REVELACIÓN ONÍRICA
Y también los huesos,
el acertijo previo de la carne,
embisten,
forcejean para salir de la llanura.
Bajo las glebas infértiles: restos.
Eso queda de los párpados que la luz abandona:
un ábside lunar,
dolor de valvas con sus embalses fétidos,
trazos que paralizan el gozo.
Y los cuerpos,
sus pequeños astros que el tiempo lima,
dejan un ovillo de cuarzo,
una sutil aspereza flotando en el aire.
NOS QUEDAMOS A LA ESPERA
No se hicieron carteles con tu rostro:
se descartaron las recompensas,
las búsquedas policiales,
andar de puerta en puerta
sin detenernos, tras una pista de tu paradero.
No se supo de tu ausencia
más que una rebaja en el supermercado.
El mundo siguió como siempre.
Ni una breve nota
en las páginas del periódico
que alertara de los hechos:
no hubo sismos o trompetas
anunciando el apocalipsis.
Nos quedamos a la espera de un llamado,
de una señal definitiva,
algo que revelara las coordenadas
de tu estrella agonizante.
Nunca nadie llamó:
suspendido en el humo de la duda
quedó tu cuerpo.
Como la nieve lamida por el sol
te desvaneciste en silencio.
CONTRADICCIONES
Se formó una recua de reclamos sobre
quién, cuándo, dónde, por qué.
Los que sabían de tu desaparición
nos sugirieron alzar la voz
y usar tu nombre como un conato
de justicia por los otros que aún no aparecían.
Animaban a la lucha férrea,
a ir por las avenidas principales
deteniendo el tráfico con grandes pancartas.
Escupir frente a la presidencia
y encarar al alcalde.
Pero pasaron los días y todo se tranquilizó.
Los que aclamaban revolución
regresaron a casa y abrazaron
a sus seres queridos
como si no los hubieran visto
por un largo tiempo;
como si tuvieran motivos suficientes
para salir a las calles
siguiendo con sus hábitos volátiles,
despreocupados del futuro,
y con autoridad
hacer sonar el claxon de sus autos iracundamente,
porque en medio de las avenidas principales
un grupo de personas con grandes pancartas
alzan la voz;
se baten en una lucha férrea
y escupen improperios al alcalde,
exigiendo un poco de justicia
por los que aún no aparecen.
ERROR 404
Aquí,
en la geografía inexplicable de los desaparecidos:
estas palabras,
este círculo congregado de llamamientos,
estos débiles conjuros a la esperanza,
son la única verdad,
el único lugar para encontrarnos
a pesar de la tiniebla.
Lejos del sufrimiento que declara tu pérdida,
aquí hallamos reposo,
y asentamos la piedra de tu epitafio
como una tribu que mermó sus recursos
a mitad de la llanura.
V
Soy como ese barco que naufraga
rumbo a las piedras.
Como esa presa herida a medianoche
acechada por los lobos.
Y emano miedo;
tembloroso me rehúso a ser presa,
aunque ya cuelguen de mi cuello los colmillos.
ESTADOS DE LA AUSENCIA I
La sílaba menguante en la oración,
su peso atónito,
destruye lo que el ángel otorga al poema.
Donde la voz aflige su tono
se forma un sendero de ausencias:
cicatrices discontinuas en el verso.
Aquí también (como en el corazón)
se abren abismos,
algo queda vacilando a la deriva,
desaparece en un punto incierto
su presencia rítmica.
Para el poeta que ama el oficio
también esto es una pérdida.
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Bladimir Tapia Neri (Puerto Vallarta, 1994) es licenciado en psicología. Actualmente cursa la carrera de contaduría pública. En el 2018 obtuvo el tercer lugar del concurso Letras Saladas, realizado en el marco del VI Encuentro Internacional de Poetas y el Arte “Letras en la Mar”. En 2020 ganó el primer lugar en la categoría de poesía, del Concurso Nacional Miradas artísticas sobre la pandemia: de la paranoia a la solidaridad, auspiciado por la UNAM. En el 2021, obtiene el segundo lugar nacional del premio Democratizarte, organizado por las mismas instituciones. Asimismo, mereció el primer lugar de los XL Juegos Florales Nacionales de la Plata de Taxco, Guerrero por su manuscrito “Violetas de Anáhuac”. En el 2024 ganó el Certamen Nacional de poesía Juego Florales Ixtlán del Río, y obtuvo una mención honorifica en los Juegos Florales de Zapotlán el Grande. Publicó en el 2023 su primer libro de poesía “No se borra la cicatriz en la piel del tiempo” auspiciado por la Secretaría de Cultura de Jalisco, en la colección “La maleta de Hemingway”.