Ilya Kaminsky discute su relación con el lenguaje y la escucha
Kaminsky, poeta y profesor en Princeton, leyó parte de su reciente colección antes de una conversación con el profesor Ilan Stavans. Habló de escribir en inglés -que no es su lengua materna-, la importancia del silencio en el lenguaje, y el lugar de la poesía en la guerra en Ucrania.
El poeta, traductor y profesor, Ilya Kaminsky, compareció en el Auditorio Stirn el jueves 18 de abril, en la cuarta entrega del foro Point/Counterpoint. Kaminsky leyó sus poemas y entabló una conversación con el público sobre la escritura con y sin la lengua materna, su identidad como poeta ucraniano-americano con dificultades auditivas y su trabajo como traductor.
La charla fue moderada por Ilan Stavans, profesor de Cultura Latinx y Latina.
Kaminsky nació en la URSS y se identifica como ucraniano-judío-americano. Quedó hipoacúsico a los cuatro años debido a las paperas. Es conocido sobre todo por sus aclamados poemarios Dancing in Odessa y Deaf Republic, y actualmente es profesor de poesía en Princeton.
El foro Point/Counterpoint de este año se titula “La lengua del pueblo”, y se ha centrado en la definición de una democracia saludable a través del prisma del lenguaje. Stavans dijo que la serie de conferencias Point/Counterpoint se originó en 2016, como respuesta a la sensación de que Amherst era una “burbuja desconectada del mundo”.
Stavans dijo; “es crucial y a menudo se olvida que es necesario traer al campus diferentes tipos de voces que representan otros aspectos de la sociedad”.
Kaminsky comenzó leyendo una selección de poemas de Deaf Republic, y el público pudo seguirle con una pantalla que proyectaba los poemas detrás de él, para mayor accesibilidad.
Stavans preguntó a Kaminsky cómo escribir en una lengua que no es su lengua materna. Kaminsky, cuya primera lengua fue el ruso, explicó que para él “no es una cuestión de lengua, sino de temperamento”.
Explicó que necesita que el lenguaje sea “palpable”, para poder interactuar con la gente que le rodea en la lengua dominante del país, ya que su poesía le viene de esas interacciones. Subrayó que “necesita escribir donde está su cuerpo”.
A continuación, Kaminsky explicó cómo se convirtió en hipoacúsico a los cuatro años. Explicó que ya conocía el lenguaje antes de su enfermedad, y que es capaz de oír con audífonos, por lo que se considera una persona con problemas de audición. Explicó que a medida que avanzaba su enfermedad infantil, estaba absorto; “entre más fiebre y menos realidad, pero quizás eso sea bueno”.
Kaminsky continuó explicando que para él, “el lenguaje es algo muy erótico, y no está necesariamente sólo en los sonidos”. Explicó que el silencio es de hecho una conversación, y que puede adoptar muchas formas, como “el silencio como protesta, y el silencio como violencia”.
Explicó que el ocho por ciento de las personas sordas o con dificultades auditivas del mundo entienden que “el silencio está lleno de movimiento”.
“Los sordos no creen en el silencio” dijo. “Es una invención de los oyentes”.
En su poesía, Kaminsky utiliza con frecuencia la expresión “etcétera”. Dijo que utiliza el término para explicar cómo puede sentirse una persona cuando está en crisis, ya que “salta de un minuto a otro”.
A continuación, Stavans preguntó a Kaminsky por su trabajo como traductor. Kaminsky explicó que aunque las obras se lean de forma diferente en distintos idiomas, esto “no significa que no se deba intentar” traducirlas. También dijo que los poetas no son los únicos que deben traducir poesía, ya que los eruditos también pueden hacer grandes traducciones.
Stavans preguntó a Kaminsky cuál creía que era el valor de la poesía en tiempos de guerra. Kaminsky explicó que ha trabajado traduciendo poesía para sus amigos que se encuentran actualmente en Ucrania, y explicó que traducir poesía lleva tiempo, pero que tiene amigos que inmediatamente “quieren ser escuchados”.
Por eso entrevista a los poetas ucranianos, elimina sus preguntas del registro y luego publica sus testimonios como miniensayos. Muchos de los poetas con los que habla han empezado a dudar del poder del lenguaje figurado, pero luego “se dan cuenta de que es la última armadura que les queda”.
Kaminsky contó la historia de su amigo, un poeta ucraniano que traduce poemas para niños pequeños en refugios antiaéreos ucranianos, lo que, según Kaminsky, “le dice mucho sobre el valor de la poesía”.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, Kaminsky caminaba hacia los estudiantes para estar cerca de ellos y poder leerles los labios.
Un estudiante preguntó por qué Kaminsky empezó a escribir en inglés y si volvería a hacerlo en ruso. Kaminsky explicó que empezó a escribir en inglés en 1994, cuando falleció su padre, que fue una gran inspiración para su poesía.
Kaminsky llegó a escribir su poesía en inglés desordenadamente en trozos de papel, para que su familia no la entendiera, porque no creía que eso les “ayudará a lidiar con el dolor”.
***
Antes de la guerra hicimos un niño
Besé a una mujer
cuyas pecas
ponían en pie a los vecinos.
Tenía un lunar en el hombro
que ella enseñaba
como una medalla al coraje.
Sus labios temblorosos
significaban ven a la cama.
Su pelo cayendo en cascada en medio
de la conversación significaba
ven a la cama.
Fui andando a la barbería de mis pensamientos.
Sí, me la llevé a la cama en la silla
de mis peludos brazos–
pero los labios entreabiertos
significaban muerde mis labios entreabiertos.
Tumbados bajo las frías
sábanas. ¡Sonya!
Las cosas que hicimos.
Anónimo
Y en cuanto al ataúd de Mama Galya, se atascó
en la escalera y tuvimos que cargarlo bocabajo.
Había demasiados cuerpos pero
insuficientes personas–
demasiadas orejas pero nadie unido a ellas.
En este tiempo
cada persona hace algo por nuestro país.
Algunos mueren.
Otros dan discursos.
Hay demasiada gente pero insuficientes manos
para lavar el cuerpo de Mama Galya y cortarle las uñas–
la última
cortesía
mostrada en nuestra tierra.
Hoy
tengo que soportar el gesto de una persona
aunque soy como mucho un animal
y el animal que soy se retuerce
desde el funeral hasta su cocina,
y grita: He llegado, Dios, he llegado
corriendo hasta ti–
en las calles cubiertas de nieve,
me detengo como el asta de una bandera
sin bandera
Los poemas son traducción de Nieves García Prados