Kwame Dawes: el ritmo es una construcción de la experiencia que transforma la experiencia

Lauren K. Alleyne conversó sobre poética con Kwame Dawes (Ghana, 1962). Pasó su infancia en Jamaica y actualmente enseña literatura en Estados Unidos. Valparaíso México y Círculo de Poesía publicaron Vuelo y otros poemas con traducción de Gustavo Osorio de Ita). La poesía de Kwame Dawes se caracteriza por explorar una intensidad rítmica y emotiva a través de formas versiculares y temas próximos al coloquialismo y a la anécdota; sin dejar de lado el compromiso a través de la recuperación de temas de la negritud o, también, haciendo guiños constantes a la cultura popular y al perfil existencial de la humanidad en pleno siglo XX, construyendo así un repertorio lírico singular, de un ritmo de alto tono sostenido y de un patetismo remarcable. La traducción de la entrevista corre a cargo de Grecia Coto Hernández y Nissa Castelo López.

 

 

 

 

Cuando el poema dice “pasa”: una entrevista con Kwame Dawes

 

Leer un poema de Kwame Dawes se siente como viajar en dos direcciones al mismo tiempo: los poemas siempre están anclados en lo sensorial, enlazados en ricos y deliciosos detalles que nos conectan firmemente con ellos. Sin embargo, los poemas simultáneamente llevan una tendencia subyacente, o tal vez es una búsqueda, hacia algo más grande que te atrae, exigiéndote un abandono de ti mismo para seguirlos. ​​ 

 

A lo largo de 21 libros de poesía (quizás 25 en este momento, ya que Dawes parece producir y publicar libros mucho más rápido de lo humanamente posible), las preocupaciones de Dawes, por supuesto, cambian y evolucionan. Ha escrito sobre la familia, la epidemia de VIH en Jamaica, las voces de las mujeres Gullah y las historias del sur de Estados Unidos. Sin embargo, jamás pierde su compromiso con el transporte, con expandir la conciencia de todos los que lo leen. ​​ 

 

Las siguientes líneas, del poema “Debt”, en su colección de 2017​​ City of Bones, ofrecen un dramático ejemplo de la destreza de Dawes para mover a sus lectores entre distintos polos de sentimientos: ​​ 

 

​​ … How happy ​​ 

He was to see her glow with the swell ​​ 

Of the child in her, and then the way ​​ 

She slipped away, a mattress soaked ​​ 

In blood, the baby, the girl wailing, ​​ 

His hands too clumsy to hold this ​​ 

Flesh, what is owed an ordinary ​​ 

Black man with nothing to show for his life? ​​ 

 

La voz del poema ha perdido “a la chica que llevó su semilla” en el parto y, dentro del espacio de una sola oración, Dawes mueve al lector a través de la vida de la chica, llena de posibilidades, hasta su muerte, donde se vacía y desangra: su vientre con el peso del niño y su espíritu ligero y resbaladizo. Desde la felicidad del sujeto lírico, engendrada por el embarazo, hasta su ansiedad por​​ la paternidad; el bebé, justo comenzando su viaje, y el sujeto mirando hacia el final de su vida. ​​ 

 

También sería difícil no estremecerse ante la imagen del colchón sangriento, que representa gráficamente la muerte de la madre mientras recuerda el acto sexual que concibió al niño. De línea a línea, de imagen a imagen, el lector se mueve—ahora aquí, ahora allá—mientras aún se siente arraigado en cada lugar. ¿No nos sentimos atraídos por ambos, los lamentos del bebé y la torpe​​ paternidad? ​​ 

 

La agilidad del poema fuerza al lector a moverse con rapidez y sin cuestionamientos entre lo extraño y lo familiar, lo efímero y lo corpóreo, el pasado y el futuro. El poema, por lo tanto, se convierte en un vehículo para la empatía; un medio para encontrarse con lo que está fuera de nosotros y, si lo permitimos, con nosotros mismos. ​​ 

 

I think the poem has universal application, because as long as human beings sing, and as long as human beings consider what they say, I think they are engaging in the exercise of using language in a certain way.

