PARA CANTAR EN UN VIAJE
Izhar León
QUE CONVERSA CON UN POETA JUDÍO EN UN BARCO
Creo que hay algo que se olvida en una hoja,
y lo creo como algo que, olvidado,
noto apenas, y apenas recobrado,
pierdo al juego aciago que un dado arroja.
Viajar: perder alguna cosa. Inmóvil
en mar siempre cambiante, robinsones,
sólo queda estudiar las floraciones.
Olvidar y florecer: ser un móvil.
Navego. El movimiento que la pluma
traza cifra en el aire algo que pasa;
no se toca con los dedos, espuma
que fue negra, aura de la tinta rasa.
En la hoja olvido con olvido suma
la vaga y triste forma de una casa.
EN LA SENDA ESTÁ PARADO UN HOMBRE DE CHAMARRA AZUL
No soporto los días de frío en los que el viento
es un golpe claro en la frente y en las manos.
Hace tiempo, de niño, vi en la ventana
de la casa un hombre de tierra oscurecido.
Quizá la senda, el camino pedregoso que ascendía al paraíso,
ya no exista. Mis manos de niño
no traspasaban el cristal ni el asombro.
Basta reparar en las cosas con amor para no entenderlas,
para saber que no se las entiende.
Ahora soy yo en otra senda, en otro tiempo, casi
otro mundo, oscurecido con la tinta de palabras
y sabiéndome más solo que aquel hombre que llena los espacios
de mi pensamiento.
Soy yo en otra senda con la misma chamarra heredada
que lo cubría del frío.
No me gusta el invierno, el golpe del viento en la frente,
pero quizás en el camino, a lo lejos, está mi hijo esperando
y resulto tan misterioso para él porque me ama.
PENSADO DURANTE UNA CAMINATA ININTERRUMPIDA A ORILLAS DE UN RÍO QUE NO CONOZCO
Cristal de cuarzo luna de agua nombres
para una transparencia que aletea
movimiento que no escapa odisea
oculta insospechada de los hombres
como aquel que sentencioso conjura
un viaje paralelo al de mis pasos
que sin moverme en todos los ocasos
desgasta huesos y la roca dura
y sólo atisbo entonces ya muy tarde
la sustancia del río caminado
hecho de viento signos algo que arde
de los pies hasta el centro por buen grado
preciso de minutos sin alarde
porque la muerte es tiempo conjugado
SANGRE MUSICAL
Crecen flores
en los túneles secretos de la sangre.
Hay cosas que no vemos: lo oculto
es un caballo que danza sobre el fuego, silencioso.
Las flores bailan el ritmo
de una música de hondo rompimiento.
Una flor o un caballo
son dos nombres de una misma cosa.
La música descansa,
como un tesoro, en el silencio del mundo.
La hoguera de la sangre
es profunda como el dolor del mundo.
Las flores ardientes
se mueven como un corazón agónico.
En los túneles secretos
de la sangre el dolor es una rosa afilada.
VIAJE LOGRADO A PARTIR DEL SUEÑO
Veo columnas jónicas del griego.
Pienso unos versos sobre arquitectura:
«lo fugitivo permanece y dura»,
pero qué de lo extinto por el fuego.
Tengo en los ojos ángeles de niebla
y vida y sueño ya son uno. Formas
de otros días: ausencias cuyas normas
imprimen libertad a la tiniebla.
Ya no veo las estatuas. Despierto.
Dos flamas, vida y sueño, fuego unido:
efecto de memoria descubierto
en la blanda ceniza del olvido.
Llenar los huecos del polvo: concierto
de un viaje por la mente conseguido.
Izhar León (Chiapas, 2004). Poeta y estudiante de Lengua y Literatura en la Universidad Autónoma de Chiapas. Textos suyos se encuentran en diversas revistas nacionales. Es integrante del colectivo Carruaje de Pájaros.