Poesía brasileña: Adélia Prado

Leemos poesía brasileña. En versión de Indira Díaz leemos algunos poemas de Adélia Prado (1935). En 1978 ganó el Premio Jabuti de Literatura por O coração disparado. En 2024 recibió Premio Camões.

 

 

 

 

 

 

Adélia Luzia Prado Freitas nació en​​ Divinópolis,​​ Minas Gerais,​​ Brasil, el 13 de diciembre de 1935. Fue maestra.​​ Empezó a escribir en 1950. Publicó los poemarios:​​ Bagagem​​ (1976),​​ O coração disparado​​ (1978),​​ Terra de Santa Cruz​​ (1981),​​ O pelicano​​ (1987),​​ A faca no peito​​ (1988),​​ Oráculos de maio, Siciliano​​ (1999). Y los libros de prosa:​​ Solte os cachorros​​ (1979),​​ Cacos para um vitral​​ (1980),​​ Os componentes da banda​​ (1984),​​ O homem da mão seca​​ (1994),​​ Manuscritos de Felipa​​ (1999) y​​ Filandras​​ (2001).​​ En 1978 ganó​​ el Premio Jabuti de Literatura​​ por su obra​​ O coração disparado. En 2007 recibió el Premio de Literatura Infantil y Juvenil de la Academia Brasileña de Letras por su libro​​ Quando eu era pequena.​​ En 2014 el Gobierno de Brasil le concedió la Orden del Mérito Nacional y en 2024 fue laureada con el Premio Camões. La siguiente selección y traducción son de Indira Díaz.

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

 

 

Antes del nombre

 

No me importa la palabra,​​ es algo cotidiano,

Quiero es el​​ espléndido​​ caos de donde emerge la sintaxis,​​ 

los sitios oscuros donde​​ nace el ‘de’, el ‘además’,​​ 

el ‘o’, el ‘pero’ y el ‘que’ esta incomprensible​​ 

muleta que me apoya.

Quien entiende el lenguaje entiende a Dios​​ 

cuyo​​ Hijo es el Verbo. Muere quien entiende.

La palabra es el disfraz de una cosa más seria, sordomuda,

inventada para ser callada.

En momentos de gracia, infrecuentísimos,​​ 

será posible atraparla: un pez vivo con la mano.

Puro susto y terror.

​​ 

 

(de Bagagem)

 

 

 

 

 

 

 

Antes do nome

 

Não me importa a palavra, esta corriqueira.
Quero é o esplêndido caos de onde emerge a sintaxe,

os sítios escuros onde nasce o «de», o «aliás»,

o «o», o «porém» e o «que», esta incompreensível

muleta que me apoia.

Quem entender a linguagem entende Deus
cujo Filho é Verbo. Morre quem entender.

A palavra é disfarce de uma coisa mais grave, surda-muda,

foi inventada para ser calada.

Em momentos de graça, infrequentíssimos,

se poderá apanhá-la: um peixe vivo com a mão.

Puro susto e terror.

 

 

 

 

 

 

 

El día de la ira

 

Las cosas tristísimas​​ 

el rolomag, el test de Cooper,

la carne flácida temblorosa entre los muslos,​​ 

desaparecerán​​ cuando suene la trompeta.

Nos alzaremos como dioses,

con la belleza de las cosas que nunca han pecado,​​ 

como árboles, como piedras,​​ 

justos y dignos de amor.

Cuando el ángel pase,

el huracán ardiente de su vuelo

secará las heridas,​​ 

las secreciones arrojadas de sus vasos y las lágrimas.

Las ciudades quedarán silenciosas, sin un vehículo:

sólo con los pies de sus habitantes

reunidos en la plaza, a la espera de sus nombres.

 

 

(de Bagagem)

 

 

 

 

 

 

 

O dia da ira

 

As coisas tristíssimas,
o rolomag, o teste de Cooper,
a mole carne tremente entre as coxas,
vão desaparecer quando soar a trombeta.
Levantaremos como deuses,
com a beleza das coisas que nunca pecaram,
como árvores, como pedras,
exatos e dignos de amor.
Quando o anjo pássaro,
o furacão ardente do seu voo
vai secar as feridas,
as secreções desviadas dos seus vasos
e as lágrimas.
As cidades restarão silenciosas, sem um veículo:
apenas os pés de seus habitantes
reunidos na praça, à espera de seus nome

 

 

 

 

 

 

 

 

Seducción

 

La poesía me toma con su rueda dentada,​​ 

me obliga a escuchar inmóvil​​ 

su esdrújulo discurso.