 

Kwame Dawes visitó Furious Flower como parte del lanzamiento de su antología​​ Bearden’s Odyssey​​ y habló conmigo en el estudio universitario James Madison. La entrevista ha sido ligeramente editada para mayor claridad. ​​ 

 

 

¿Para ti qué define al poema? ¿Qué es el poema para ti? ¿Qué es un poema? ​​ 

 

Obvio, es una pregunta difícil, porque a veces​​ nos encontramos​​ con​​ esta​​ pregunta cuando miramos algo y decimos: “Bueno, esto no es​​ un​​ poema”. Pero​​ tiene que plantear un problema, y la idea al final de la poesía​​ tiene que​​ tener​​ una base en la tradición. ​​ 

 

Hay esta​​ noción de​​ que el poema​​ está​​ directamente relacionado con el ritmo,​​ con​​ la expresión​​ de la​​ experiencia​​ a través​​ de una organización del lenguaje que eleva la articulación de​​ dicha​​ experiencia. Y ese es el beneficio de considerar la​​ forma en que se dicen las cosas por la manera en que se dicen. Pienso que esto es realmente importante,​​ y esa consideración se relaciona entonces con las preguntas:​​ ¿Cómo nos comunicamos? ¿Cómo expresamos las cosas? ​​ 

 

La herramienta que tenemos para expresar cosas es la lengua, la forma en que utilizamos las palabras, el uso de todas las cosas que rodean a las palabras. Entonces, el poema me impacta porque, algunas veces,​​ nos llega a través de la tradición. ​​ 

 

No creo que alguien simplemente se despierte,​​ sin haber visto nunca un poema​​ antes,​​ y decida que después de 10 sílabas va a parar,​​ luego continuar​​ en la siguiente línea y detenerse nuevamente; eso lo vio en algún lugar.​​ Así que​​ cuando las personas dicen: “Soy original”, pienso: “No, no eres tan original”.​​ 

Hay esta tradición​​ y​​ la tradición es relativa, como dije, a la melodía. Porque cuando piensas en todas las palabras que usamos para describir la poesía, estás hablando de la poesía de tu día. Continuamos hablando sobre cosas como la asonancia, la rima, el ritmo. Estamos hablando de los elementos que tienen que ver con el sonido, con la música; con cómo está construida la música: repetición, refranes, cosas así.​​ Y todos entendemos la canción.

 

Me parece que todos entendemos que​​ el ritmo​​ es, nuevamente,​​ una construcción de la experiencia que transforma la experiencia y la articulación de la experiencia en un arte, en una obra de arte,​​ algo a lo que podemos volver, mirar, regresar una y otra vez.

Esta es la forma más básica en que podemos entender el poema, y esta es la forma en que vemos que el poema tiene una idea universal. Porque mientras los seres humanos canten, y mientras consideren lo que​​ dicen, creo que están​​ involucrándose en​​ el ejercicio de usar el lenguaje en cierta dirección. ​​ 

 

Con el tiempo, todos nuestros instintos por algo nuevo, por algo que pensamos, sentimos y expresamos, y la manera en que utilizamos el lenguaje, se convierten en parte del ejercicio de la poesía. Pero el juicio del poema está arraigado en lo que sabemos, lo que hemos visto, lo que hemos escuchado y lo que nos mueve. ​​ 

Por lo tanto, creo que la idea de la tradición es realmente importante. ​​ 

 

 

 

Quiero reafirmar la importancia de la música, porque es fundamental en tu​​ obra; es tu musa,​​ está en el​​ ritmo sonoro, y está presente en la forma en que lo lees.​​ Háblame de eso en el contexto de tu escritura.​​ ¿Cómo implementas​​ las sensaciones de la música y el sonido?

 

Hace algunos años,​​ hubo​​ una mujer que fue una gran mentora para mí cuando vivía en Carolina del Sur: Ellen Arl. Ella falleció; vivió en Chicago y enseñó en el sur de Carolina durante algunos años. Me tomó bajo su protección con su forma intimidante y realmente me enseñó la composición.​​ (Yo venía de una tradición británica donde los estudiantes no importaban. Aquí, hacían lo que les decían​​ que hicieran,​​ y entonces comenzó a enseñarme.)

 

Pero también​​ Ellen era una importante poeta, y​​ solía leer mis poemas​​ y hablarme sobre ellos. Un día, mientras​​ los leía, puede que fuera Jacko Jacobus, me dijo: “Necesito hablarte acerca de algo”. Luego añadió: “Utilizas el sonido —hay música y sonido en tu trabajo—​​ es hermoso”. Nunca había sido consciente de esto y ella empezó a​​ señalármelo.​​ 

 

Las dos lecciones que obtuve de eso fueron, primero, que hay cosas que hacemos por imitación.​​ Los poetas que me gustaban​​ y que llamaban​​ mi atención​​ eran​​ personas como:​​ Hopkins, Ntozake Shange, Derek Walcott,​​ Kamau​​ Brathwaite y Lorna Goodison. Si piensas en​​ esos​​ poetas​​ lo que te trae de ellos es el ritmo​​ que utilizan.​​ Ella [Ellen]​​ me señaló algo que estaba sucediendo y me dijo: “Así que ahora, cuando estés escribiendo o editando, presta atención a todas las cosas​​ que están funcionando y construye sobre eso”.

