LANGSTON HUGHES
(Philip Gambone)
Mujer del mercado mexicano
Esta vieja bruja
que se sienta en el suelo
vendiendo sus escasas mercancías
día tras día,
ha conocido altas montañas barridas por el viento,
y el sol ha vuelto
su piel tan morena.
ROBERT LOWELL
(Andrés Catalán)
México
7
Estamos enredados juntos con inocencia y astucia;
y aún así no somos iguales, yo he vivido carente
de razón tanto tiempo que no hay nada que perder,
el reflejo y las costumbres harán que flote libre:
tú, Dios te ayude, tienes que agradecer cada respiración…
El lavabo exhala un perfume dulce e impactante.
En Cuernavaca, por la noche, las luces ilusorias de las casas
vigilan a todo el mundo, no solo a las chicas, en casas
como cajas en calles donde los buses se comen las aceras.
Es Nochevieja; los tres bebemos cerveza en el mercado
de latas aderezadas con sal y lima –una mujer, azteca,
canta baladas de adulterios, y llora porque su marido
la dejó por tres mujeres– para afrontar la pobreza
que a todos nos espera a la hora de nuestra muerte.
LAWRENCE FERLINGHETTI
(Eduardo Hidalgo)
Un encuentro de ojos en México
De repente
me hablas
por encima de la audiencia
mientras recito mi poema
Mis ojos encuentran los tuyos
sobre la gente
Solo un par de ojos ahí
en una lejana foto de caras
lámparas distantes
en un paisaje oscuro
parpadeante
–Y los ojos hablan–
Termina el poema
Los ojos siguen
ardiendo
Hay un aplauso en el lugar
como en un mar oscuro
lo escucho a la distancia
–como en una concha marina–
–vuelan hilos de sol–
–Después surge tu voz–
–en cualquier lengua–
–un vehemente interrogatorio
de mi poema–
Respondo
sobre las cabezas de la audiencia
Te
Respondo
Ojos oscuros
te hablan
sobre sus cabezas
Morena
“No hay nadie
igual a ti
entre los danzantes”
Te amo
MARIN SORESCU
(Omar Lara)
Popocatepetl, a la derecha
Nos anuncian el volcán,
“Para vuestra información,
A la derecha, el Popocatepetl”.
¿Es que el avión marcha más lento?
Oso nevado, el cráter da
Con bolas de nieve en las estrellas.
“Se pueden hacer fotografías”.
Los montes se continúan en nubes algodonosas
Que, sobre el mar, toman el lugar de los picachos.
Volamos sobre el golfo y me parece
Sentir en la mejilla la pata de hielo albo
Del volcán fortalecido por la soledad.
(12 de agosto 1982; en avión hacia Mérida)
TOMAZ ŠALAMUM
(Pablo Juan Fajdiga)
Una cantina en Querétaro
Veo un caballo que lanza un gemido cuando se encuentra con los ojos de otro caballo.
Son hermanos, ángeles con manzana,
membrana del subsuelo.
El sol en vuestras crines es para ambos.
¿Por qué me rasgáis, potrillos celosos?
Porque a través de nosotros no corren esas cantidades, sino el espíritu y el fuego.
¿Es posible que el genio de un poeta muerto
se divida en dos ríos y que se rasgue como un pañuelo?
Son una sola figura y eso es pan para millones.
Mis brazos son los dos del mismo largo.
Mis piernas son para todos los pueblos del mundo.
Mi beso no es cadena y mirad:
Este es el pneuma que respiraba Jacob Boehme,
virginal, si bien lo llevo en el pecho,
como llevan las mujeres del Karst agua en cántaros sobre la cabeza.
Y si voy a tener que seguir escuchando
los pequeños problemas burgueses del Concilio
de Nicea y ser testigo de la matanza
de cuadros probados en la guerrilla, tendrán que
volver, potrillos, derecho a la oscuridad.
En esta cantina son capaces de reventarlos
con cuchillos mientras estoy
tranquilo tirando las monedas
por mi copa de alma blanca.
JOSEPH BRODSKY
(José Manuel Prieto y Ernesto Hernández Busto)
México alegre. Existencia
que fluye como el tequila.
Entra usted en una fonda
y la mesera se olvida
del omelette en segundos
(por hablar con un moreno).
En resumen, como el mundo
en estas cosas, al menos.
Dejando la muerte aparte
todo aquello concerniente
al espacio es prescindible,
nuestro cuerpo, esencialmente.
Esa suerte te ha tocado
como la carne con sangre.
En el país sin bocado
las miradas llevan hambre.
ADAM ZAGAJEWSKI
(Javier Farré)
Cafetería
En esta cafetería que se llama como un escritor francés,
en una ciudad extranjera, leí Bajo el volcán,
esta vez con menos entusiasmo. “Realmente, uno tiene que curarse”,
pensé. Quizá haya llegado a convertirme en un filisteo.
México estaba muy lejos y sus enormes estrellas
iluminaban, pero no para mí. Era el día de muertos.
La fiesta de las metáforas y la luz. La muerte como protagonista.
Algunas personas en la mesa de al lado, varios destinos:
Reflexión, Tristeza, Sentido Común. Cónsul, Yvonne.
Llovía. Noté una pequeña felicidad. Alguien entró,
alguien salió, alguien finalmente dio con el perpetuum mobile.
Estaba en un país libre. En un país que se quedó solo.
No pasaba nada, los cañones habían callado.
La música no diferenciaba a nadie; la música pop que fluía
de los altavoces iba repitiendo “Aún pasarán muchas cosas”.
nadie sabía qué hacer, a dónde ir, por qué.
Pensé en ti, en nuestra intimidad, en cómo
huelen tus cabellos cuando empieza el otoño.
En el aeropuerto se elevó en el aire un avión
como un discípulo aplicado que cree
en lo que le dijeron los antiguos maestros.
Los astronautas soviéticos afirmaban no haber encontrado
a Dios en el espacio, pero ¿lo habían buscado?