Me abraza detrás del muro, levanta

la falda para que yo vea, amorosa y loca.

Pasa algo malo, le digo,

También soy hija de Dios,​​ 

me hace desesperar.

Ella responde pasando

su lengua caliente en mi pescuezo,​​ 

di palo, para calmarme,

di piedra, geometría,​​ 

se descuida y se pone tierna,

aprovecho para zafarme.

Yo corro ella también corre,

yo grito ella grita más,

siete demonios más fuerte.

Me agarra la punta del pie

y viene hasta la cabeza,

haciendo surcos profundos.

Es de fierro su rueda dentada.

 

 

(de Bagagem)

 

 

 

 

 

 

 

 

Sedução

 

A poesia me pega com sua roda dentada,

me força a escutar imóvel

o seu discurso esdrúxulo.

Me abraça detrás do muro, levanta

a saia pra eu ver, amorosa e doida.

Acontece a má coisa, eu lhe digo,

também sou filho de Deus,

me deixa desesperar.

Ela responde passando

a língua quente em meu pescoço,

fala pau pra me acalmar,

fala pedra, geometria,

se descuida e fica meiga,

aproveito pra me safar.

Eu corro ela corre mais,

eu grito ela grita mais,

sete demônios mais forte.

Me pega a ponta do pé

e vem até na cabeça,

fazendo sulcos profundos.

É de ferro a roda dentada dela.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ventana

 

Ventana, palabra linda

Ventana es​​ el batir​​ de las alas de la mariposa amarilla.

Abre hacia afuera las dos hojas de madera por capricho pintada, ventana provinciana, de azul.

Yo te salto hacia dentro y hacia afuera,​​ monto a​​ caballo en ti,

mi pie se tropieza en el suelo.​​ Ventana sobre el mundo abierta, por donde vi

​​ el casamiento de Anita esperando un bebé, a la madre

​​ de Pedro Cisterna orinando en la lluvia, por donde vi​​ 

a mi querer llegando en bicicleta y decir a mi padre:​​ 

mis intenciones con su hija son las mejores posibles.

Oh ventana con pestillo de madera, broma de ladrón,​​ 

tragaluz en mi alma,

ojo en mi corazón.

 

(de A sarça ardente)

 

 

 

 

 

 

 

 

Janela

 

Janela, palavra linda.

Janela é o bater das asas da borboleta amarela.

Abre pra fora as duas folhas de madeira à-toa pintada,

janela jeca, de azul.

Eu pulo você pra dentro e pra fora, monto a cavalo em você,

meu pé esbarra no chão. Janela sobre o mundo aberta, por onde vi

o casamento da Anita esperando neném, a mãe

do Pedro Cisterna urinando na chuva, por onde vi

meu bem chegar de bicicleta e dizer a meu pai:

minhas intenções com sua filha são as melhores possíveis.

Ô janela com tramela, brincadeira de ladrão,

claraboia na minha alma,

olho no meu coração.

 

 

 

 

 

 

 

 

Vitral

 

Una iglesia volteada para el norte.

A su izquierda un barranco, un camino de fierro.

El sol, a más de medio camino hacia el oeste.

Hay unos niños a la sombra.

Yo estoy ahí con el pie apoyado sobre el dedo grande,

la mano que pasé por el cabello,​​ 

a un cuarto de su camino hasta el muslo,​​ 

donde golpeará y regresará, avergonzado paso de ballet.

Todo latiendo a mis espaldas,

bueno como un acceso no provocado por el sexo.

La existencia pura.

 

 

(de O coração disparado)

 

 

 

 

 

 

 

Vitral

 

Uma igreja voltada para o norte.
À sua esquerda um barranco, a estrada de ferro.

O sol, a mais de meio caminho para oeste.

Tem uns meninos na sombra.

Eu estou lá com o pé apoiado sobre o dedo grande,

a mão que passei no cabelo,

a um quarto de seu caminho até a coxa,

onde vai bater e voltar, envergonhado passo de balé.

Tudo pulsando à revelia de mim,

bom como um ingurgitamento não provocado do sexo.

A pura existência.

 

 

 

 

 

 

 

Ruin

 

Me​​ atrapo​​ compuesta:

las vísceras, el espíritu,

mi alma en disnea.

Ni una seta consigo pintar en el camino.

Oh tristeza, digo mirando mi libro.

Oh tontería.

Oh mierda,​​ 

polivalente, yo digo.

¿De qué me sirve tomar de la mano​​ al​​ poeta

y mandar para el frente de batalla feminista​​ 

a la mujer de mi amado,

si lo que me queda es un nudo,

una nueva arruga,​​ 

el recuerdo de un error abominable?