 

Entonces, para mí,​​ la otra raíz de esa experiencia,​​ creo,​​ fue una​​ fascinación por las posibilidades de la música y una especie de envidia hacia el músico.​​ Creo que el compositor es un poeta tramposo, porque el​​ compositor​​ puede hacer —sabes, puedes tomar una​​ línea bastante tonta, ponerle una buena melodía y​​ funcionará; será hermoso solo​​ por la forma en que se canta la línea.​​ Entonces comienzas a darte cuenta que​​ el sonido de las palabras es importante​​ como​​ el significado de las palabras en el poema.​​ Y cuando llegas a ese punto, pienso que realmente estás empezando a entender el espacio.​​ Así que estoy tratando de explicarte cómo replicar la melodía​​ mediante el uso de asonancia, mediante el uso de ritmo y métrica, porque el impacto emocional de la canción es algo asombroso.​​ Es donde una melodía puede moverte​​ por​​ las cosas​​ que​​ resuenan y quedan en tu cuerpo​​ de manera notable. Si puedo hacer eso como poeta, entonces estoy haciendo algo. Recuerdo a Derek Walcott hablando acerca de Bob Marley en el programa de la BBC llamado Desert Island Discs, describiendo… él tomó dos canciones de Marley, por supuesto: “No Woman, No Cry” y “Redemption Song”.​​ Sobre “No Woman, No Cry” dijo: “Si pudiera escribir y narrar con tanta pureza y belleza como eso, una letra de amor tan pura y hermosa como esa, sería una persona feliz”.

Si un poema logra, aunque sea remotamente, algo cercano a eso, creo que es impresionante. Ahora, sé que hay poetas allá afuera que​​ dirán que nosotros lo hacemos mejor​​ que somos​​ más asombrosos. Lo cual es cierto, pero una buena canción es una buena canción.​​ ¿Sabes? ¿Qué vas a hacer?

 

 

Referencia:

Lkapoet. (2023, 23 febrero). When the Poem Says “Come in”: An Interview with Kwame Dawes. The Fight & The Fiddle.​​ https://fightandfiddle.com/2018/11/01/when-the-poem-says-come-in-an-interview-with-kwame-dawes/

 

 

***

 

 

 

 

Cómo escoger un árbol para el colgamiento

 

Pastoral scene of the gallant south,​​ 

The bulging eyes and the twisted mouth,​​ 

Scent of magnolias, sweet and fresh,​​ 

Then the sudden smell of burning flesh.​​ 

Lewis Allan​​ 

 

Los árboles jóvenes pueden parecer robustos, pero carecen de memoria, son verdes y tan cercanos a la superficie que se doblan ante el peso​​ 

 ​​ ​​​​ repentino;​​ 

y la verdad es que no todos los árboles pueden sostener el peso muerto de​​ 

 ​​ ​​​​ un hombre​​ 

con suficiente aire entre los pies estirados y la tierra, con suficiente altura como para que el putrefacto olor pueda ser llevado tan lejos como para ser​​ 

 ​​ ​​​​ un mensaje​​ 

para aquellos que olfatean el húmedo aire en busca de noticias.​​ 

 

Viejo como pueda verse, de escarpada corteza, dobladas ramas,​​ 

miembros inclinados, viejo como pueda verse ahí sentado junto al borde del canal, ese roble vivo comprende los simples rituales del colgamiento. Observa, ahí esta la muesca natural donde la cuerda se deslizará​​ 

y sostendrá, y aquí, en este ángulo, el húmedo aire​​ 

del río, que lleva el decaimiento por millas y millas.

A veces, un árbol fresco simplemente morirá tras que el orín​​ 

de un hombre moribundo se cuele hasta sus raíces. A veces un árbol empezará a pudrirse de culpa o algo así como una maldición.​​ 

Pero los árboles viejos, temperados por la flama del rayo veraniego,​​ 

y endurecidos a los raigones, saben que nada es ser un árbol,​​ 

mudo y sin corazón, si no es suficientemente fuerte​​ 

como para cargar a un hombre hasta que se vuelva aire.

 

Traducción del poema de Gustavo Osorio

 

 

 

 

 

 

 

 

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