de su abandono
gritar(las)
gritar(me)
Ojalá
*In memoriam de Jéssica Vivanco
Ojalá hubieses podido ahogarte en tu propio torso.
Ojalá de amaneceres que no sustituirán nuevas mañanas a los 21, ni a los 22 ni a los 23.
Ojalá pase algo que te restituya de pronto a la memoria de tantas
Ojalá que cada letra chica de las leyes que le temen al vocablo feminicidio
tiemblen de una puta vez con cada trozo de tu nombre
desperdigado por el carnicero que alguna vez te susurró: “eres mía”
Jéssica ¿fue el lobo feroz que en los cuentos de caperucita
comenzando a soñar con un bosque a los 21
alimentó tu curiosidad?
Jéssica Vivanco ¿o fue el cuento de Pedrito y el lobo
que te empujaron a aceptar sus disculpas una vez más
después de tantas golpizas en la complicidad de la cocina a leña?
Ojalá un disparo de nieve
te hubiese llevado ese día de gritos aciagos.
Ojalá una luz cegadora
condenara para siempre
al carnicero feroz que te invitó al bosque -por el atajo-
Ojalá,
cuando por fin te unas con la Tierra
ya no aúllen titulares rojos.
*Jéssica Vivanco: “Mujer descuartizada en Freire, habría muerto golpeada o mutilada” así se redactó uno de los titulares que el 10 de Julio de 2011.