Todo indigesto.

Ni siquiera el rabo de la poesía,

el​​ hedor de vida

que a veces deja en el aire

su intestino grueso.

Oh Dios, digo llena de rabia,

golpeando el aire con mi golpeteo de fémina.

Oh. Ay. Ay ay ay…

¿Si lloviera o si yo quedara embarazada,

quién sabe?

A la salida de una ciudad desconocida

dos placas altas decían:

IBES…………………………ARIBIRI​​ un negro en el cruce

miraba atentamente hacia el fin de los tiempos.

Yo miro mi ojo fijo.

Como si no hubiera​​ cánticos ni monjes.

 

 

(de O coração disparado)

 

 

 

 

 

 

 

Ruim

 

Me apanho composta:

as vísceras, o espírito,

meu ânima em dispneia.

Nem uma seta consigo pintar na estrada.

Ô tristeza, eu digo olhando meu livro.

Ô bobagem.

Ô merda,

polivalentemente, eu digo.

De que me adiantou pegar na mão do poeta

e mandar pra frente da batalha feminista

a mulher do meu amado,

se o que me sobra é um nó,

uma ruga nova,

a lembrança da gafe abominável?

Tudo para encruado.

Nem ao menos o rabo da poesia,

o fedor de vida

que às vezes deixa no ar

seu intestino grosso.

Ô Deus, eu digo enraivada,

esmurrando o ar com meu murrinho de fêmea.

Ó. Ai. Ai ai ai…

Se chovesse ou eu ficasse grávida,

quem sabe?

Na saída da cidade desconhecida

duas placas altas apontavam:

IBES……………..ARIBIRI

Um preto no cruzamento

olhava atentamente para o fim dos tempos.

Eu olho meu olho fixo.

Como se não houvesse cantochão nem monges

 

 

 

 

 

 

 

 

Dolores

 

Hoy me dio tristeza,

sufrí tres tipos de miedo

aumentados por​​ un​​ hecho irreversible:​​ 

ya no soy joven.

He hablado de política, de feminismo

de pertinencia de la reforma penal,​​ 

pero al final de los asuntos

sacaba del bolso mi pedacito de espejo​​ 

y se me llenaban los ojos de lágrimas:​​ 

ya no soy joven.

Las ciencias no me dieron auxilio,​​ 

ni tengo por definitivo consuelo​​ 

el respeto de los muchachos.

Fui al Libro sagrado

a buscar el perdón para mi carne soberbia

y ahí estaba escrito:

“Fue por la fe que también Sara, a pesar de su edad avanzada,

se volvió capaz de tener descendencia…”

si alguien me fijara, insistí todavía,

en un cuadro, en un poema…

y fueran objeto de belleza mis flácidos músculos…

Pero no quiero. Exijo el destino común de las mujeres en los​​ 

[tanques,

de las que jamás verán su nombre impreso y sin embargo

sostienen los pilares del mundo, porque hasta las viudas

[dignas

no​​ niegan​​ el matrimonio,​​ al contrario,​​ encuentran el sexo agradable,

condición para el normal placer de atarse una cinta en el​​ 

[cabello

Y barrer la casa por la mañana.

Tal esperanza imploro a Dios.

 

 

(de​​ Esta sede excessiva)

 

 

 

 

 

 

 

 

Dolores

 

Hoje me deu tristeza,
sofri três tipos de medo

acrescidos do fato irreversível:

não sou mais jovem.

Discuti política, feminismo,

a pertinência da reforma penal,

mas ao fim dos assuntos

tirava do bolso meu caquinho de espelho

e enchia os olhos de lágrimas:

não sou mais jovem.

As ciências não me deram socorro,

nem tenho por definitivo consolo

o respeito dos moços.

Fui no Livro Sagrado

buscar perdão pra minha carne soberba

e lá estava escrito:

“Foi pela fé que também Sara, apesar da idade avançada,

se tornou capaz de ter uma descendência...”

Se alguém me fixasse, insisti ainda,

num quadro, numa poesia...

e fossem objeto de beleza os meus músculos frouxos...
Mas não quero. Exijo a sorte comum das mulheres nos

[tanques,

das que jamais verão seu nome impresso e no entanto

sustentam os pilares do mundo, porque mesmo viúvas

[dignas

não recusam casamento, antes acham o sexo agradável,

condição para a normal alegria de amarrar uma tira no

[cabelo

e varrer a casa de manhã.

Uma tal esperança imploro a Deus.

 

 

 

 

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